Proyectos concretos de escala local, ideas para vencer la pandemia

La semana pasada por primera vez se hizo el XXVIII Congreso Anual de Aapresid de manera 100% digital. Tuve la oportunidad de sumarme en dos paneles y de escuchar varios debates que demuestran la calidad y el posicionamiento del agro argentino en el mundo. 

Espacios como estos invitan a parar la pelota, analizar cómo llegamos hasta acá y qué pasos tenemos que dar para construir lo que se viene. 

Hacer estrategia en Argentina es difícil, más aún en contextos dinámicos como los que surgen tras la pandemia. Sin embargo, creo que hay que hacerla pero usando otras variantes que nos permitan atender a esta nueva realidad. En mi experiencia esa nueva lógica es la estrategia emergente. ¿Qué significa? Estar bien parados en el presente y en la coyuntura que tenemos, diseñando proyectos que impacten en el ahora y que al mismo tiempo anticipen el futuro. 

Los proyectos son el ingrediente central, porque se convierten en puntos de encuentro, en generadores de diálogos valiosos y pequeños consensos. Los proyectos deben estar orientados a resolver situaciones que incomodan a todos los sectores: al privado, al Estado, a la sociedad civil, a las ONGs, a toda la comunidad. 

Con esto me refiero a que hay desafíos que son comunes más allá de las ideologías, creencias o intereses personales. Por ejemplo, estamos todos de acuerdo que generar empleo o preparar a los más jóvenes para los trabajos del futuro son desafíos compartidos. 

Los proyectos tienen que ser movilizadores, de escala local y provocar a que todos nos sentemos en una misma mesa buscando soluciones a estos problemas comunes. Sentarse no sólo para hacer diagnósticos o presentar el listado de reclamos, sino para pasar rápidamente a la acción. De esta manera la estrategia emergente es producto del diálogo y tiene el potencial de transformar pequeños acuerdos en una visión compartida que abre la puerta a generar grandes consensos sobre el futuro de una ciudad, de una Provincia y, por qué no, de una Nación. 

En Santa Fe hay un gran ecosistema agrotecnológico y biotecnológico emergente. A comienzo de año nos reunimos con todos sus referentes y planteamos desafíos, que hoy son parte de una agenda común donde cada proyecto apunta a resolver alguno de los ejes que surgieron: financiamiento, talento y adopción de tecnología, ecosistema, marco normativo y clima de negocios, infraestructura y equipamiento. 

El agtech es un sector estratégico para la Provincia con todos los condimentos para convertirse en un epicentro de innovación en agroalimentos a nivel mundial. El desafío es combinar la escala del estado y su poder regulatorio con la capacidad de reacción y velocidad del privado. En este sentido, la premisa es entender que cada uno se debe concentrar en lo que mejor sabe y no pretender hacer lo que otros ya hacen. Esto requiere llevar al máximo la colaboración, tener una metodología clara y construir una visión compartida. 

El agro es una punta de lanza para la provincia y para poner a prueba esta manera de construir un ambiente donde el conocimiento y el talento florezca y elija quedarse en Santa Fe para seguir fortaleciendo su desarrollo. 

La tecnología hoy es una gran aliada para teletrabajar, telegobernar, teleproducir, teleestudiar, teleentretener, y todo indica que lo digital cada vez va a estar más incorporado a nuestra normalidad. 

La combinación de la ciencia, las tecnologías emergentes (como big data, inteligencia artificial, robótica, etc.) y la innovación, no sólo dan origen a nuevos emprendimientos que mejoran el rendimiento de los productores de manera sustentable, sino que son conocimientos, información y habilidades que se exportan al mundo. 

Democratizar la tecnología es un punto a resolver para que todos los sectores puedan aprovechar el conocimiento que incorpora la tecnología a los procesos productivos. Cuando digo todos me refiero también a cómo vincular el sistema científico y tecnológico con las empresas, y cómo generar habilidades y formación tecnológica en los sectores más rezagados. 

Ejercitar la colaboración, la solidaridad, el trabajo en equipo son habilidades blandas que tenemos que entrenar al máximo para hacer realidad una estrategia emergente. Una estrategia basada en muchas intervenciones pequeñas que alienten a tender puentes y diálogos con distintos actores. Así será más fácil acortar brechas que a la larga construyan una mejor comunidad agtech, una mejor provincia, una mejor nación.