¿Por qué Zidane es un gran líder?

Que el Real Madrid haya sido capaz de ganar la Liga y la Champions en este 2.017 no es casualidad como tampoco es que hace un año y medio su presidente se viera obligado a rescindir el contrato del anterior entrenador, Rafa Benítez, en mitad de la temporada para fichar a Zidane de la noche a la mañana.

Lo cierto es que Rafa Benítez no lo hizo tan mal. Dejó su relevo en una tercera posición, a solo cinco puntos del primero. Pero hay un detalle: teniendo en cuenta que tenía a uno de los mejores equipos del mundo, a poco que jugaran no podían tener malos resultados.

Por eso mismo las claves de un buen líder no solo están en los números. El carisma es muy importante. Una de las diferencias que existe entre los dos entrenadores es el feeling con los jugadores.

El líder es esa persona que encabeza un equipo y es el primero en  creer en un proyecto.

En el fútbol, el objetivo final es ganar. Pero si su entrenador no sabe transmitir el modo en el que deben de jugar sus hombres para formar un bloque único, solo sabrán moverse de una manera más individual.

Un equipo tiene éxito cuando se logra que el interés colectivo esté por encima del individual.

Cada miembro del equipo cuenta y eso es algo que el líder ha de saber hacer ver. Benítez tenía jugadores muy buenos pero no supo unirlos a su metodología. En cambio, desde el primer momento en que llegó Zidane, el clima en los vestuarios cambió. El objetivo seguía siendo el mismo, pero había una apuesta común y un ambiente de apoyo entre jugador y entrenador que su predecesor no supo crear.

El francés recogió los restos de un Real Madrid que no convencía. Ganase o perdiese, la grada silbaba, no estaba feliz. En los últimos meses de una liga en la que entró a mitad, Zidane fue capaz de llevar a su equipo hasta la segunda posición, quedándose solo a un punto del primero.

La afición y los jugadores sintieron el cambio y su productividad aumentó hasta el punto en que lograron ganar la Champions.

Eres tan bueno, como bueno es tu equipo.

Después llegó el verano y el inicio de una nueva temporada. El equipo estaba unido y su líder bien definido y elegido por su equipo. No defraudaron en las expectativas, cada uno tenía claro su sitio y función. Al final de la Liga el trabajo interior ha dado sus frutos: una Liga y otra Champions.

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