No puedo, Nunca podré

Son las palabras que me repetía cada vez que pensaba en correr, "para qué intentarlo, si cuando lo hice, me fue muy mal"; por el contrario, como el ego siempre nos persigue, cada vez que el tema del running estaba en la mesa, yo decía: "Para qué sufrir, si puedo disfrutar"

En febrero 2023 acompañé a mi esposo, que estaba retomando el running, a correr 21K. Ver la carrera como antagonista, ver tantos corazones emocionados, tantas caras llenas de luz, la alegría de los más de 10mil corredores siendo las 4:30 am claramente me estaba dando un mensaje, algo me estaba perdiendo, algo que no podía sentir desde el rol en el que estaba en ese momento.

Todo se alineó y terminó prendiendo algo en mí al momento de la partida, cuando los primeros en partir fueron las personas con algún tipo de discapacidad, fue ahí donde el corazón saltó, se sobrecogió y experimentó lo que para mí fue un momento de claridad. "El próximo año tengo que correr aquí"

Mi proceso en el running ha sido largo, un año entrenando, conciliando el trabajo con el colegio de los niños y los últimos 4 meses del año con el deterioro de la salud de mi papá. Llegó diciembre, un mes duro para mi familia, un mes de mucho dolor, pero tener el running y la carrera a dos meses, me ayudaron a usar mis días de entreno en días de desahogo, más de 50kms de lágrimas de ausencia, consuelo, compañía y aprendizaje.

Llegó el Domingo 28 de enero:

1. El arco de partida y yo: Es difícil ponerle una única emoción a lo que se siente, lo podría tratar de describir como la mezcla de los nervios que sientes cuando vas a hacer una presentación importante a los jefes sumado a la emoción cuando te llaman a decirte que pasas a una siguiente entrevista en un proceso de selección, junto al orgullo que sientes de ver a alguien de tu equipo siendo reconocido y la felicidad de recibir algún premio frente a un escenario. Todo eso junto y más.
2. 14 kilómetros de confianza: Haciendo una reflexión de estos primeros kilómetros, los viví como cuando vas haciendo tangible el resultado de las iniciativas que implementas en el trabajo, cuando vas viendo que los KPIs van bien y sabes que vas por buen camino, que vas moviéndote hacia el resultado que quieres, te has venido preparando y has trabajo duro, sientes confianza y disfrutas el proceso.
3. 3 kilómetros de análisis: Pasados los 14kms, mi esposo me dijo: "Desde aquí son solo intervalos" y automáticamente la ecuación cambió, el mensaje ingresó directo y me puso en modo recálculo, corriendo un tramo de minutos más rápido (del paso objetivo) y un tramo más lento; esto me dio la capacidad de ir sintiendo mis piernas y mi corazón, como en la metodología agile, donde te permites recalcular y corregir antes de tener todo el proyecto terminado para al final tener un mejor producto final.
4. 3 kilómetros de escucha activa: Escuchar no es fácil, todos nos creemos buenos oyentes, pero ¿Cuántos nos escuchamos realmente? Este casi último tramo aprendí a escuchar sin recibir palabras, a escuchar mi cuerpo y qué necesitaba para llegar al final, es ahí donde desaceleré. Lo tomé como un feedback, uno constructivo y poderoso, uno que me pedía ser menos dura conmigo para poder disfrutar; y así, al encontrarme en el camino con mis hijos y mi familia poder abrazarlos.Escuchar con todos los sentidos es difícil, escuchar y además aplicar lo escuchado es aún más difícil, pero necesario para hacer las cosas diferente.
5. 1 kilómetro de amor: Este último tramo fue sin duda el más difícil, todo lo anterior sirvió muchísimo para lo que me esperaba en ese momento en que simplemente, ya no puedes dar un paso más.

Cuando una persona muy cercana a ti parte de este mundo, todos te dicen que habrán señales, que estés atento.

Muy cerca a la llegada, en la SE 1st St. del centro de Miami, mi esposo me dijo: "Mira arriba, ahí está tu papá" yo no entendía y me lo repitió, es ahí cuando levanté la mirada y vi el nombre en toda la esquina, gigante, el nombre de un local...el nombre por el que todos conocían a mi papá "Churchills Barbershop"...papá Churchill.

Lo que siguió fueron lágrimas de felicidad, emoción, coraje, dolor, esperanza...

Este kilómetro de amor me recordó y reafirmó que NUNCA estamos solos.

No espero que mi experiencia sea igual a la tuya, pero si espero mover algo en ti para que sepas que:

• No todas las condiciones tienen que ser perfectas para decidir empezar algo nuevo.
• Si te cuesta, te exige, duele y saca de tu zona fácil...ahí es.
• Disfruta lo que aprendes y aplícalo en todas las fracciones de tu vida.
• Siempre recalcula, equivocarse y corregir en el camino es también válido.
• Somos extraordinarios así que, sea lo que sea que tengas en mente, si te dice que no puedes...créeme que SIEMPRE pudiste, solo que aún no lo ves.
• No sabes a cuantas personas puedes inspirar con una sola acción.
• Ten algo para ti, un espacio que sea tuyo.
• NO estas sol@

Por más kilómetros de confianza, análisis, escucha y amor.

Gracias Familia, Gracias Piero Capanni Orams

Beso al cielo Papá

 P.d: Esa noche mientras celebrábamos, nos atendió un mesero...su nombre Reynaldo, como mi papá. El también celebró conmigo.