¿Qué significa el encierro?
Si revisamos Wikipedia podemos ver como una traducción básica nos dice que: “es un modo de privación de la libertad en el que un ser permanece, voluntaria u obligadamente, dentro de un recinto cerrado”. Pero más allá de su significado es bueno entender como cada uno de nosotros la vive, especialmente los jóvenes y ancianos.
Los especialistas explican que la generación que hoy está en la tercera edad se resiste a cualquier cambio de su cotidianidad, llevándolos a generar conductas de aislamiento con sentimientos de tristeza y deseo de morir. Por suerte la tecnología permite una mayor interacción social o acercamiento a sus seres queridos. Pero lo crucial es su voluntad y deseo de aprender a usarla pudiendo valerse por si mismos. Sin embargo, existe un gran porcentaje de esta generación, la cual cree que si muestran independencia y autonomía pueden perder el amor y la preocupación por parte de sus familiares y cuidadores.
El hecho del confinamiento es similar a vivir un duelo, su reacción inicial es de enojo y en algunos casos ira. En la segunda fase pueden pasar por un poco de depresión y finalmente se supera cuando se empieza a valorar más lo que tienen a su alrededor de lo que el encierro les quitó. Hay quienes han aprendido a tener una rutina diaria donde su mente esta activa con lecturas de libros, conciertos y otras actividades más divertidas como juegos de mesa o comunicación virtual con amigos y familiares que hace mucho no frecuentaban.
Pero ese es el lado positivo, sin duda existe otro grupo cuya fortaleza emocional no estaba bien al momento de iniciar con este confinamiento. Muchos padres con sus hijos viviendo en otras ciudades, o viudos sin hijos o familia alguna que se preocupe por su bienestar y que lo más cercano a familia eran otros en su misma condición. Estos son los que más generan preocupación ya que hoy sienten que no hay motivos para cuidarse o seguir adelante. La OMS, reveló que la depresión es 1,5 veces más común entre las mujeres que en los hombres. Y tres grupos de edad son particularmente vulnerables: jóvenes, mujeres embarazadas y en estado de posparto y los ancianos, especialmente los jubilados; según la OMS para finales del 2020 esta enfermedad será la más frecuente en el mundo, por encima de las cardiovasculares y el cáncer.
Para los hijos la culpa es grande, así el encierro o el final de él no esté bajo su control. Sin embargo, siempre llegan pensamientos de que hemos hecho mal o que más deberíamos hacer. Aunque existe un momento de la vida donde las personas buscan sus sueños así ellos nos demarquen el tener que dejar el nido, no dejamos de ser hijos o nietos, con sentimientos hacia quienes nos formaron e hicieron de nosotros personas de bien con valores y sentimientos de bondad.
En los jóvenes la sensación de encierro es distinta, en ellos el sentimiento de ira e incredulidad es mayor, no ven razones suficientes que justifiquen el perder la posibilidad de ver a sus amigos, de perder la opción de ir y venir a su parecer. Cuando hablas con muchos de ellos, el sentimiento de frustración es notable, no creen que valga la pena un futuro sin socializar, abrazar y tener “planes” como lo llaman ellos.
Una reciente investigación española, identificó que el 85% de madres y padres notaron cambios en el estado emocional y el comportamiento de sus hijos y que el síntoma más frecuente fue la dificultad para concentrarse, seguido de aburrimiento, irritabilidad, inquietud y preocupación por todo lo que han perdido. Todos pasan mucho tiempo frente a pantallas, con baja actividad física ya que están durmiendo más horas durante la cuarentena.
Vemos como uno de los impactos más grandes fue ver como los alumnos que se graduaban de su año escolar o de su carrera universitaria recibían sus certificados de manera virtual sin la opción de la celebración, de la despedida o el agradecimiento. Veo como mi hija reclama con vehemencia ante la perspectiva de no poder visitar a sus amigas o el poder asistir a sus clases y vivir una adolescencia normal.
¿Y qué podemos hacer? siendo honestos sobre la incertidumbre y los desafíos de la pandemia, debemos tratar de darles permiso a ambos grupos que puedan hablar de sus sentimientos Es muy importante pasar un rato al aire libre o hacer ejercicio. Las interacciones sociales por videoconferencias, teléfono, mensajes en línea son importantísimas y mejor, si son a la misma hora todos los días.
Las siestas no hacen bien, nunca más de media hora. Debemos evitar la conectividad nocturna, porque la luz azul inhibe la hormona que nos ayuda a dormir. Si se quejan por la falta de fiestas de cumpleaños, de salidas y encuentros con amigos, es importante validar la tristeza y la frustración, reconocer su pérdida, escucharlos con empatía y reconocer sus pensamientos, sentimientos y emociones, además de ayudarlos o promover que los exploren y comuniquen.
Directora Comercial - General Manager
4 añosEntiendes perfectamente los desafíos de tener adolescentes en cuarentena, buenos insights