Principales cambios que aportará la Industria 4.0

Principales cambios que aportará la Industria 4.0

Son muchos los cambios que se augura vendrán con la cuarta revolución industrial. Si echamos la vista atrás cada una de las revoluciones industriales que se han dado hasta la fecha han producido cambios en todos los ámbitos sociales de los países industrializados; la primera revolución cambió la sociedad rural por una más industrializada y urbana, lo que produjo numerosos cambios económicos, sociales y culturales; mejoras en higiene, salud y alimentación que produjeron un aumento de la población. Se desarrollaron los transportes y vías de comunicación. Las clases sociales cambiaron y se formaron el proletariado y la burguesía, en decremento de la aristocracia terrateniente. Con la segunda revolución industrial aparecieron nuevas tecnologías y fuentes de energía (electricidad, petróleo) que hicieron aumentar todavía más la población, las migraciones y deslocalizaciones, además de producir enormes avances en el proceso industrial. También se mejoraron el sistema educativo y sanitario y se dieron profundos cambios en la organización de las empresas y los mercados. Subieron los salarios, se abarataron los precios y aumentaron la capacidad de consumo y la oferta de productos. La tercera revolución industrial nos trajo internet y mejoras en todos los sistemas y procesos productivos.

Todas estas revoluciones han hecho que pasemos de una sociedad rural con carácter tradicional y religioso basada en el sector primario, a una sociedad urbanita, moderna y cada vez más atea y científica. Han cambiado nuestros hábitos alimenticios y de consumo, nuestra manera de trabajar, de relacionarnos y de pensar. Servicios que no existían se han vuelto imprescindibles y otros han desaparecido completamente. Han surgido ideologías que hace dos siglos eran inimaginables, como el capitalismo, comunismo, socialismo o anarquismo. La mujer se ha ido empoderando y su integración al mercado laboral ha cambiado la organización familiar por completo.

Por eso no es de extrañar que la cuarta revolución industrial nos traiga cambios que todavía no somos capaces de pronosticar. Hasta ahora las revoluciones han hecho nuestra vida más fácil y cómoda, tenemos más oportunidades y vivimos más años. Cabría esperar que la cuarta revolución diera continuidad a este camino y, a la vez, mejorara los desastres producidos por las anteriores revoluciones, sobre todo en materia ecológica. Entre los expertos hay dos tendencias; los entusiastas y los apocalípticos.

Los entusiastas vienen a decir que la cuarta revolución nos librará de los trabajos pesados o peligrosos y nos dará más tiempo para hacer aquello que nos guste. Además, se abaratarán más los productos y servicios. Se generarán nuevos puestos de trabajo y nosotros mismos seremos capaces de construirnos nuestros propios productos. La irrupción de energías renovables hará que la producción y el consumo sean más sostenibles, dejando atrás la sobre explotación de los recursos naturales. En cambio, los apocalípticos creen que la necesidad de mano de obra humana bajará drásticamente, lo que provocará un aumento insostenible del desempleo. Habrá un darwinismo tecnológico que hará que la población este cada vez más polarizada entre adaptados tecnológicos e inadaptados, y la brecha de desigualdad será enorme.

Si bien nos es imposible adivinar el futuro, sí parece claro que la línea que separa al ser humano de la máquina será cada vez menor. Nuestras capacidades mejorarán gracias a las máquinas y algoritmos y estaremos cada vez más conectados. Muchas de nuestras decisiones las dejaremos en manos de algoritmos inteligentes que nos conocerán mejor que nosotros mismos. Los datos jugarán un papel fundamental y nuestro sentido de la privacidad, nuestras habilidades sociales y nuestra capacidad empática mermarán. El exceso de información hará que nos distraigamos, que disminuya nuestra capacidad de atención y nos sintamos desbordados e incapaces de hacer una pausa para reflexionar.

En el ámbito económico, la cuarta revolución industrial mejorará los productos y servicios existentes, las empresas formarán alianzas para colaborar y cambiar a modelos de negocios digitales. El consumidor (ya sea particular o empresa), por su parte, está redefiniendo su expectativa en lo que conocemos como customer experience. El cliente no busca sólo comprar un producto, sino tener una experiencia y por eso se le pone en el centro de la economía. El cliente compara precios, servicios, calidad, embalaje, lee valoraciones de otros clientes y comparte su experiencia en las redes sociales.

En Julio de 2017, Whatsapp anunció que a diario se enviaban desde su plataforma más de 55.000 millones de mensajes, se compartían más de 4.500 millones de fotos y 1.000 millones de vídeos. No nos separamos de nuestros móviles. Una situación más común en los nativos digitales, quienes de manera completamente natural afirman que siempre están conectados y que a diario comparten información privada a través de las redes sociales.

Con la cuarta revolución industrial la tecnología será omnipresente en nuestras vidas. Seamos conscientes que YA ESTA SUCEDIENDO!!! miremos a nuestro entorno



Inicia sesión para ver o añadir un comentario.

Más artículos de Víctor Jáuregui Salmerón

Otros usuarios han visto

Ver temas