A propósito del Día Internacional de lxs Trabajadorxs
Nosotrxs, en el Centro de Autonomía Digital, a propósito del Día Internacional de lxs Trabajadorxs, nos pronunciamos ante una problemática alarmante y silenciosa que existe dentro de la industria del software y la tecnología: la normalización de la precarización y explotación dentro del ambiente laboral. Desde jornadas laborales largas, extenuantes y no remuneradas hasta contratos temporales y salarios injustos. Es momento de alzar nuestra voz y fuerza para luchar en contra de estas dinámicas deshumanizantes propias del sistema capitalista en pro de nuestros derechos como trabajadorxs.
La presión constante por aumentar la productividad a cualquier costo ha llevado al atropello de los derechos laborales básicos. La falta de reconocimiento y compensación por el tiempo y esfuerzo adicional invertido, junto con la imposición de metas corporativas inalcanzables, contribuyen a un ambiente laboral de alienación y desgaste donde lxs trabajadorxs somos tratadxs como meros recursos, fácilmente reemplazables en la maquinaria de producción de software. Esta explotación sistemática de lxs empleadxs no sólo es moralmente reprensible, sino que también perpetúa un ciclo de desigualdad y opresión en la industria.
La pandemia y el avance de las tecnologías de la comunicación han provocado un aumento en la contratación esporádica y el teletrabajo. Esta situación no sólo mezcla un ambiente laboral hostil con el entorno hogareño, aumentando el sentimiento de alienación, sino que también coloca sobre los hombros de lxs trabajadorxs la responsabilidad de cubrir los costos de equipos e infraestructuras óptimas para el correcto desempeño de nuestro trabajo. La falta de estabilidad laboral permite que las empresas entren en un ciclo de renovación de personal, que resulta en desempleo y presión para que lxs trabajadorxs bajemos el costo de nuestra fuerza laboral y cumplamos con las dinámicas de demanda impuestas por lxs empleadorxs.
Una estrategia común de las multinacionales para abaratar costos y maximizar ganancias es la tercerización de la mano de obra en la industria tecnológica. Esta práctica se lleva a cabo en diversas regiones del mundo, incluyendo el Sur Global, Centroamérica, el sudeste asiático, India y Oriente Medio, donde los costos laborales son considerablemente más bajos que en países como Estados Unidos o Europa. Aprovechándose de las condiciones desfavorables de las leyes laborales y los salarios relativamente bajos en estas regiones, estas empresas relegan a lxs trabajadorxs a condiciones precarias y perpetúan un sistema de desigualdad y dependencia económica hacia las potencias capitalistas. Estas multinacionales a menudo pagan salarios que, aunque puedan parecer "altos" dentro del contexto del país explotado, en realidad no reflejan el valor justo del trabajo realizado. Esto crea un sentimiento aspiracional entre lxs trabajadorxs, enmascarando la realidad de explotación y perpetuando la desigualdad económica y social.
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En el caso reciente del despido de 28 trabajadores de Google que se manifestaron en oposición al desarrollo de tecnologías que ayudan al estado israelí a cometer genocidio contra el Pueblo Palestino, se evidencia la importancia de la solidaridad y la organización entre lxs trabajadorxs. A pesar de los esfuerzos de las empresas para romper sindicatos, con un gasto de aproximadamente $400 millones al año en medidas antisindicales, queda claro que las empresas reconocen el poder que representa la unión entre lxs trabajadorxs. Es evidente que la solidaridad y la organización representan una amenaza para los intereses lucrativos de las empresas, ya que fortalecen la capacidad de lxs trabajadorxs para exigir y demandar igualdad de condiciones y un trato justo para todxs.
Es fundamental mantenernos unidxs y solidarizarnos entre nosotrxs para defender nuestros derechos laborales y enfrentar las injusticias en la industria tecnológica y en cualquier otro ámbito laboral. La fuerza de la unión es nuestra mayor herramienta para resistir la precarización laboral, la explotación y cualquier forma de opresión. Es por ésto que, este 1ro de mayo hacemos un llamado enérgico:
¡Programadorxs y desarrolladorxs del mundo, unámonos!