¿Qué nos dice Wordle sobre el management?

¿Juegas a Wordle? En caso de que no te suene, Wordle es un juego que se ha hecho muy popular, y que consiste en adivinar una palabra de cinco letras en sólo seis intentos. Aunque empezó en inglés, ahora cuenta con versiones en más de 50 idiomas.

La creación y el éxito de este juego es un caso de negocio en sí mismo: desarrollado por Josh Wardle, se hizo viral en octubre de 2021 y fue vendido a The New York Times tres meses después. Además de la sencillez del diseño, refleja también el papel de la casualidad en el mundo de los negocios.

Pero, ¿qué tiene que ver Wordle con la dirección de empresas? Como en el IESE enseñamos dirección de empresas, no puedo evitar ver paralelismos. A continuación comparto tres reflexiones:

• La fuerza de la diversidad. No deja de sorprenderme la multitud de estrategias con las que la gente juega a Wordle. Éstas varían en función de su formación, de su personalidad, de sus vidas. La mía refleja mi formación como ingeniero alemán: combino algo de conocimiento lingüístico con un poco de "inteligencia artificial" para reducir rápidamente el número de opciones posibles. En cambio, nuestro director de comunicación, un estadounidense con una larga trayectoria periodística, tiene un enfoque muy diferente, que se fundamenta en un conocimiento intuitivo de las palabras y de las combinaciones de letras. La diversidad contribuye a la conversación, de igual modo que enriquece a los equipos y las organizaciones, y demuestra una vez más que no hay una única manera de resolver ni siquiera el más pequeño de los retos.
• La importancia de conectar. Un momento decisivo en el éxito de Wordle fue la posibilidad de compartir los resultados en casillas de colores sin revelar la palabra. Esto transformó instantáneamente el juego en una actividad social, en lugar de solitaria, y marcó la diferencia. Estamos agotados tras dos años de pandemia, y necesitamos más que nunca conectar y celebrar nuestros logros con los demás. Esos logros no tienen por qué cambiar el mundo; pueden ser una pequeña tarea bien hecha. Lo que resulta crucial es encontrar formas de conectar como equipos y reconocer el éxito.
• El poder de un objetivo común y sencillo. Para mí, parte del atractivo del juego es que todo el mundo, en todas partes, se esfuerza por averiguar la misma palabra. Sería otro juego si las palabras cambiaran según el lugar o fueran simplemente aleatorias. Trabajar con un objetivo común nos acerca. Y ese objetivo debe ser sencillo y entenderse con claridad. Hay mucho debate en Internet sobre si la adquisición por parte de The New York Times complicará el juego, con palabras más complicadas. En realidad, muchos juegos de palabras son para gente interesada en el lenguaje, y no para quienes prefieren los números. Sin embargo, los objetivos más eficaces son sencillos e inclusivos.

Tras la pandemia y la actual tragedia de la guerra en Ucrania, a todos nos hacen falta pequeñas distracciones. En el IESE, hemos introducido recientemente una política de desconexión digital para garantizar el descanso que todo el mundo necesita y poder disfrutar de la vida fuera de la oficina. Recientemente, el autor y profesor Arthur Brooks, habitual ponente en el IESE, distinguía en una columna el disfrute del placer - el placer es algo que te ocurre, y el disfrute es algo que construyes con tu propio esfuerzo. “El disfrute es mejor que el placer porque es más consciente y permanente", afirma. “Lejos de ser un desperdicio, el disfrute es regenerativo y restaurador, por lo que merece tiempo y recursos".