¿Qué diferencia una buena crítica de una mala crítica en TD? El tiempo
Si perteneces al sector financiero y similares, probablemente habrás notado que cada vez se realizan más reuniones en las que la Transformación Digital es el tema central de discusión. Organización, equipos, proyectos; estos, probablemente, serán algunos aspectos donde tu organización esté buscando aplicar TD.
La atención que las organizaciones están colocando sobre estos procesos es una buena señal. Sin embargo, seguimos encontrando obstáculos importante, incluso cuando ya se ha asumido el reto de comenzar a implementar.
En ocasiones anteriores he comentado que la resistencia al cambio es un factor primordial que las organizaciones deben atender a la hora de implementar TD. Gran parte del éxito pasa por lo cultural. Hay mucha teoría sobre el tema, existen incontables metodologías para manejar y empoderar a los equipos de trabajo, sin embargo, hoy quiero comentar un tipo de escenario negativo que, en mayor o menor medida, se da dentro de las organizaciones y, en definitiva, genera resultados negativos.
La crítica a destiempo: entropía cultural.
Desde cierta perspectiva podríamos decir que la crítica en si misma es Buena y debe darse, pero es el cáracter de que "tan Oportuna sea", para derminar si es constructiva o destructiva por ejemplo, he notado con preocupación reiteraciones de casos como el siguiente:
Se planifica una reunión para definir las bases de un proyecto. Este proyecto se alineará con diferentes variables de la Transformación Digital. Alguien del equipo, sin importar el rango, lleva la batuta en el tema; propone ideas y ciertos modelos de desarrollo, para el proyecto.
Ahora bien, la reunión transcurre y, a primera vista, todo el equipo parece estar de acuerdo. Nadie refuta las ideas. Todo parece tan claro que nadie se atreve a complementar. ¡Partimos!, en esta instancia una critica u observación, sería claramente definida como constructiva, pero...
Pasa el tiempo y comenzamos a evaluar resultados: el proyecto no ha obtenido los resultados esperados. Reunión. En este punto -todos podemos imaginar la tensión que genera la falta de resultados- comienza una etapa de evaluación. Y sucede que, en muchos casos, es en este punto cuando afloran las críticas a la dinámica planteada para el proyecto en cuestión: “Yo sabía que esto iba a salir mal porque…”. “Yo veía que este giro no nos convenía debido a…”. “Para que funcionara, necesitábamos…”.
A este fenómeno le llamo “la crítica a destiempo”. Y es lamentable que suceda. Cuando un proyecto está comenzando y se genera la planificación, es improbable que una sola persona tenga todas las respuestas. Hablamos de una metodología integral donde cada integrante del equipo debe aportar su enfoque. Entonces, estas prácticas negativas generan dos escenarios lamentables: primero; como la planificación no contó con un basto complemento por parte de todos los integrantes, el proyecto probablemente tendrá deficiencias, lo cual generará resultados negativos que, posteriormente, conllevan a la frustración. Segundo; si las críticas y los noaportes se hacen una vez el proyecto ha fracasado, se generará en el equipo un clima de hostilidad y desconfianza que no solo repercutirá negativamente en el proyecto del momento, sino en los futuros.
Ambos escenarios suscitan un fenómeno que denomino “entropía cultural”. Las personas, ya sea por resistencia al cambio o simple desconfianza, no participan en las planificaciones y, probablemente tienen aportes valiosos que brindar. Asimismo, una vez el proyecto presenta deficiencias, vienen la críticas a destiempo que en nada ayudan y, por el contrario, terminan enturbiando las relaciones.
¿Y quién es el mayor perdedor? La organización. Porque finalmente estos escenarios generan mayor confusión sobre los procesos y terminan retrasando su implementación. Y a mayor retraso mayor riesgo. Estamos en una carrera contra el tiempo.
En resumen: si tienes algo que decir, dilo. No esperes al final. Contribuye desde el comienzo y, si nunca lo haces, abstente de llorar sobre la leche derramada y contaminar a otros.