¿Por que activos fijos? ¿Donde sembrar el dinero?
Primero que nada, debemos definir que es un activo en realidad. Un activo es un instrumento tangible o intangible que otorga al comprador el derecho a recibir ingresos futuros. Así que existen dos tipos:
Los intangibles o activos financieros los cuales no poseen un valor físico directo, ya que el activo financiero obtiene su valor de un derecho contractual en donde el comprador de un activo financiero adquiere un derecho bajo contrato y el vendedor adquiere una obligación bajo el mismo. Gracias a estos instrumentos las entidades que poseen deuda se pueden financiar y a su vez, las personas que quieren invertir sus ahorros consiguen cierta rentabilidad invirtiendo en esa deuda, es decir, en los activos financieros que se representan mediante títulos físicos o anotaciones contables como, por ejemplo, acciones, bonos, certificados, futuros o una simple cuenta en el banco.
Al contrario de los anteriores los activos tangibles si poseen un valor físico directo, estos son todos aquellos bienes que son producidos en masa por el hombre o incluso los que existen disponibles en la naturaleza que poseen un valor o utilidad específica, ejemplo: el oro, los diamantes, el platino el petróleo, y por supuesto los bienes inmuebles.
Los activos intangibles o financieros otorgan beneficios directamente proporcionales al riesgo que representan, un alto rendimiento puede venir acompañado de mucha volatilidad, incertidumbre y alto riesgo, mientras que un activo tangible como un inmueble tiende más a conservar el valor real de la inversión y no necesariamente exige una salida rápida.
Por ejemplo, si invertimos en acciones de una empresa de laboratorios médicos que buscó fondos, es decir coloco deuda para investigar la creación de un medicamento contra el cáncer a través del uso de encimas animales, y se descubrieran efectos negativos en dichas encimas, o la regulación sanitaria para el uso de estas cambiara, esto podría afectar el precio de la acción, evidentemente los grandes jugadores del mercado empezarían a vender sus acciones en grandes volúmenes para tomar utilidades lo antes posible, esta sobre oferta de acciones presionaría el precio de la acción a la baja hasta llevarlo a un punto que represente terreno negativo para nuestra inversión, exigiendo una salida rápida que no siempre se puede dar, con un margen muy corto de respuesta, una vez estando ahí tendríamos que esperar días, meses o incluso años a que la acción recupere su valor, o tal vez nunca lo haga, por que la posibilidad de banca rota de esa empresa en tan real como tu o como yo.
Por el contrario, en un bien raíz es muy difícil que la perdida de su valor vaya más allá del valor físico directo que posee dentro del mercado, por el simple hecho de que su valor de restitución, es decir lo que te costaría hacerlo de nuevo o igual que como está, nunca será cero.
Ahora bien, debemos recordar como una máxima en este negocio, que los tiempos y los eventos revitalizan considerablemente el concepto y el entorno de los bienes inmuebles, y con ello su valor, ya que de hecho, los bienes raíces tiene una muy larga historia de florecimiento y declives, que han abarcado, comunidades, villas, ciudades o países, pero sin lugar a dudas e invariablemente siempre han recuperan su valor real demostrando ser la inversión más confiable y segura.
Prueba de lo anterior es el declive sufrido durante el 2008 en el mercado inmobiliario de los Estados Unidos de Norte América que presiono el precio de los inmuebles por debajo incluso de las garantías hipotecarias, pero que al pasar del tiempo no solo recobraron su valor real, sino que demostraron ser las inversiones más rentables y seguras para quienes no tuvieron que buscar una salida rápida.
En México el histórico del mercado inmobiliaria nos dice que cuando hay crisis los precios se estabilizan, pero cuando hay bonanza estos tienen a subir, pero nunca bajan de precio, esto se debe principalmente a que los bienes inmuebles son un activo tangible, muy importante para las familias mexicanas, aunado a lo anterior, la oferta de vivienda es mucho menor a la demanda que prevalece en el sector.
Si por ejemplo comparamos cualquier inversión a mediano plazo contra la adquisición de una vivienda en etapa temprana de construcción, digamos en un proyecto a 14 de meses de construcción, descubriremos que la captación de plusvalía de un proyecto bien seleccionado puede superar la tasa interbancaria o el rendimiento de cualquier portafolio bien diversificado, si aunado a lo anterior decidimos conservar el inmueble, por ejemplo los próximo 5 años, todo el plus valor captado, más sus rentas capitalizadas año con año, y en base al incremento anual indexado a la inflación, descubriremos que la tasa de retorno resultante podría sorprendernos con porcentajes superiores a los dos dígitos anuales, hasta por una veintena o más, de puntos porcentuales.
La razón por la que un activo tangible puede preservar mejor la riqueza de su propietario, es muy simple, estos activos son producidos para genera más riqueza, e incentivar los ciclos económicos donde son transferidos y consumidos, con empleos, comisiones mercantiles, impuestos, y más negocios, generando un circulo virtuoso donde la verdadera riqueza se genera, en cambio en el agitado mundo financiero la riqueza no es generada sino antes bien creada, por esta razón cuando las burbujas revientan, los efectos suelen ser devastadores, y solo unos cuantos pueden resistir el embate de sus condiciones y consecuencias.
El dicho popular dice Lo que se ve...¡no se juzga!, pero debemos ampliar su sentido de manera más inteligente en el ámbito patrimonial, porque después de todo, “lo que se ve, no solo no se juzga…tampoco se deprecia” y esa es la mejor razón para sembrar el dinero literalmente en la tierra es decir en bienes inmuebles.
José Ignacio Lastra Ramos
Dirección de Expansión y Canales Estratégicos
Class Experiencia Inmobiliaria
Jefe de Ventas
5 añosDefinitivo, muy buena inversion