Que no te cargue la changada: El arte de delegar y supervisar con eficacia

Que no te cargue la changada: El arte de delegar y supervisar con eficacia

En el ámbito empresarial, el concepto de delegación es fundamental para el éxito de cualquier líder. Sin embargo, muchas veces, los gerentes y líderes se encuentran cargando con responsabilidades que no les pertenecen, creando un ciclo de ineficiencia que afecta a toda la organización.

Esta situación es ilustrada en el artículo "¿Quién tiene el chango?" publicado por la Harvard Business Review[1], donde se explora la dinámica entre gerentes y subordinados en la gestión de tareas. ¿Quién realmente tiene el "chango" en tu equipo? ¿Eres tú quien lleva más monos de los que deberías?. Es importante reflexionar sobre la importancia de delegar y supervisar adecuadamente para evitar cargar con los changos de otros.

El concepto del "chango" se refiere a las tareas o problemas que pasan de un subordinado a un superior, generando una transferencia de responsabilidad que no siempre es consciente.

Cuando un líder acepta un "chango" sin darse cuenta, asume una carga adicional que debería pertenecer a otra persona. La clave está en entender que la delegación no es simplemente asignar tareas, sino también asegurarse de que las responsabilidades se mantengan en las manos correctas.

Una de las frases más poderosas es: "Cada vez que un subordinado se va de tu oficina con el chango en tu espalda, has perdido tiempo que podría haberse dedicado a tareas de mayor valor estratégico."

Debe existir la importancia de reconocer cuándo estamos asumiendo tareas que no nos corresponden y cómo esto impacta nuestra capacidad de liderazgo. La delegación efectiva es un acto de equilibrio: permitir que otros crezcan y aprendan a manejar sus propios monos, mientras tú te enfocas en lo que realmente importa.

Para evitar que los monos salten a tu espalda, es esencial establecer claras expectativas y plazos. Los subordinados deben entender que, aunque pueden buscar guía, la responsabilidad final de la tarea sigue siendo suya. Esto no solo libera al líder para concentrarse en aspectos más estratégicos, sino que también empodera a los miembros del equipo para que desarrollen sus habilidades y confianza.

El liderazgo implica no solo tomar decisiones, sino también asegurarse de que las responsabilidades estén en las manos correctas. La delegación no significa deshacerse de tareas, sino confiar en tu equipo y darles la oportunidad de crecer.

Como líder, es crucial aprender a decir "no" a esos changos que intentan saltar a tu espalda, para así poder enfocarte en lo que realmente agrega valor a la organización.

Reflexiona:

¿Estás cargando con changos que no te pertenecen?

Si es así, es hora de devolverlos a quienes les corresponden y supervisar su cuidado desde una distancia estratégica.


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