Qué difícil es ser original...y más siendo creativo
Hojeo las páginas de EL PAIS SEMANAL y me detengo en unas bellísimas fotos de Isabel Muñoz sobre los caballos de pura raza española. Al momento, pienso: ¡esas fotos ya las he visto antes! Pero no realizadas por Isabel Muñoz, sino por Peter Müller Peter 30 años antes. Dos artistas con una mirada distinta, cautivados por el mismo objeto y los mismos escenarios, en épocas distintas. Nadie ha copiado a nadie, pero el efecto sorpresa que buscamos todos los creativos, se difumina poco a poco. La originalidad está difícil y más si se topa de bruces con el saco sin fondo de internet, que acumula millones y millones de imágenes, ideas, textos de todas las épocas. Ya no queda nada original, porque todo se repite alguna vez.
Ahora cada vez que un creativo produce una idea, tiene que buscar en internet para confirmar que alguien en algún lugar del mundo no haya hecho algo parecido (un poco, mucho, casi todo) y desecharla, porque nos pagan por hacer algo exclusivo (lo que quiere decir apropiable, y poco apropiable puede ser algo que ya tiene otro). También existe el recorrido inverso: visto el briefing, vamos a ver buscar algo en internet que nos valga, esperando que el cliente no se preocupe de mirar en internet. Demasiada incertidumbre. Demasiado fácil.
Hace ya tiempo, que vengo defendiendo que la creatividad está mitificada, que lo que importa más que la originalidad es el punto de vista personal del que crea. Todo lo que vemos, olemos, entendemos, saboreamos, tocamos acaba siendo transformado por nuestro punto de vista y de ahí nace una nueva visión de la realidad. Esa visión, si es interesante para los demás, estará más cercana a la de un artista que a la de un plagiador. Picasso imitó a Bracque, pero se adentró en el cubismo explorando las formas humanas, porque vio una exposición sobre máscaras africanas que le iluminó. Picasso trascendió su punto de vista a todo el siglo XX.
Stefan Sagmeister es el diseñador que, cada siete años, cierra su estudio y se toma un año sabático. Para pensar. Se le crítica su excesivo personalismo en sus propuestas de diseño. Pero solo hay que ver su trabajo para darse cuenta que sus años sabáticos son muy fructíferos y el pensamiento que le entretiene en el año sabbath le ayuda a ser radicalmente distinto a todos.
Difícil para un creativo seguir estando en primera línea, después de haber creado escuela. Sagmeister lo consigue, quizás por ser tan radicalmente personal.
Vale la pena entrar en el Instagram de Sagmeister y ver cómo otros diseñadores le mandan trabajos para que él los valore. Son clases prácticas de diseño, contundentes, de escasas palabras. A veces, Sagmeister alaba un trabajo, pero anima al diseñador a mejorar el acabado (perfeccionismo austriaco). Otras, utiliza un diseño que no le gusta para explicar lo que no hay que hacer, nunca para hundir al remitente. Todos los comentarios acaban con una coletilla que es casi una regla: Please do not send in designs based on the work of another designer.
Según Sagmeister, todavía queda espacio para ser original. Aunque youtube se empeñe en lo contrario.
Pedro Soler. Partner y Director Creativo de Sowhat.team
Landguage Consulting: Asesor y CEO. Corporate Spin Doctor. #confluencer. Ayudo a profesionales y empresas a encontrar su mejor discurso. Presidente en European Writers' Council. #AgainstWritoids
3 añosNihil novum sub sole...