¿Qué desafíos crees que trae el 5G?

La revolución 5G será verdaderamente transformadora, hará avanzar la digitalización y ayudará a las economías y sociedades a prosperar. Esta tecnología abre la puerta a la conectividad ultrarrápida y a nuevas herramientas para hacer frente a los grandes retos de nuestra era, como las crisis sanitarias o el cambio climático. Pero también implica desafíos como la seguridad de los datos, la brecha entre clases sociales o territorios, el consumo de energía, las tensiones geopolíticas y, sobre todo, el papel humano, nuestra relación con las máquinas y sus implicaciones éticas.

Los operadores de telecomunicaciones desempeñamos un papel fundamental en el despliegue de la infraestructura y los servicios necesarios para cumplir con estas expectativas. Desde esta posición, he participado en un debate organizado por la revista Ethic y Telefónica con expertos de primer nivel en diferentes campos donde hemos podido intercambiar y compartir puntos de vista y opiniones acerca de lo que está por venir y su significado.

A pesar del aumento del tráfico de datos, el 5G permitirá que la digitalización sea verde, es decir, respetuosa con el medioambiente y alineada con el Acuerdo de París. Las primeras implementaciones en Telefónica muestran un aumento del 90% en la eficiencia energética por unidad de tráfico frente a las redes 4G actuales. Claro que esto no es suficiente: la electricidad que use la red ha de ser renovable, y se deben apagar las tecnologías antiguas para asegurar la eficiencia.

Y sobre esta infraestructura tienen que ir soluciones que nos ayuden a descarbonizar los sectores clave de la economía y fomenten la economía circular. La capacidad de la digitalización para reducir emisiones de CO2 se sitúa entre un 15 y un 35%, según el Exponential Roadmap. Es importante que seamos capaces de aprovechar este potencial. En Telefónica ya hemos empezado a hacerlo: con nuestras soluciones Eco Smart, en 2019, evitamos 3,2 millones de toneladas de CO2, de modo que por cada tonelada que emitimos como compañía ahorramos 3,3 al planeta, el equivalente a plantar un bosque de 53 millones de árboles. En 2020 con la COVID la digitalización y por tanto sus beneficios ambientales han aumentado, se dice que hemos adelantado en torno a 4 años el proceso de digitalización, habrá que ver si ponemos mecanismos para quedarnos con los aprendizajes que esta crisis nos ha traído.

Ética y humanismo

Pero la tecnología y la conectividad van mucho más allá. El 5G también puede potenciar la creación de empleo porque, como dice la divulgadora Silvia Leal, “lo que nos diferencia de los robots es lo que nos hace rentables” por lo que nos recomienda utilizarlos para sacar la excelencia y la empatía.

La ética y el humanismo emergen como elementos determinantes en los avances. “Como europeos, tenemos a nuestro favor que venimos reflexionando sobre la relación del hombre y la técnica desde hace más de 2.500 años”, dice José María Lasalle, director del Foro de Humanismo Tecnológico de Esade.

Y habrá que seguir haciéndolo porque todavía hay muchos interrogantes. Aún no sabemos, por ejemplo, cómo crear un ecosistema razonable de humanos y seres artificiales, donde haya tanta presencia humana como sea necesaria para poder considerarlo nuestra obra y, al mismo tiempo, que este tenga un diseño que nos permita disfrutar de los grandes beneficios que podemos obtener de los entornos automatizados. Para el filósofo Daniel Innerarity, se hace indispensable un modelo en el que ambas realidades se impliquen.

Encontrar la senda para lograrlo es trascendental, porque hay muchos desafíos sobre la mesa. Si antes de la pandemia, ya estábamos lejos de cumplir la Agenda de Naciones Unidas para tener un mundo mejor, el coronavirus puede significar décadas de retraso. Germán Granda, director general de Forética, apunta a la sostenibilidad acompañada de la tecnología como el camino para avanzar. Y, desde luego, es una excelente herramienta facilitadora. Sólo la tecnología 5G es capaz de crear valor social en 11 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas.

Creación de riqueza

El 5G hará posible una velocidad de Internet y una conectividad inteligente que en 2035 generará, aproximadamente, 3,6 billones de dólares en ingresos y 22,3 millones de empleos en el mundo. Si trasladamos estos datos a todos los sectores de actividad nos da una cifra astronómica de 13,2 billones de dólares (Informe The Impact of 5G: Creating value across industries and society, World Economic Forum y PwC). La industria será la que mayor riqueza produzca -4,7 billones de dólares-, seguida de los sectores de información y comunicación, distribución y retail, y del sector público.

Y aquí surge otro gran reto: que el 5G se extienda y sea para todos. Esto es crítico si pensamos, por ejemplo, en las pequeñas y medianas empresas. “La digitalización -explicó el presidente de Telefónica España, Emilio Gayo- puede ayudarnos a incrementar la productividad de nuestras pymes entre un 15 y un 25% y, dado que suponen un 71,8% del empleo de España, esto ayudaría a cerrar la brecha de productividad de nuestra economía con la media de la UE”.

La apuesta por la tecnología ha de ser de país si pensamos bien en lo que dice Federico Ruiz, director del Observatorio Nacional del 5G: “En las comunicaciones -los 2, 3 y 4G- ha habido ganadores y perdedores”. Tenemos la responsabilidad, en la medida de nuestras posibilidades, de evitar que esto se repita: trabajemos para que el 5G y la digitalización nos ayuden a construir un mundo más justo, próspero y respetuoso con el entorno. ¿Crees que es posible?

Te dejo el enlace al foro de Ethic para que, si estás interesado o interesada, sepas aún más sobre los desafíos que supondrá el 5G.