"¡No quiero parecerme a mi jefe!"
Eso dijo un empleado de una empresa intensiva en talento, en la entrevista de salida, esa que se hace cuando alguien nos deja.
Hay varios motivos principales por los que una persona talentosa se va de la compañía:
Pues a todas estas, añádele la de "No quiero ser como mi jefe".
Dice mi buen amigo Raúl Castro que la gente no se cambia de empresa: se cambia de jefe.
De hecho, la empresa es una entelequia, no es algo concreto con lo que te relacionas. El jefe sí. La vida cotidiana está condicionada por el jefe: si es buen tipo, si direcciona bien, será capaz de crear un oasis dentro de la empresa, por carca que sea su cultura y sus políticas; si es un cretino, me da igual lo bien que hable el CEO o lo que se lo curre el departamento de Talento, Recursos Humanos, o como se llame, que la vida será un infierno para el empleado.
Recomendado por LinkedIn
Abramos los ojos: para cada empleado, la empresa se encarna, en términos prácticos, en cada mando. Toda la visión, el propósito, los valores, las políticas, todo, se tiñe por la manera de dirigir del jefe de cada cual. Y si no te encaja, si no lo puedes soportar, si se te hace completamente cuesta arriba, querrás estar en otro sitio.
¿Cuánto se prepara a las personas para ser jefe? Diría que poco tirando a nada.
¿Cuál es el coste de un mal direccionamiento de personas por parte de esos mandos a los que les hemos soltado un equipo sin darles un mínimo set de herramientas/técnicas/modelos/habilidades de gestión de personas? Incalculable y de todo punto, inasumible.
La conexión entre la mirada a largo plazo y la misión/visión, con la ejecución cotidiana, pasa por los directivos y mandos intermedios. Hay ahí una revolución pendiente.
No podemos impedir una cierta rotación en un mercado laboral tan sediento de talento. Pero sí podemos y debemos dotarnos de una retícula de mandos sana y humana, de manera que, quien se vaya, sienta verdaderamente perder la relación con un buen jefe que supo darle el espacio y el contexto para hacerle crecer en el camino sin fin del progreso personal y profesional.
Profesional de RRHH y Personas ► Headhunter y Conferenciante 👍 Catalizador del Cambio 🎤 Presentador de Radio y Productor de Podcasts ► Autor | Knowmad 【Obstinadamente Emprendedor】
1 mesLa cosa empezará a cambiar cuando cambiemos el "Es que" por el "Hay que" como dice @mario alonso puig a quien veré hoy en Orlando.
Profesional de RRHH y Personas ► Headhunter y Conferenciante 👍 Catalizador del Cambio 🎤 Presentador de Radio y Productor de Podcasts ► Autor | Knowmad 【Obstinadamente Emprendedor】
1 mesGracias, Guillermo Rius, por tus aportaciones siempre valiosas contadas desde lo vivido. Y gracias por citarme :-) Más de la mitad de los motivos que apuntas dejarían de serlo mejorando una sola cosa en las organizaciones: La comunicación, Y no en sentido amplio, sino más en corto: la escucha. No escuchamos a las personas. Con suerte las oímos. Pero no nos interesa de ellos más que cuánto producen, qué aportan, qué hacen y qué poco se equivoquen. Y, claro, cuando tratamos de entender lo que está pasando, es tarde. Déjame que te comparta otra experiencia aprovechando tu tribuna. Hace más de un año armamos una herramienta para permitir a las empresas entender, en tiempo real lo que estaba pasando en sus equipos. Lo llamamos dpersómetro (dpersometro.com). Y lo empezamos a llevar a nuestros clientes. Las reacciones no se me van a olvidar nunca: - Es que igual me dicen cosas que no quiero escuchar - Es que puedo abrir "melones" que no sepa cerrar - Es que me van a pedir el oro y el moro - Es que no les permito los móviles en la empresa - Es que lo que tienen que hacer es dejarse de host... y ponerse a trabajar .... De estas tengo una colección....