¿Qué pasó? ¿Qué pasa cuando te das cuenta de que era tu estación al ver las puertas del tren ya se han cerrado?
A mí me pasaba mucho hace años, cuando viajaba al trabajo en el metro y leía. Al darme cuenta de que ya llegaba a una estación que no era la mía y tenía que bajar del tren y dar la vuelta de la estación para coger otro de vuelta a mi parada.
La gran ventaja de la red de trenes es poder hacer esto. El problema es cuando te pasa en la vida. El sábado por la noche, conocí a alguien con la que tuve una conversación fabulosa que no queríamos terminar y seguíamos hablando hasta las tantas. Al despedirnos, me di cuenta de que no sabía más que su nombre, ni se me había ocurrido pedir su número de teléfono, tan intensa era la conversación que parecía imposible que no seguiría más adelante.
Es un ejemplo de uno de los momentos de la vida cuando no vemos lo que está pasando en ese lugar y en ese momento, el tren sale de la estación. Pero, en este caso, al salir de ella, desaparece en la oscuridad de túnel para siempre.
Soy de las personas que hago menos caso de lo que debo al presente que el futuro me parece más interesante que llueven opciones infinitas de lo qué puede suceder, lo cual me excita como a un niño pequeño cuando ve los regalos de Navidad.
El día después al levantarme, pensaba en lo sucedido. Una amiga que no dejará de ser una fantasma, la chica de la curva. Es una pena. Si hubiese sido más consciente de la realidad de la situación, habría organizado una segunda conversación.
Esto es un ejemplo típico que hemos vivido muchos. Conversaciones que habrían podido convertirse en amistades, compras que hubiesen traído recuerdos de un viaje inolvidable, palabras que pudiesen haber cambiado una situación para evitar sufrimiento posterior.
¿Qué puedo hacer para evitarlo?
A veces las preguntas más sencillas son las que más cuestan contestar…
Si preguntas a un gurú de Mindfulness, que es la última tendencia para curar todos los males del mundo moderno, te contaría que hay que conectar más con la actualidad, donde estás en cada momento y no en lo que vas a hacer después o si te acordabas de cerrar la puerta con llave al salir de casa.
Hasta cierto punto, diría lo mismo. No obstante, si yo mismo no lo hago, mi consejo pierde peso. Entonces, creo que es cuestión de entrenarte. Hay que ser consciente del momento que tu atención deja de estar en el ahora y aquí y analizar el motivo. Si estás en una conversación que no te interesa, no estés allí. Discúlpate y te vas.
Si te distraes con demasiada facilidad, haz algo. Al perder conexión con la realidad, céntrate. Pide perdón, y haz una pregunta a la otra persona acerca de lo último que te acuerdas de la conversación. Guarda ese momento y al terminar la conversación, reflexiona a ver cuál crees que es el motivo por la falta de atención y apunta unas sugerencias acerca de cómo lo puedes evitar la próxima vez que estés en una situación y sales de ella.
El ejemplo más típico en mi caso es cuando salgo con amigos y estamos en un bar, tomando algo y charlando. Mientras tanto, me pierdo en las opciones de dónde podemos ir después: Si vamos a tal sitio a picar algo, o al otro que tiene unos vinos exquisitos y al otro que se está de lujo en la terraza. Cuando me doy cuenta de esto, les cuento que estoy pensando en eso y pregunto si alguno tiene preferencia del tipo de plan y suelto las opciones si no hay una contestación firme. Todo esto me da tiempo para centrarme de nuevo en el presente que ya no tengo porqué encargarme de decidir adónde vamos y, entonces, me recuerdo a mí mismo que da igual. Vamos a estar igual de a gustos vayamos donde vayamos, dado que lo importante es estar con tu gente y disfrutar de ellos estemos donde estemos.
Contadme vuestras técnicas para volver a enfocarte en el presente.