Primeros pasos profesionales

Primeros pasos profesionales

He recibido consultas sobre mis primeros pasos en el campo profesional, y, ello me motivó a escribir un poco.

Recuerdo mi primera oportunidad laboral fueron dos meses en el Censo de 1995 como Supervisora de zona urbana y rural actualizando los planos y mapas, siendo tan joven ni siquiera sentía las largas caminatas protegiéndome del sol con mi camisa manga larga y gorra, en la espalda mi mochila, termo de agua, y en las manos el plano y con un lápiz iba verificando o adicionando la existencia o no de las viviendas, escuelas u otros edificios que indicaba dicho documento; posteriormente durante 2 años fuí Alumna-ayudante en el Laboratorio de Materiales de construcción en la Facultad de Tecnología de la Construcción en la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), ahí soñaba con ser una científica, pues visitaba proyecto para extraer muestra de control de calidad, admiraba a mis profesores haciendo diseños de concreto, analizando las probetas y diversos materiales, elaborando reportes, etc. En ambos trabajos aprendí mucho sobre el orden, disciplina, compromiso y la puntualidad.

Una vez ocurrido el Huracán Mitch, de manera inmediata fui integrada al equipo de evaluación de la infraestructura existente postMitch en el departamento de León; el primer paso fué asistir al centro de salud Perla Norori junto con mis colegas para inmunizarnos, luego desplazándonos a las zonas rurales extraordinariamente afectadas para recolectar información, en vehículo pasando ríos rebasados con aguas aun turbulentas, y, en varias ocasiones lo dejábamos resguardado en alguna casa de confianza, pues ya no podíamos avanzar más, tocaba alquilar caballos, o caminar decenas de kilómetros hasta llegar a nuestros objetivos, el paisaje un poco desolador, pero nos sentíamos seguros al ser acompañados por los conocedores de la zona quienes nos relataba sus experiencias de aquellas noches lluviosas. Presentamos un informe expresando la necesidad inmediata de rehabilitar centros de salud, escuelas, caminos y obras de drenaje menor.

Algo que no expresa el informe y que sí aprendí es que las personas necesitan ser escuchadas y así disipar su dolor, uno de nuestros baqueanos era un señor cuya esposa y bebé recién nacido había fallecido porque su casa – construida de madera en las faldas de un cerro - se inundó y las fuertes corrientes la arrastraron; otro joven relataba que había visto como el caudal de un cauce socavó y desprendió la rivera hasta alcanzar la casa de una tía y recordaba sus gritos pidiendo auxilio mientras abrazaba a su niño de 4 años, lamentablemente ambos fallecieron; escuché tantos testimonios desgarradores que podría escribir un libro; comprendí que para ellos era una aliciente acompañarnos y sentir que su dolor se mitigaba con la esperanza de que su comunidad quedaría más segura pues en palabras de ellos "ya nos visitaron los ingenieros, ya vamos a mejorar", cuando escuché esto se me hizo un nudo en la garganta, y, me sentí comprometida a servir desde mis conocimientos a quien verdaderamente lo necesitara, consideré que era importante continuar ahí. Ellos habían perdido todo, pero gracias a su disposición para acompañarnos, compartir sus conocimientos sobre la zona y necesidades existentes es lo que permitió la presentación de un informe muy objetivo. Así que la lección de este párrafo es siempre trabaja en equipo, respeta y ten disposición a escuchar y tomar en cuenta la opinión de las demás personas.

En mi tiempo libre, Ad honorem, me integré a las brigadas médicas como asistente de los galenos y apoyaba la elaboración de informes procesando las estadísticas de las principales enfermedades identificadas por sector, edad, sexo¸ etc, mi valor agregado fue el uso y manejo de Excel, aún recuerdo cuando un doctor admirado me expresó “en 5 minutos has hecho lo que procesamos en una semana”. Evidentemente el tiempo es valioso y existen muchas herramientas que nos permiten reducir tiempo.

La siguiente etapa fue la formulación y elaboración de perfiles de proyectos (era la manera más rápida de someter a análisis y aprobación de las fuentes de financiamientos), para mi sorpresa de las 23 Unidades Técnicas Municipales sólo en 2 laboraban ingenieros (un agrónomo y un industrial) y el resto bien gracias!; he ahí el reto "en el mínimo tiempo posible asistir a cada UTM para presentar perfiles de proyecto con un formato modelo que no conocían", recuerdo que en vez de plano acepté presentar bocetos (no había Autocad, ni tiempo, ni recursos para hacerlo y debíamos terminar antes de Febrero del año siguiente); lo simpático es que me encontré con reacciones como "por qué ahora hacer un perfil de proyecto, si antes solo enviamos una carta solicitando el fondo sin documentos de respaldo", siempre les expresé "es la mejor manera para que ambos hagamos bien nuestra gestión (yo pensaba cuidar mi prestigio profesional y el día que termine este programa dejo todo debidamente respaldado)"; otros por su parte llegaban a mi oficina "ingeniera, si es cierto ayer Ud. nos visitó en campo, pero aquí estamos con disposición a hacer ya nuestro trabajo", fueron dos meses intensos de trabajo de campo y gabinete, de lunes a domingo con horario de entrada pero no de salida. Logramos la meta y presentamos una cartera de proyectos para 23 municipalidades junto con un Plan de Inversión Pública en Obras Municipales (PIPOM), se aprobó la mayoría de ellos especialmente porque estaban presentados de forma ordenada, en ellos se indicaban claramente la zona, los beneficiarios directos e indirectos, la relación costo/beneficio, el monto total, el aporte de la comunidad beneficiada (25% del monto total), los alcances de cada proyecto eran medibles, cada documento era detallado de forma sencilla, escueta y claro.

Antes de iniciar la fase de ejecución de las obras, el Jefe de departamento estaba en trámites de jubilación, me asignaron su cargo “Coordinación y supervisión de proyectos”, siendo mi principal responsabilidad el seguimiento y control de las inversiones considerando criterios técnico-económico y ambiental; el cumplimiento contractual en tiempo y forma de todas y cada una de etapas o procesos constructivos. Irónicamente yo no tenía escritorio, y aún así tenía organizado los expedientes de proyectos en su AMPO. Mi herramientas: cinta métrica, tabla de apuntes, cámara fotográfica de rollo - debía esperar llenar el rollo y después revelarlas cruzando los dedos para que el rollo no apareciese velado -. No había correo electrónico, ni celular, la comunicación era por medio de telegrama, teléfono fijo, radio o beeper (lo más moderno). Con todas esas carencias hicimos nuestro trabajo en tiempo y forma. Viajábamos un equipo de 4 profesionales, un día nos ubicabamos cerca de Honduras, al día siguiente en el puerto de Corinto o cerca de Estelí, era una programación de visitas planificada y coordinada con los actores con 2 semanas de anticipación; siempre hubo receptividad hacia nuestras recomendaciones en cada visita. Ver como se transformaban esas zonas significó una experiencia enriquecedora. Han pasado casi 2 décadas y algunos proyectos siguen ahí, otros han sido transformados, me gusta evidenciar como evolucionan las obras civiles en beneficio de la sociedad.

Esta experiencia me hace reflexionar sobre el papel de nosotros los profesionales para beneficio de nuestras comunidades, considero que es imperativo fomentar la actitud propositiva, escucha activa, mente abierta al cambio, y, especialmente la vocación de servicio. Una realidad es que en la Universidad adquirimos técnicas y herramientas científicas para ejercer profesionalmente en un mundo casi perfecto, sin embargo muchas veces lo proyectado no es posible en la realidad, y es ahí el reto del profesional: aportar soluciones objetivas ante problemas o necesidades.

Un buen consejo que me dio un colega es que desde que estas estudiando la carrera visites una empresa y expreses tu disposición como pasante de medio tiempo, esto te permitirá adquirir experiencia, fortalecerá tu capacidad de adaptación a los cambios que espontáneamente sucede en nuestro ámbito laboral, ampliará tus horizontes y con el tiempo irás puliendo tus habilidades interpersonales que complementaran tu profesionalismo.

Cada profesional, tiene su historia, estoy segura que cuando la recuerdan, meditan y saben lo afortunados que han sido al conocer a otros colegas y personas que han contribuido a su experiencia; la realidad es que nunca terminamos de aprender ya que estamos inmersos en un proceso de mejora continua.

Recuerda que tu mejor carta de presentación, es tu actitud en cada ambiente donde te desarrolles.

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