¿Qué sucede con las plataformas digitales latinoamericanas?

¿Qué sucede con las plataformas digitales latinoamericanas?

Indicar que el mercado de las plataformas digitales es el presente y futuro de los negocios es caer en un lugar común. Así como asegura el informe de la CEPAL, Datos, algoritmos y políticas: la definición del mundo digital, la economía digital propiamente tal inició su desarrollo hace un par de décadas, con una dinámica caracterizada por la creación de bienes y servicios digitales y modelos de negocios en línea basados en plataformas de alcance global. Estos modelos, intensivos en el uso de datos, han ido creciendo rápidamente al punto que sus actores emblemáticos se han posicionado más allá de la industria digital.

No es un secreto que los actores de la industria digital se han posicionados como las empresas más rentables del mundo. Para 2018, Apple tenía un valor de mercado de 910.000 millones de dólares; Alphabet, 800.000 millones; Amazon, 702.000 millones; Microsoft, 699.000 millones; Facebook, 522.000 millones; Tencent, 520.000 millones, y Alibaba, 479.000 millones.

El investigador Peter Evans, del Centre Global Enterprise ha creado una tabla en la que muestra la cantidad de plataformas digitales que se crean por regiones y el valor que estas poseen en el mercado mundial. Los datos son inquietantes -aunque no sorpresivos.

Como podemos observar, países como Estados Unidos y Canadá dominan el mundo de las plataformas digitales; les siguen los países asiáticos. Luego se encuentran los países europeos y, finalmente, África y América Latina.

Para Geoffrey Parker, profesor de Ingeniería y Director de la Maestría de Administración de Ingeniería en la Dartmouth's Thayer School of Engineering, el éxito y dominio de las plataformas del norte de América se debe a que estas han podido responder a estándares comunes dentro de sus sociedades, tales como la lengua, la cultura, los valores y, a partir de allí, han estimulado la adopción masiva de las mismas.

El mismo caso se puede observar en Asia, según Parker. De hecho, nos explica que es precisamente la falta de estándares comunes lo que ha relegado a Europa en el mundo de las plataformas digitales.

Ahora bien, si partimos de las premisas anteriores, creo que es lógico preguntarse ¿qué sucede con Latinoamérica? Somos una región compuesta por cientos de millones de personas, quienes compartimos la misma lengua, valores, historia, cultura pero aún así nuestro desempeño sigue siendo prácticamente insignificante.

¿Sabían ustedes que América Latina es el primer consumidor global de webs extranjeras por la falta de plataformas locales?

Según un estudio realizado por Raúl Kantz, investigador y profesor de la Universidad de Columbia, América Latina es la región del mundo con menor porcentaje de plataformas digitales propias. Solo un 26,6% de los sitios web, redes sociales o buscadores consultados con regularidad por sus ciudadanos se han desarrollado en tierras latinoamericanas. La mayoría pertenece a firmas extranjeras, sobre todo de EE UU.

Entonces, cuando especialistas como Evans y Parker, al igual que muchos otros, afirman que el modelo de negocio de proporcionar servicios independientes está en jaque -ellos hablan de “fundamentalmente quebrado”- es válido preguntarse: ¿estamos conscientes de tales premisas, que desde hace ya tiempo rayan en lo común?

Frente a nuestros ojos han pasado y seguirán pasando casos de éxitos y fracasos. Siempre podremos hablar de Apple, Google, Facebook, Spotify, como referentes digitales, pero también de Nike o McCormick, empresas que vienen de industrias tradicionales y que se han sabido digitalizar muy bien. Por otro lado, tampoco olvidamos a empresas como Blackberry y su estrepitosa salida del mercado.

El Abc de las plataformas.

“Una plataforma es una capa de tecnología que ayuda a diferentes tipos de usuarios a crear un valor e intercambiar ese valor con otros pero también es un modelo de gestión que explica y controla los tipos de comportamiento. Su objetivo es lograr correspondencia entre proveedores y consumidores” explica Geoffrey Parker.

Las plataformas digitales alientan y facilitan la creación de objetos de valor y su consumo. Y el crecimiento del valor vendrá dado por el efecto que pueda generar en la red.

No profundizaré acá sobre la Ley de Metcalfe ni la ventana de negocio que existe en la relación desarrolladores-usuarios. Son conceptos que ya se dominan. Hablar de plataformas digitales o efectos de red parece ser un cuento repetido dentro de la comunidad de emprendedores. No hay congreso, foro o taller en el que no se haga mención a los conceptos básicos y características de los mismos. Sin embargo, seguimos muy atrás en el negocio digital y lo más alarmante es que hay una demanda altísima de estos servicios.

Los usuarios existen; están allí, esperando. Depende de nosotros si proveeremos productos a lo Blackberry o soluciones realmente funcionales, disruptivas y sostenibles en el mercado.

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