Primavera Cero

Llegar a los cuarenta, siendo padre, implica volver al "cuando sea grande". Es un "cuando sea grande" distinto porque, en realidad, es "cuando lo nenes sean grandes". Y eso no implica que el momento actual sea una pausa, al contrario. Es un momento pleno y cansador y feliz, tanto que los proyectos futuros vuelven a florecer. Mi plan es estudiar filosofía cuando tenga 60 años. Tal vez un poco antes, cuando los chicos tengan cerca de veinte años. Y atravesar mi jubilación dando clases de filosofía y, tal vez, ofreciendo cursos y charlas de esa disciplina para empresas.

Me gusta cuando llega la primavera. Me gusta porque llega con calma, con la sapiencia para escribir este artículo con mi gordita en el regazo viendo como escribo. Aprendiendo a crear. Es el artista quien pone algo donde antes no había nada. Y esa obligación, que puede estresarle, puede volverse canónico para muchos. Muchos podrán encontrar verdad en la obra del artista. ¿Eso es bueno? Tal vez pueda ser bueno crecer creyendo en alguna verdad para luego entender que la verdad...

Si despertarse todas las mañanas es renacer (yo creo que el día-con su noche-es el átomo de la temporalidad mundana), el comienzo de la primavera significa un renacimiento conjunto. Con el ánimo de la madre de Perséfone cuando se abraza con su hija venida del Hades, todos nos disponemos a festejar el comienzo del tiempo natural más clemente. El que fue pensado para que los humanos vayamos por los caminos.