¿Qué tienen en común un elefante, Usain Bolt y una empresa?

¿Qué tienen en común un elefante, Usain Bolt y una empresa?

¿Sabían ustedes que cuando Usain Bolt estableció el récord mundial de 100 m planos corrió a una velocidad de 37,58 km/h? ¿Y sabían que el animal más pesado sobre la Tierra puede alcanzar la misma velocidad pesando 120 veces más que Bolt? Esta simple comparación evidencia una verdad universal: un organismo grande puede ser igual de veloz o ágil que uno mucho más pequeño. La agilidad no depende de cuán grande sea el organismo sino de su constitución interna.

Aplicando lo dicho al mundo organizacional somos testigos de que muchas empresas en las que hemos trabajado procesos de transformación cultural han llegado a tener una agilidad en sus procesos e interrelaciones tan significativa como pequeñas organizaciones. La clave está en su constitución interna: personas ágiles que crean procesos ágiles y que operan en sistemas ágiles. Claramente el núcleo de esta tríada son las personas pues ellas son quienes crean, alimentan y cambian los procesos y los sistemas.

Por ello para lograr una cultura ágil necesitamos trabajar en la forma como las personas se aproximan a los cambios, a los desafíos que se presentan en el camino o a la relación con sus principales stakeholders. Se puede trabajar mucho en aprender metodologías ágiles, que ciertamente son muy útiles, pero si no se trabaja a la par en un cambio de mentalidad, poco o nada se logrará. Se trata de una forma de pensar, de sentir y de actuar que debe estar presente en la organización desde el comportamiento de los líderes, hasta en los protocolos de atención al cliente o en la base de los procesos de administración.  

¿Cómo lograr esta mentalidad ágil que promueva la flexibilidad, el empoderamiento, la colaboración, el enfoque en el valor incremental y la resiliencia? El camino no es corto ni único. Pero en nuestra experiencia incluye necesariamente trabajar en cuatro dimensiones: el estilo de liderazgo, el alineamiento de los procesos críticos, las conductas recurrentes de los colaboradores y también en los principales rituales de la organización.  Transformando estos elementos desde los principios de la agilidad se puede lograr que incluso una organización tan robusta como un elefante corra tan rápido como Usain Bolt.

Recordemos que, si la velocidad de los cambios externos a una organización es mayor a la velocidad de los cambios internos, esa organización no tendrá mucho éxito. Dicho de otra manera: el grado de éxito de una organización será proporcional al grado de adaptación frente a los cambios de sus stakeholders. Y ¿Quiénes se adaptan? Las personas con mentalidad ágil. Ahí está la clave.

Autor: Gabriel Pereyra

Ingrid Villanueva

Gestión de Talento🚀 | Reclutamiento y Selección👥

3 meses

De la reflexión, me quedo con "personas ágiles que crean procesos ágiles y que operan en sistemas ágiles" como clave ✨

Marisol Medina Vivanco

Gestión del Talento, RRHH, comunicación, cultura, SST, Sostenibilidad, Coach Ontológico, coach Neurolinguistico y especialista en PNL

3 meses

Interesante reflexión que debemos poner en acción, además de preguntarnos cuan ágiles son nuestros líderes?. Gracias Gabriel por compartir.

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