“Es que no soy creativo”.

“Es que no soy creativo”.

Seguramente en alguna parte de tu vida estudiantil o profesional (independientemente del rubro en el que te encuentres ubicado) confrontaste, mediante un proceso creativo como herramienta principal, todos aquellos imponderables que se te fueron presentando para llegar a las soluciones que en su momento la particularidad en cuestión (o el maestro de tu taller de arte) demandaba. Y es que piénsalo, es poco probable que llegaras hasta aquí sin haberte visto envuelto primero en un lío del que solo tu creatividad podía salvarte. Al paso del tiempo seguro notaste la alta complejidad que implica crear y hacer crecer un proyecto a partir de nada y aunque ciertamente se requieren algunos componentes específicos como esfuerzo, sacrificio y tenacidad, sin importar cuanto trates de evitarlo, siempre todo parte de una idea (la “creatividad en bruto” le llaman). Es curioso escuchar a muchas personas autocalificarse como “no creativos” cuando quizá solo no han encontrado el medio o el canal correcto para potencializar su creatividad o quizá no han notado como se desarrollan ellos mismos dentro de su entorno y van por la vida derrochando ríos y ríos de creatividad sin saberlo.

Pongamos como ejemplo la silla, sí, la silla, aquella que se fraguó según la historia conocida en el siglo XIV y su función original en realidad era la de representar un símbolo de poder para diferenciar al faraón Tutankamón del resto de sus súbditos. Actualmente, este mismo artefacto representa un elemento que un diseñador de interiores elige con base a color, textura, diseño y demás características para incluirse en alguna de sus composiciones y le permite gracias a su creatividad lograr escenarios increíbles apoyándose en elementos básicos.

Dentro de esa misma cadena pensemos en el artesano autor de la silla anterior. Es probable que tenga un momento de inspiración, quizá viendo ejemplos de grandes firmas de diseño o simplemente recordando alguna escena en una película, también es probable que ese mismo momento de inspiración se prolongue mientras observa sus materiales. Quizá para él, temas como texturas o paletas de colores caen por añadidura, y es probable que encuentre en el trayecto dificultades, mismas que son solucionadas con base a su experiencia, su conocimiento del tema y otras más obligadamente a la escasez de tiempo que pueda padecer para concluir dicho trabajo. Una vez más la creatividad ha salvado el día.

Por último, supongamos en el vendedor de dicha silla, (sí, ahondemos más en la cadena de este sensacional artefacto) el o la vendedora deben encontrar una respuesta a cualquier objeción que pueda expresar el potencial comprador, deberá también estar preparado para desarrollar toda una idea con tintes poéticos que garanticen que sus productos en este caso la silla se vendan en el menor tiempo posible… sabrá improvisar la dialéctica requerida para cada tipo de cliente así como su estado de ánimo y desarrollará toda una metodología completa para completar su meta final: vender la silla. Una obra más de la creatividad.

Entendemos entonces que la creatividad es un elemento obligado de cualquier ser humano, vivimos con eso y nos acompaña en cualquier actividad que realizamos, bien lo dijo Einstein: “La creatividad es la inteligencia divirtiéndose” solo hay que entender el lenguaje con el que la manifestamos de manera individual.

En otro lugar de la estantería están las increíbles ideas, aquellas que parecen sacadas de mentes asombrosas a las que solo unos privilegiados logran acceder (que en ocasiones es el erróneo concepto que tenemos por creatividad), las que marcan tendencias y revolucionan lo ordinario, pero aquí indagaremos del concepto de la innovación, para ello, tendremos que partir diciendo que no todo lo resuelve una idea y que muchas veces transformar las ideas de otros dan como resultado increíbles realidades, pero esto lo trataremos en la siguiente entrada, porque como bien dijo también Einstein: «El secreto de la creatividad es saber cómo esconder tus fuentes».

Francisco Paco

Carpintero en CB4U Creating Business For You

1 año

Que bueno que me sali de esa empresa, son unos negreros ratas. No valoran el trabajo ni al trajador bola de ojetes vendidos

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