¿Qué significa tener un pensamiento estratégico?, ¿Cómo identificar que debes desarrollar para fortalecerlo?

¿Qué significa tener un pensamiento estratégico?, ¿Cómo identificar que debes desarrollar para fortalecerlo?

Alguna vez leí que, según Thomás Alva Edison, “El cinco por ciento de la gente piensa; el diez por ciento de la gente piensa que piensa; y el otro ochenta y cinco por ciento prefería morir antes que pensar”.  Es tal vez por eso, que cada vez más las organizaciones indican en el perfil de búsqueda de candidatos la necesidad de encontrar líderes con un pensamiento estratégico desarrollado, pero ¿qué significa tener un pensamiento estratégico?, esa creo que es la pregunta clave para entender cuáles son las competencias que debemos desarrollar para ser un candidato importante en el mundo actual.

Pensar estratégicamente no es fácil, y tal vez por eso es una de las habilidades más valoradas en un mundo tan competitivo. Al tratar de llevar esta competencia en la vida diaria, podría decir que el pensamiento estratégico es la forma como las personas visualizan, evalúan y crean un plan para llegar a un futuro que se han puesto como meta personal; pero si se lleva a un nivel netamente empresarial, el pensamiento es definido por los estudiosos como “ la habilidad de generar de manera continua un análisis profundo de alto valor, estrategias, tácticas, conceptos y planes para lograr una ventaja competitiva”; sin embargo es clave también lograr entender que el pensamiento estratégico es la generación de ideas continuamente y la planeación estratégica es la canalización de esas ideas en planes de acción que contienen metas y objetivos medibles, lo cual hace que deba ser periódico para dar oportunidad a ver los resultados obtenidos y así poder evaluarlos.

En cuanto a los tipos de pensamiento estratégico, encontramos personas que divagan permanentemente y nunca lograr concretar nada, no tienen la estructura para organizar ideas. También existe la otra clase de pensadores que podemos denominar como los superficiales, son aquellos que identifican el problema, pero no profundizan en los porqués, lo que al final genera que sus propuestas no tengan un gran impacto. A estas dos clases le podemos sumar, aquellas personas que con un direccionamiento de un superior o de alguien a quién identifiquen como un líder al cual le pueden creer y seguir, proponen buenas ideas siempre y cuando,  tengan a ese alguien que los guie permanentemente; y finalmente está el grupo más pequeño y difícil de encontrar, el cual llamamos de generación continua, es decir aquella persona que tiene el entrenamiento y autodisciplina suficiente para que su creatividad llegue muy lejos. 

Dentro del enfoque de pensamiento estratégico, es muy importante la asignación de recursos para llegar a ese objetivo propuesto. El tener recursos de forma ilimitada no garantiza el logro o el éxito, al contrario, cuando creemos que estos recursos son ilimitados generalmente derrochamos sin llegar al objetivo y si llegamos no es eficientemente.

Si queremos saber si tenemos esta habilidad debemos revisar cuales son las competencias que debemos tener o desarrollar y para ello se pueden listar algunas de ellas:

Visión sistemática: tener en su mente el 100% de la situación con sus riesgos y oportunidades y como estamos dentro de el, en lo que se refiere a que rol tenemos en la solución o mejora.

Capacidad para ejecutar: enfocar el esfuerzo, la energía y el recurso en lo que genera mayor impacto.

Pensamiento continuo: habilidad para estar revisando la situación continuamente para tomar decisiones rápidas que lo mantengan en el rumbo correcto.

Oportunidad: Identificar que puedo hacer en el momento justo, tomando riesgos y evaluando soluciones ante el peor escenario.

Flexibilidad: habilidad para diseñar planes flexibles, aprender a escuchar señales y ser humilde si ellas te dicen que vas por el camino equivocado.

Proactividad: dejar de lado el si me piden doy, si me preguntan contesto ya que generalmente cuando se es reactivo las respuestas no son buenas y carecen de efectividad.

Receptividad: una profunda capacidad de escucha, comprendiendo el momento y tomando lo más valioso de él, sacando lo positivo de la situación.

Equilibrio: poder tener un sentido de la realidad y de los tiempos, no perdiendo tiempo en lo bueno que fuera si pudiera o tuviera.

Es claro que tener todas estas competencias super desarrolladas es como pensar en super hombre/ mujer que todo lo puede, la realidad es que la clave de éxito está más en rodearse bien, saber encontrar aquellas personas que tienen más desarrolladas las habilidades que no tenemos para que en conjunto logremos ese poder de equipo. Lo más importante en este punto es interesarse por aprender algo de lo que mis compañeros, amigos o subalternos dominan, ya que no es malo no saber de todo, pero si es muy malo no interesarse por aprender.

Creo firmemente que el pensamiento estratégico no solo es aplicable a la vida corporativa, también podemos desarrollarlo en el eje  personal, ya que cuando pensamos en nuestra vida, la debemos ver como un gran proyecto, donde debemos tener una visión de futuro, es decir, saber a dónde queremos llegar, identificar que necesito para llegar allá, en cuanto tiempo lo quiero lograr, que indicadores voy a tener para saber si voy por el camino correcto, que recursos voy asignar a cada fase y lo que es quizás más importante ser positivos ante la adversidad para tomar decisiones rápidas que me permitan retomar el rumbo; y tal como lo dijo Alva Edison: “Si hiciéramos todas las cosas de las que somos capaces , literalmente nos sorprenderíamos a nosotros mismos



Tere González Santini

Comunicadora y Coach Certificada

4 años

Que buen articulo Pati. Tu siempre acertada!

Natalia Bohorquez Martinez

| Gerente de Mercadeo | Director de Mercadeo | CMO | Mercadeo Digital | Publicidad | Relaciones Públicas | Comunicaciones | Consultor de Mercadeo |

4 años

Gracias por compartir, muy valioso para cualquier profesional. También es clave no dejarse llevar por el día a día y que las decisiones sean tomadas con el análisis que mencionas. Hay un dicho que también coincide con fortalecer las áreas donde no eres fuerte y acompañar tu camino profesional: “Rodéate de estrellas y brillarás”

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