Productividad: la gran oportunidad de la Inteligencia Artificial en Chile

Por Mariana Alcerreca -Gerente de Asuntos Corporativos y Riesgos en Mutual de Seguridad Mariana Alcerreca - y María Francisca Yañez - National Technology Officer de Microsoft Chile María Francisca Yáñez, Ph.D

En esta era de rápidos avances tecnológicos, la Inteligencia Artificial (IA) se ha posicionado como una fuerza transformadora en el mundo del trabajo. Los grandes modelos de lenguaje y la IA permiten abordar tareas complejas que requieren comprensión contextual y generación de contenido, como la redacción de informes o comunicación con clientes. Asimismo, estas herramientas permiten un acceso instantáneo al conocimiento, una personalización escalable al comprender y adaptarse a las necesidades individuales de los usuarios, lo que mejora la experiencia del cliente.

Esta nueva generación de IA tiene el potencial de eliminar la monotonía de las tareas repetitivas y engorrosas para liberar más tiempo para ocupaciones más creativas y estratégicas. El flujo de información, correos electrónicos y reuniones ha superado la capacidad de los humanos para procesarlo todo y cada minuto que pasamos administrando esta “deuda digital” es un minuto que no se gasta en el trabajo creativo que conduce a la innovación.

La IA trae consigo lo que puede ser una verdadera revolución del trabajo. Para entender cómo el mercado laboral chileno puede aprovechar y potenciar estas herramientas y cómo debe transformarse para integrarlas de la mejor manera, Mutual de Seguridad junto a Microsoft realizaron un estudio que da luces sobre cómo tanto 500 ejecutivos como 1.000 trabajadores perciben las oportunidades y desafíos que la IA presenta en el ámbito laboral.

Optimismo y Confianza en la Inteligencia Artificial

La investigación revela un nivel significativo de optimismo en torno a la IA. Tanto los líderes organizacionales (76%) como los trabajadores (63%) creen en el potencial de la IA para mejorar sus actividades diarias en el lugar de trabajo. Este optimismo se ve respaldado por un alto nivel de confianza en las herramientas de IA: el 76% de los colaboradores y el 63% de los empleados confían en que estas herramientas pueden ser incorporadas de manera segura en sus roles laborales.

Líderes organizacionales y trabajadores están alineados en cuanto a los beneficios que la Inteligencia Artificial traerá en el trabajo: 52% de los encuestados considera que será beneficiosa para su productividad, un 20% más que lo esperado a nivel global. Esto representa la gran oportunidad para Chile, que ha visto sus índices de productividad estancados en las últimas décadas.  

Este grado de confianza y optimismo no solo subraya la actitud receptiva hacia la IA, sino que también apunta hacia un cambio cultural positivo en las organizaciones, donde la tecnología es vista como un aliado en lugar de una amenaza.

El habilitador: adquirir nuevas habilidades

El estudio destaca una tendencia clara: el 82% de los empleadores y el 77% de los trabajadores consideran esencial adquirir nuevas habilidades y conocimientos para enfrentar la llegada de la IA a sus roles laborales. Esta percepción es compartida en todo el espectro empresarial, lo que sugiere una comprensión generalizada de que la adaptación a esta nueva era tecnológica es crucial para la supervivencia y el éxito. La colaboración entre todos los sectores es fundamental para asegurar que los trabajadores y los estudiantes cuenten con las herramientas que les permitan sacar provecho de esta herramienta para mejorar su productividad y la comprensión de cómo usarlas para mitigar los riesgos que puedan acarrear.

Diferencias en la Percepción de Riesgos y Sustitución

A pesar del optimismo generalizado, el estudio también destaca diferencias notables en la percepción de riesgos y preocupaciones entre líderes y trabajadores. Solo el 20% de los líderes sienten preocupación por ser reemplazado por tecnología, mientras que esta cifra se duplica entre los trabajadores, con el 25% manifestando inquietudes sobre la sustitución por IA. Estas cifras resaltan la necesidad de una comunicación transparente y un enfoque de colaboración para abordar las preocupaciones individuales en el entorno laboral en evolución.

A pesar de las ventajas demostradas de la IA, tanto líderes como trabajadores están de acuerdo en que la IA aún no es una solución infalible. Más de la mitad de los empleadores (54%) y trabajadores (49%) expresan preocupación por los riesgos de seguridad asociados con la IA en sus roles laborales. Y aunque la pandemia ha resaltado la necesidad de aliviar la carga laboral, el estudio muestra que la mayoría no estaría dispuesto a delegar completamente sus responsabilidades a la IA para reducir el estrés laboral: solo un 19% de los trabajadores confiaría en la IA para que tomara decisiones por ellos, mientras que 23% de las jefaturas le daría estas directrices a la tecnología.

Reflexiones sobre IA y la productividad

El estudio muestra una percepción interesante: el 28% de los líderes y el 44% de los colaboradores consideran injusto que otros utilicen la IA para alcanzar objetivos de productividad. Estas cifras indican la importancia de abordar las preocupaciones éticas y sociales, y asegurar que la implementación de la IA se realice de manera equitativa y transparente.

Una responsabilidad compartida

Los grandes modelos de lenguaje y la IA están destinados a revolucionar el mundo del trabajo al automatizar tareas, mejorar la toma de decisiones y potenciar la eficiencia, aunque también plantean desafíos en cuanto a la reconfiguración de roles y la necesidad de habilidades complementarias. La colaboración, la adaptación y la preparación continua serán fundamentales para aprovechar al máximo las oportunidades que la IA ofrece mientras se enfrentan los desafíos que conlleva su adopción en el mundo del trabajo. La clave reside en encontrar un equilibrio entre el uso de la IA para aumentar la productividad y la preservación de los valores humanos fundamentales, lo cual implica proporcionar oportunidades de formación y reentrenamiento para los trabajadores, usar la IA para complementar y potenciar las habilidades humanas en lugar de reemplazarlas y desarrollar y utilizar la IA de manera ética, considerando cuestiones como la transparencia, la equidad y la privacidad.