Principio 80/20 o ley de enfoque
¿Puede mejorar nuestra experiencia laboral?

Principio 80/20 o ley de enfoque ¿Puede mejorar nuestra experiencia laboral?

Enfocarse, cuando menos es más.

En su libro “Como mejorar tu vida con el principio 80/20” Richard Koch se pregunta ¿En qué se ha convertido el trabajo? ¿En un simple intercambio? ¿En algo que tiene solo un sentido económico? ¿Cuánto dinero es suficiente? ¿Cuánto poder es suficiente? ¿Es el dinero el fin? Y asevera, cuantas veces vemos personas tan preocupadas por acumular riquezas que ponen en esa preocupación su razón de vivir, su identidad y hasta su sentido existencial, no sería mejor buscar nuestra autenticidad también en nuestro quehacer, y a la vez no confundir ese hacer con nuestra identidad y nuestra entidad.

Tener como motivación el logro de vivir una vida más plena y evitar quedar atrapado en la carrera materialista del "más con más", motivó al citado autor a dejar su empleo y a dedicarse a escribir y al asesoramiento empresarial. En el prefacio de su libro dice: “De una pequeña cantidad de nuestra energía surge la mayoría de las grandes cosas en nuestra vida, De una pequeña porción de nuestros momentos surge la mayoría de nuestro tiempo de felicidad y realización como persona

Aquí se plantea algo interesante, una fusión o confusión como dice Koch del hacer con la identidad. No hay dudas que tenemos una entidad, que somos un ente siempre afectado por lo que hacemos, pero la identidad es lo que somos y la podemos entender o pensar como una búsqueda que nos mantiene siempre impulsados y que no está fija o anclada. De ser así, se construye y comienza con la posibilidad de crearnos, de narrarnos y ser lo que contamos de nosotros mismos, creo que el trabajo no debería ser ajeno a nuestra narración.

Podemos pensar que trabajar es también beneficiarse con un lugar para hacer y hacerse con los otros, y que en la actividad desarrollada y en el ámbito laboral podemos encontrar realización y motivación, pero también debemos saber que el trabajo puede obstaculizar la construcción de la identidad y ser fuente de sufrimiento a la vez.

Vuelvo a las ideas de Koch, esto es que cuando uno empieza decididamente a preferir experiencias sobre las posesiones, lo más probable es que también empiece a arrojar una mirada crítica sobra las vacas sagradas culturales, y todo sabemos que una de las vacas sagradas de esta sociedad es el TENER, el tener siempre más, porque nunca es suficiente, siempre más de todo, y sucede, dice, que muchas veces tener más es a cambio de ser menos.

Considero que a veces se empieza a tener sesgos de conciencia de que uno se encuentra en esta carrera de tener, haciendo muchas cosas (entiéndase trabajo, carrera, proyectos, etc.) impulsado por lo debido, la obligación, por la preocupación o la culpa, actuando en consecuencia no tanto por el deseo, ni por lo que nos gusta sino principalmente por el deber. Es como que lo rutinario, lo trivial se empieza a volver crítico, con sentimientos de que se está desperdiciando un precioso tiempo, tiempo que es vida y que no es inagotable.

En fin, a lo que voy es a la observación y reflexión que realizó el coach, y es que si vemos en perspectiva a nuestro alrededor y la historia de la humanidad, es evidente que todos los grandes logros humanos han sido impulsados, no por la rutina y la obligación, sino por la pasión y la creatividad; y ejemplos de ello son los descubrimientos, las proezas artísticas, emprendimientos, y tantos más.

El sostiene que aprender el significado de lo suficiente es un buen primer paso para priorizar necesidades y estilo de vida, ya que todo el mundo tiene suficiente pero de maneras diferentes, ahora depende de cada uno descubrir su propio suficiente. 

También advierte que enfocarnos en lo que realmente nos beneficia, quitarnos culpas que hacen perder el tiempo, dejar de trabajar duramente en cosas que no son importantes para uno, pueden traernos beneficios, como ponernos en contacto con lo que auténticamente somos y lo que realmente se quiere de la vida, que no es poca cosa.

En la vida es imposible hacer mejoras reales si no hacemos las cosas de manera diferente, y la manera que propone este autor es la de enfocarnos en esas pocas causas y momentos especiales que nos ayudan a concentrarnos en las relaciones y asuntos que son realmente importantes, estos pocos momentos son los que generan los mayores resultados y logros que buscamos, como un auténtico sentido de libertad, impulsar la carrera, profesión o trabajo, y lo más importante, escapar de la cinta de correr o como muchos  llaman, la carrera de ratas. Y para ello desarrolla el principio 80/20 y la ley de enfoque.

En su libro elogia las virtudes del método del 80/20 y dice sin titubear lo milagroso que ha sido, aclarando que él no lo ha inventado porque el método del 80/20 está basado en una ley científica conocida como el principio 80/20, que ha demostrado que funciona en el mundo de los negocios y la economía. En esencia, se refiere a que el 80% de los resultados surge de apenas el 20% de las causas o esfuerzos.

¿Cómo es eso posible? dice Koch que si logramos comprender el modo en el que el mundo está realmente organizado, aunque pueda ser totalmente opuesto a lo que esperábamos, podremos encajar en él utilizando este método y obtendremos mucho más de lo que pensamos, empleando mucho menos energía. Al hacer menos, podremos disfrutar y conseguir más.

 ¿Pero que significa que menos es más?

La idea de enfoque que se propone parece fácil de entender, en sus libros ha demostrado que es una ley muy efectiva y de gran efecto tanto en la economía como en la gestión, ya que tiende a obtener un máximos de resultados con un mínimo de recursos. Pero al trasladar la idea hacia nuestra vida diaria y relaciones, hace hincapié en que muchas de las cosas que logramos y queremos es generado por un pequeño porcentaje de lo que hacemos, por lo tanto, cuando se trata de obtener los resultados que queremos, sólo un par de cosas son las que realmente importan. El resto es sólo una pérdida de tiempo.

Darse cuenta de lo que es importante para cada uno, sentir que estoy obteniendo más resultados, y con un estilo de vida más relajado eso es re-equilibrar la vida, y probablemente también puede conducir a un éxito mucho mayor, más allá de como se quiera definir ese concepto, esa es su premisa conceptual.

Otra idea interesante que esboza, es el hecho de que un pequeño porcentaje de las causas sean las que conducen a la mayor cantidad de los resultados y logros, es contrario a la intuición, porque es algo que no siempre esperamos, y esto se debe al parecer que estamos programados - quizás por nuestra cultura o por un sentido innato de la justicia - a esperar que causas y resultados se equilibran más o menos igual.

Pasemos a los ejemplos y estadísticas que cita Koch en su principio 80/20: que el 20 por ciento de los países, que contiene mucho menos que 20 por ciento de la población mundial, consumen el 70 por ciento de su energía, el 75 por ciento de sus metales y 85 por ciento de su madera. Mucho menos de un 20 por ciento de la superficie de la Tierra produce el 80 por ciento de su riqueza mineral. En cualquier gran tienda al por menor, el 20 por ciento del personal de ventas hará más del 80 por ciento del de las ventas. Los estudios muestran consistentemente que el 20 por ciento de los clientes llevan a más del 80 por ciento de los beneficios para cualquier empresa en particular. Cita como ejemplo, el caso del Royal Bank of Canadá, que al analizar recientemente la cantidad de beneficios que le dejaba cada uno de sus clientes, se tambaleó al enterarse de que solo el 17 por ciento de los clientes originaba el 93 por ciento de las ganancias. Habrá de imaginarse como el banco debe haber volcado su prioridad a cierto tipo de clientes.

Pero cita más ejemplos: Menos del 20 por ciento de las estrellas de los medios acaparan más del 80 por ciento de los reflectores, y más del 80 por ciento de los libros vendidos provienen de tan solo 20 por ciento de los autores. Más del 80 por ciento de los avances científicos provienen de menos del 20 por ciento de los científicos.

 En conclusión, podríamos ya decir respecto de este principio/ley, que aprendiendo a identificar las cosas que más nos importan a nosotros y que suman la mayor riqueza a nuestras vidas, aprendiendo a centrarnos en las cosas que creemos que son las más importantes, descubrimos que menos es más. Que al concentrarse en un menor número de cosas, los pocos aspectos realmente importantes para nuestras vidas y los que funcionan como queremos, la vida se vuelve repentinamente más profunda y gratificante.

Si bien es una fórmula aplicada y traída de la gestión económica de las empresas y de la economía, esta es esencialmente la fórmula propuesta por él autor para disfrutar de una mejor la calidad de vida. Ahora, la pregunta es si es posible su aplicación a la vida diaria/laboral y si la mejora.

En las redes sociales quizás vean publicaciones que citan al estoicismo y lo mezclan con autoayuda, debo decir que en el libro de Koch no he visto esa mixtura.  Salvando las distancias, el estoicismo de la antigua Grecia propone una filosofía práctica que también buscan simplificar y mejorar la vida, y al menos para su fundador Zenón de Citio, como para Séneca, Cicerón, Marcos Aurelio, Epicteto entro otros, como filosofía de vida dio resultados.

Cómo vivir en un mundo que no controlamos es la pregunta central de los estoicos. Darío Z en su libro ¿Para qué sirve la filosofía? Nos dice que esta escuela parte de la presencia de dos órdenes de realidades, primero aquellas que dependen de mí, y segundo aquellas que me exceden, en el sentido de que frente a ellas no puedo hacer nada.

 En palabras del profesor Darín McNabb, una filosofía de vida como la de la estoa no se saca de la manga, y sin duda es mucho más abarcativa de los principios o propuestas que pueden ofrecer un asesor o coach, estas escuelas nacen como consecuencia de una cosmología, de cómo entiende uno la naturaleza del mundo.

 Sin dudas que hay muchas cosas que no podemos controlar, que no dependen de nosotros como la muerte, el dolor, el proceso biológico de la vida, eclipses, etc. Señala Darín que la naturaleza para los estoicos se rige por un logos que es implacable en su ejercicio, y que la naturaleza nos reparte una serie de cartas que no elegimos, pero la pregunta es ¿Cómo jugarlas?, ¿Cómo vivir con ello?.

 Ahora, ya tenemos dos puntos de partida importantes, primero pasa por entender, por separar lo que podemos hacer o controlar y lo que no, lo que me excede, esto ya nos delimita bastante nuestro campo de acción y enfoque. Y la segunda, cual es nuestra “cosmología”, o sea cuales son nuestros conceptos de una buena vida, del trabajo, éxito, etc.,

 Según el profesor, el estoico no dice que sea malo tener dinero o conseguir un grado académico, sólo que esos objetivos no están bajo nuestro control, son cosas externas a nosotros. Entonces es mejor que la felicidad, aunque yo prefiero mejor decir nuestros objetivos, vayan en función de cosas que sí se pueden controlar, que suelen ser cosas internas como la forma de ser, opiniones, y forma de razonar e interpretar los deseos.

 Por ello en vez de cambiar el mundo, los estoicos aconsejarían cambiarte a ti mismo, específicamente, cambiar tus deseos. Los que el estoicismo desea es la tranquilidad, que literalmente significa no ser perturbado, la famosa ataraxia. Plantear metas internas más que externas.

Para concluir, el principio 80/20 tiene un origen utilitario/pragmático debido a que viene de la gestión, de la economía, buscando la realización, si es que esta es posible o alcanzable, y no ahonda tanto en la virtud y en el logos como lo hace el estoicismo.  No obstante ambas propuestas son prácticas y buscan mejorar la vida, una basada en identificar las cosas más importantes y en el caso de la escuela filosófica en las realidades que podemos o no controlar.

 El principio 80/20 va a buscar la reducción, el “menos es más” desde los deseos, creatividad y pasiones. En cambio la escuela filosófica en su cosmología buscará un enfoque también desde los deseos pero haciendo hincapié en la razón y el entendimiento de lo que no se puede cambiar para llegar a su finalidad, la paz interior y la aceptación de lo que nos excede, sin dudas es más profunda al abarcar las situaciones límites de nuestra condición.

 Más allá de los gustos que podamos tener por un principio o por una filosofía de vida, no caben dudas que las mismas implicarán elecciones, decisiones, aprendizajes, autoconocimiento, aceptaciones, búsquedas, motivaciones y priorizaciones.

 Por último, Koch no se agota en el enfoque, propone otras premisas interesantes como, “la vida moderna es un error”, “prisioneros por propia voluntad” y “la manera difícil del éxito”. 

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