¿Qué rol puede ocupar el carsharing en nuestras ciudades?

¿Qué rol puede ocupar el carsharing en nuestras ciudades?

En las ciudades sobran coches y, afortunadamente, cada vez más personas y gobiernos entienden este problema al que nos enfrentamos en las sociedades modernas.

Sin embargo, no queda claro todavía el modelo o modelos que puedan sustituir la supremacía que el coche ha tenido en el diseño de nuestras ciudades desde que se adaptó su uso masivo.

En este artículo quiero intentar analizar qué rol podría ocupar el modelo de carsharing, los diferentes enfoques posibles y sus potenciales beneficios y desventajas.


¿Qué es el carsharing y qué tipos existen?

Antes que nada, creo que es importante definir correctamente lo que significa carsharing y los diferentes modelos que existen para evitar confusiones.

Según la información que he podido recoger, una definición concreta sería:

"El carsharing es un sistema de alquiler de coches por cortos periodos de tiempo, normalmente a través de una aplicación móvil, para su uso individual."

Ahora bien, además de esta definición, creo que es necesario entender los diferentes tipos que existen:

  • Basado en estaciones (round trip): en un formato más similar a lo que sería el alquiler de coches tradicional, este modelo obliga a sus usarios a coger y dejar el coche en la misma ubicación.
  • Basado en estaciones (one-way): aumentando un poco más la libertad que el modelo anterior, esta opción cuenta con una serie de ubicaciones donde los conductores pueden elegir tanto coger como dejar el coche.
  • Free floating: esta tercera opción permite a los usuarios estacionar o coger los coches en cualquier zona de aparcamiento permitida restringida por unos límites escogidos por el operador del servicio.


Beneficios del carsharing

Una vez entendidos tanto el concepto general como los diferentes tipos que existen, en este apartado quiero los que, para mí, son los 3 principales beneficios de esta nueva opción de movilidad:

  • Optimización del uso del coche: uno de los datos más conocidos del uso del coche es que, de media, suelen estar entre un 90% y un 95% aparcados. Es decir, sin usar. Es por esta razón que los sistemas de carsharing permitirían hacer un uso más eficiente del coche aprovechándolo mejor.
  • Reducción de la contaminación: al reducir el número de coches necesarios para moverse por nuestras ciudades, la contaminación en estas se vería altamente reducida. Además, los despliegues de grandes flotas eléctricas hacen que las emisiones directas de C02 en los trayectos realizados también bajen.
  • Recuperación de espacio para las personas: menos coches, menos contaminación y más espacio para lo que realmente importa: las personas. Con el coche en el centro de la planificación urbanísitica de casi todas las grandes ciudades del mundo nos hemos olvidado que quienes vivimos en ellas somo las personas. Usar sistemas de carsharing optimizarían el uso del espacio, recuperando zonas importantes para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.


Desafíos del carsharing

Así como creo que el carsharing cuenta con potentes benificios para la instauración de un modelo de movilidad más sostenible, he podido entender qué desventajas tiene ahora mismo la industria.

En mi opinión, estos son los 3 desafíos más importantes que el carsharing deberá superar para establecerse como una opción real y eficiente de transporte:

  • Horas pico y horas valle: si los coches se pasan, a veces, un 95% del tiempo aparcados no es porque a los conductores nos encante aparcar en paralelo. Esto ocurre porque habitualmente la gran mayoría nos movemos por los mismos sitios a las mismas horas. Esto se traslada a los sistemas de carsharing que sufren de una demanda que no pueden satisfacer con la cantidad de vehículos en su flota en las horas pico del día (8 de la mañana, 3 de la tarde, etc.) pero que luego cuentan con un excedente gigantesco en el resto de horas del día (11 de la mañana o 11 de la noche).
  • Regulación: como ya pasa en el caso de los patinetes, la reciente aparición de sistemas de carsharing, especialmente los del formato free-floating, deben regirse a la regulación que haya en cada ciudad, haciendo muy difícil la homogenización de las operaciones y la expansión entre ciudades que no compartan políticas.
  • Percepción: luchar contra una mentalidad establecida es probablemente el reto más difícil para el carsharing. Primero, porque la gente sigue teniendo la creencia inconsciente de que todo el mundo deber tener un coche en propiedad. Y segundo, porque como ya comenté en este artículo, sigue existiendo la mala práctica de no cuidar y proteger los servicios que no son nuestros en propiedad y son de otro (un ayuntamiento, una empresa...).


Conclusión

Por tanto, con la información que os acabo de presentar, ¿cuál pienso que es el futuro del carsharing? Honestamente, lo veo poco diferencial para lo que podría ser.

En mi opinión no veo un cambio de actitud hacia una sociedad tan colectiva como el carsharing lo necesita. Para el éxito de este tipo de modelo de movilidad compartida y sostenible haría falta mucha más consciencia y responsabilidad social en muchos aspectos (cívicos, medioambientales, etc.).

Por tanto, hasta que no llegue el punto en que las ciudades limiten o incluso prohiban la circulación de coches privados, el carsharing creo que deberá encontrar su hueco en casos de uso muy concretos pero en ningún caso masivos ni generalizados.





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