Publicament: Las Corporaciones Tienen la Culpa: El Tirador de El Paso
Diversas teorías económicas ofrecen solución al calentamiento global, el crecimiento demográfico, el desplazamiento del trabajo humano por las máquinas y la pobreza.
El neoliberalismo, la encuentra en mejores salarios, restricción a las emisiones y productos contaminantes, así como en el movimiento libre de capitales a países con menores costos de mano de obra para dar trabajo a quienes no tienen.
Sin embargo, una vez que esta doctrina mostró su fracaso, al generar el calentamiento global y una gran abismo entre las clases sociales, la teoría económica proteccionista del nacionalismo cobra forma en los gobiernos.
Sea de derecha o de izquierda, el de Donald Trump, Andrés Manuel López Obrador o el de países europeos, es objetivo central del nacionalismo el fortalecimiento de la industria de cada país, sea privada o estatal.
Entre otras, sus diferencias están en los incentivos para los empresarios, la protección a los trabajadores y en la conservación o desdén por la ecología.
Sin embargo, el nacionalismo también muestra que falla, por ejemplo, en la administración de la migración creada mediante las guerras, el deterioro de las condiciones económicas y el calentamiento global.
Hoy las carencias del neoliberalismo y el nacionalismo provocan el nacimiento de un monstruo representado en El Tirador de El Paso, no sólo un asesino, sino político con espeluznante congruencia ideológica, según el manifiesto que publicó en Internet antes de su acto terrorista.
Para Patrick Crusius, las empresas globales sobrepoblaron Estados Unidos al promover la migración con el fin de disminuir el costo de la mano de obra.
También provocaron la destrucción del medio ambiente con la sobreexplotación de los recursos y crear en la población estadounidense un estilo de vida consumista tan confortable, que ningún ciudadano está dispuesto a renunciar.
Los migrantes hispanos de la segunda generación desplazan a sus compatriotas al tener acceso a la educación y ocupar posiciones especializadas de su interés
Como los ciudadanos seguirán con su estilo de vida consumista y las corporaciones requiriendo mano de obra barata -dice Crusius- la única solución para una economía sustentable es disminuir la población mediante el exterminio de los “invasores”.
El discurso de Crusius es terrorista, pero la raza no es la causa de los problemas, como en el caso del nazismo, ya que propone crear territorios para cada una de las que pueblan Estados Unidos, con el fin de impedir una mezcla que destruya la diversidad genética y cree crisis de identidad.
¿Entonces cómo denominar a su posición política? Fascista, sin duda. Ecofascista, también. Racista, hasta cierto punto, porque el exterminio de los hispanos está legitimado al despojarlos de los derechos humanos que para él corresponden sólo a los ciudadanos, más que por la pertenencia a una raza.
Todo fascismo es condenable sin lugar a dudas, sin embargo, mientras no haya una teoría económica que solucione los problemas de la humanidad, siempre estará a la mano la negra y desesperada política de culpar a los demás para castigarlos con la muerte.
No es casual la nostalgia por el marxismo-leninismo que ya por mucho tiempo invade Rusia y su esfera de influencia, una teoría que encontraba en el comunismo la única solución para la pobreza, el desplazamiento del trabajo humano por la tecnología y la destrucción del medio ambiente.
Sin embargo, como gran parte de la humanidad se ha horrorizado de él y otros se conforman con la nostalgia, lo único que queda por lo pronto es la toma de conciencia de las corporaciones y la sociedad de consumo, en vez de cerrar los ojos y responsabilizar sólo al tirador.
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