Querido jefe: suspenso en comunicación.

Querido jefe: suspenso en comunicación.

Y cuando parecía que el verano iba a ser tranquilito y sin cambios importantes en la organización en la que trabajo, de repente saltó la bomba informativa. Sí que esperábamos que se produjera un cambio en la Gerencia del hospital, ya que el actual inquilino ya había anunciado que lo hacía mientras se buscaba el relevo adecuado…

Lo que no esperábamos es que dicha nueva gerencia lo hiciera a tiempo completo (se acabaron por fin los pases de visita gerenciales un día a la semana); y ni mucho menos que de rebote ocupara por formación profesional (Licenciado en Económicas y Empresariales) la Dirección de Gestión y Servicios Generales de la que depende Recursos Humanos, y que tantos y tantos posts (y sinsabores profesionales) nos ha provocado por esta casa.

Llegan nuevos tiempos, por tanto, y por eso creo que es el momento oportuno para retomar uno de los temas que más nos preocupan: las habilidades de comunicación dentro y fuera de la organización.

Una encuesta llevada a cabo por Comparably contó con la colaboración de 20.000 trabajadores para averiguar cuál era la habilidad que debían mejorar los jefes actualmente.

Más de la mitad de los participantes coincidieron al afirmar que la comunicación era la principal habilidad que debían perfeccionar sus líderes. Un 44% de los participantes más jóvenes, entre 18 y 25 escogieron “comunicación”, frente a un 59% de sujetos de entre 56 y 60 años. Es decir, a más edad, más importancia se le da a la comunicación.

Pues que queréis que os diga, que yo apunto de cumplir los 43 estoy más en el grupo de los carrozas que en el de los jóvenes, será que a medida que avanza mi experiencia laboral en la FHC, ya son 15 años peinando canas (las mías y las de los muchos y muchos directores, gerentes y coordinadores que han desfilado por mi puesto de Recursos Humanos), cada vez me duele más esa falta de comunicación interna: la de la organización para con sus profesionales; y viceversa, la importancia de ese canal inverso, ese canal ascendente, que no sea sólo informar para obedecer, sino que se pueda entablar comunicación e intercambio de ideas de abajo-arriba, que al fin y al cabo, somos los de abajo los que estamos en contacto con el paciente, con el familiar, con los profesionales, y por tanto, deberíamos ser los ojos de los que están más arriba del organigrama, y por consiguiente, más alejados de la realidad.

Ojalá que esta vez así lo sea. Por el bien de los pacientes, por el bien de los profesionales y por el bien de la organización…

NOTA: como el recién nombrado sólo lleva unos días en la casa, nadie podrá decirme ni acusarme, como ya hicieron otros en ocasiones anteriores, que esto va en contra suya. Alguno de hecho ya le habrá ido con el cuento… “cuidado con éste que tiene un blog y sabe cómo dispararlo”. Para mayor tranquilidad, la mía y la de todos, esta entrada está escrita la misma noche de su nombramiento, cuando lo justo que he hablado con él son cinco palabras de cortesía el día que hicieron las presentaciones (y despedidas) oficiales despacho por despacho.

Entrada publicada originalmente en SobreviviRRHHé!


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