¿Qué influencia traerá la reducción de jornada para los emprendedores?

Ya es casi un hecho que la jornada laboral en España se reducirá en 2,5 horas semanales, con un computo general de 37,5 horas frente a las 40 que existían. Esto supone media hora menos de jornada al día para las jornadas completas y una hora si el trabajador hace jornada partida.

Esta realidad que se ha llevado a cabo sin tomar en consideración la opinión de quienes la van a costear va a influir en todos los niveles empresariales, y como es de esperar, los emprendedores serán los primeros en notar el golpe econòmico que esta medida va a suponer, ya que en líneas generales esto lo que trae en una primera impresión es un aumento de costes de producción.

En el punto actual, es interesante cuestionar si la medida es acertada y hasta qué punto es realmente beneficiosa para los trabajadores, sin mencionar que es totalmente arbitraria e injusta para quienes generan el empleo en nuestro país.

Probablemente, el colectivo social no tenga en conocimiento la realidad de los autónomos, que representan junto con las pymes, el mayor productor económico en España. Lo cierto es que en enero de este año, 168 negocios cerraron la puerta y más de 500 autónomos se dieron de baja, todo esto como resultado de la agresiva carga fiscal, sumado a la incapacidad para hacer frente a los distintos compromisos que representa gestionar un negocio, debido al alto coste de producción generado por una inflación que está sumergiendo cada día más a las personas.

El punto de mira está en cómo van a afrontar los emprendedores todo este peso económico que cada día es menos posible de soportar para ellos. Con las bajas actuales, el pronóstico no es esperanzador y la pregunta es si son los emprendedores son una especie en extinción o van a encontrar la fórmula para salir airosos de éstas imposiciones.

Personalmente, creo que un número importante de emprendedores van a abandonar sus negocios. Aún así, también conozco la fortaleza personal de quienes deciden iniciar sus propios objetivos y se juegan sus economías individuales, apostando a un golpe de suerte como resultado de su arduo trabajo y esfuerzo. No va a pasar mucho tiempo hasta que entendamos que no se puede perjudicar a la clase productiva en pro de discursos populistas sin fundamento lógico y que sólo persiguen una división estructural del sistema.

Todos merecen tener una vida mejor, incluidos los emprendedores. Y no se trata de beneficiar a unos dañando a otros, o quitarle a unos para que tengan otros. Se trata de que cada quien tenga aquello que trabaja.

Acabar con el colectivo emprendedor es una de las ideas menos afortunadas que una sociedad puede tener. Y, para fortuna de muchos, los emprendedores son seres humanos que luchan como si no tuvieran un mañana, se esmeran para alcanzar una vida por encima de la media, y están dispuestos a pagar la cuota que el buscado éxito les quiera pedir.

Por éstas y muchas más razones, aspiro y espero que los emprendedores en España reconozcan su propio valor y el aporte imprescindible que ofrecen. De esta manera, seguiremos viendo gente trabajando por una vida mejor, innovando para ofrecernos una vida más bonita y aspirando a estar en el siguiente nivel, ese que tanto se merecen.

No son buenos tiempos para los emprendedores, por supuesto. Aún así, no creo que vayan a desaparecer. Si fuera de esa manera, nos esperaría un futuro muy oscuro y desolador. Creo que seguiremos teniendo soñadores que trabajan, personas con ilusión de un mañana mejor y seres humanos que se aplican mental, física y emocionalmente, dando su cien por cien en un negocio que más tarde o más temprano les pueda otorgar la libertad que todos sean y pocos trabajan.