A propósito de Kendry Páez y toda la polémica acerca de su talento…
Pero, ¿A que, le llamamos Talento?
Hay personas que nacen con ciertas características físicas y/o intelectivas, en una proporción tan precisa y tan bien sincronizada, que esto las hace únicas, con una enorme capacidad para hacer cosas extraordinarias. Estos casos seguramente podremos encontrarlos en el ámbito de la Ciencia, el Arte y también, por supuesto, en el ámbito Deportivo.
Pueden existir muchos ejemplos que pueden ilustrar muy bien esta aseveración, pero esa tarea se la vamos a dejar a ustedes queridos amigos…
Para la situación que hoy nos ocupa, abordaremos un caso muy puntual y, que ahora mismo, está en boca de todos aquellos que se precian de tener ADN futbolero en sus retinas.
Este es el caso de un chico, un adolescente de 17 años recién cumplidos llamado Kendry Páez, un chico nacido en la ciudad de Guayaquil y federado en la provincia de Pichincha. Un muchacho cuya capacidad física y habilidades psicomotoras son tan potentes y precisas, que pudieran llevarle a ser la próxima superestrella mundial de este deporte que, per se, mueve multitudes y sobre todo es capaz de generar cantidades de dinero realmente astronómicas.
Si lo comparamos con adolescentes de su misma edad, este chico no está, ni de lejos, dentro de la norma. No es un chico normal, porque los chicos normales, entendiendo la acepción que esta palabreja pueda tener, hacen aquellas cosas que la mayoría de personas de esa misma edad hacen y que normalmente tiene que ver con buscar diversión, tomar cerveza y flirtear con chicas; pudiendo llenar esos espacios de actividad vacíos, con el desarrollo de tareas educativas dentro de la enseñanza secundaria.
La cuestión aquí es que, cualquier psicólogo normal, normalmente le podría decir, como en efecto, al parecer así ha ocurrido, que normalmente deben respetarse las fases de desarrollo normal y que debe actuar como normalmente actuaría un chico común y corriente; sin embargo, lo sustancial aquí, es que este chico no es, por ningún lado, una persona normal, ya que este adolescente ha sido salpicado, vaya uno a saber cómo y por qué; por un talento singular, habiéndole dotado, la providencia, de habilidades y destrezas únicas, que no son normales y que otros chicos de su misma edad, ni siquiera podrían llegar a concebir.
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Entonces Kendry no puede darse el lujo de dejar a un lado su enorme talento, haciendo las mismas cosas que hacen cientos de miles de chicos “normales” de su misma edad. Porque los chicos “normales” ni siquiera pueden soñar en tener las habilidades físicas y destrezas visomotoras que tiene este muchacho, elegido por al hada del futbol, que seguramente tocó con su barita futbolera no una, sino dos veces a este púber, que no debe ni llegar a imaginar, el brillante futuro que le podría esperar, si solo el tuviera la entereza de aceptarlo e ir tras el encuentro con su destino; un destino brillante que solo está reservado para aquellos elegidos que estén dispuestos a pagar el precio de su éxito, que usualmente suele ser muy alto y es directamente proporcional con el enfoque y el esfuerzo efectuados.
¡Entonces no!, Kendry no es un chico común, Kendry ha sido ungido con la señal de los elegidos que solamente toca a uno de cada cientos de miles de personas, Kendry no es un chico normal porque en lugar de estar hablando tonterías con sus amigos y persiguiendo chicas afuera del colegio, lo que Kendry debe hacer, en virtud de su naturaleza, y para honrar todo ese talento que le fue confiado por la providencia, es asumir su responsabilidad de elegido, con solo diecisiete años a cuestas, y enfrentarse a situaciones de alto esfuerzo sostenido, dedicación y presión extremas que seguramente le abrirán, de par en par, las puertas a través de las que podrá alcanzar las metas que solo él, en su aún inmadura mente adolescente, puede llegar a lograr.
Seguramente no todo va a ser fácil para él, por el contrario, todo puede llegar a ser muy difícil, con altos niveles de complejidad. Y no, no debe esforzarse solamente porque la gente común espera que así sea. No, no debe esforzarse solamente porque la masa espera que llegue lejos para, a través de sus triunfos, poder satisfacer su “Yo colectivo” vacío y carente de propósito, para así poder hacer, un poco suyo, el triunfo de un chico que seguramente aún piensa en fábulas e historietas de héroes, como la suya propia.
Kendry no necesita un psicólogo que le diga que, divertirse a su edad es parte del desarrollo normal de un adolescente, lo que el chico en realidad necesita es un coach deportivo personal, con experiencia, que le ayude a desarrollar todo su potencial como futbolista de élite. Pero primero, él debe estar dispuesto a pagar el precio por ello…
¿Qué es el talento?