NO QUIERO SER UN LIDER

NO QUIERO SER UN LIDER


"Las expectativas de los demás, son para los demás" -Ezequiel Fattore.

No me interesa ser un líder, llegué a serlo porque en los diferentes lugares donde tuve el placer (y el no placer) de estar/de intervenir y ser intervenida, la persona que fui hizo que me asociaran a ese rol. Y comento que cuando me lo decían lo tuve que googlear porque no tenía la más mínima idea de a que se referían.

Desde pequeña -por lo que me dicen mis familiares y recuerdo-, siempre tuve una personalidad bastante particular. Un "poco picuda" pero muy respetuosa. Siempre se me inculcó el respeto por los demás, el no herir, el cuidar, el entender y que siempre cualquier situación podía ser resuelta dialogando.

En primera sección (jardín de infantes) me recuerdo trepada de la reja gritando con dos amigos:" páguenle a los jubilados, páguenle a los pensionados". No sabía que era uno u otro, pero sabía que eran mayormente abuelitos o personas más grandes a los que se les pagaba muy poco y pasaban necesidades - deduzco que era de escuchar mucho lo que dialogaban los adultos en casa -

La escuela si bien es hermosa, a veces puede ser dolorosa. Y así fue, sufrí bullying como muchos chicos y adolescentes.

Siendo un niño no entendía porque existía tanta maldad, no consideraba ser "una blanca paloma", pero no era mala. Mi intención nunca era herir, ni dañar con las palabras o dejar de lado, porque sabía que eso hacía mal a quien lo atravesaba.

De ser sociable y sin tener conciencia de inseguridades que me generara mi personalidad o mi apariencia física, pase a ser una persona introvertida.

La lectura se volvió mi aliada, los cuentos antes de dormir que me leía mi mamá los mejores productores de imaginación y mi diario íntimo fue mi primer best-seller.

En los cuentos, las espadas eran mágicas, las princesas pobres y las calabazas carruajes. En los cuentos los malos eran castigados y la bondad era reivindicada.

En la realidad la vida era un poquito diferente, las espadas eran dagas que así como podían servirte de defensa también podían matar (sino se usaban con responsabilidad). Las princesas no eran principalmente pobres y las calabazas definitivamente no eran carruajes, eran simplemente calabazas.

En el mundo donde me crie (a lo mejor similar al tuyo) cada quien intentaba lidiar con su propio mundo, haciendo lo que se podía.

En fin, los libros, las lecturas, los cuentos me permitieron imaginar como era sentir una sin fin de emociones que de forma directa - a lo mejor - a tan pronta edad no había sentido. A los once ya había leído el diario de Ana Frank, me cambió la vida.

El tiempo pasó y un día haciendo uno de mis talleres en la cárcel, propusimos la idea de trabajar sobre un diagrama de aspecto. La persona privada de su libertad que asistía de forma voluntaria a nuestros talleres, tenía que buscar imágenes/ frases etc. Y plasmar su antes, durante y su posterior salida del penal, la idea era poder ahondar en como cada uno había ido construyendo su identidad en relación al proceso de encierro. Pero por sobre todo trabajar el:" después".

Surgieron cosas magníficas que fueron un gran motor para iniciar algún acercamiento sobre los procesos de reinserción social y los procesos psicológicos intervinientes, como también otros aportes fascinantes.

Un interno colocó una imagen de Hulk (el superhéroe verde), al ver que había elegido esta imagen me llamó la atención y me focalicé en ahondar en esa llamativa selección.

Entre todas las cosas que mencionó al momento de preguntarle:" ¿por que un hulk"? El me respondió que había elegido a Hulk porque así quería ser visto.

- ¿Verde? Le dije con un poco con humor (que utilizábamos para intervenir en ciertos temas).

- No, no. (me respondió), como un súper héroe.

- ¿Por lo fuerte? (le pregunté).

- Por lo malo (me respondió).

Mi sorpresa, no lo había visto venir.

- ¡Si! - me dijo - me gustaría ser como un súper héroe malo, como Hitler. Que la gente me vea y me tenga miedo, que me reconozcan, que sepan quien soy. Me dejó pensativa su respuesta, aún me sigue haciendo pensar, tenía sentido.

En una sociedad tecnológica donde todo es rápido, vistoso, llamativo e inmediato; donde el valor de algo lo da un view. Ser visto es un modo de existir, ser visto era ser reconocido, y para alguien que nunca había sido reconocido en su existencia ni posiblemente "lo seria" la única forma de dejar huella (al menos para él) era ser malo; ser el mejor siendo malo.

No justifico, pero de alguna forma logré entender el punto. ¿Cómo destaca alguien que no considera ser bueno "en nada?, ¿Que no tiene "una gran inteligencia"?, ni fue a una "buena escuela", no hizo un deporte o nunca se interesó por saber en que era bueno, o no logró pensar que podía ser de otra forma. No lo sé, puede ser que alguien no se lo dijo o simplemente se sintió realmente identificado con Hitler porque estaba preso - ¿Que más se "podría esperar de él"? -, no sería ni el primero ni el último pero si creo que fue el más honesto.

Conocemos miles de "lideres" mundiales que piensan igual, miles que enseñan con el ejemplo, dan cátedras fabulosas y charlas magistrales. Asociamos a un líder como si fuera un ser angelado que "todo lo da y todo lo puede", Jesús para la religión cristiana es un líder. Hitler para los nazis fue un líder, Mussolini fue otro "líder", Nelson Mandela, Steve Jobs, y así sucesivamente.

Todos eran líderes, pero no con todos nos identificamos.

Ser líder es algo que todos llevamos dentro pero que no todos dejamos ser. Tiene sus pro y sus contras, esconde un afán de ser vistos y de ser escuchados por alguien que finalmente se identifique con nosotros.

En mi caso yo nunca quise ser una líder porque muchas veces no lo fui, muchas veces fui torpe, me costaba hablar en público, no tenía muchos amigos, usaba lentes y no era la de las mejores notas. Muchas veces encajé y miles de otras no, a veces sigo sin encajar.

El mundo me dice que lo que hago a veces en mis talleres es de líder, y a veces me demuestra que no lo soy.

Honestamente no quiero ser un líder - al menos el líder típico - porque no siempre voy a poder dar esperanzas, ser lo mejor de mi, la persona del perfil perfecto, la sonrisa amplia y las publicaciones magistrales. Solo quiero que algún día mi humilde pero contundente mensaje le llegue al que lo necesite, y que sepa que ser uno mismo está bien.

Y que no hay mayor líder en nuestra vida, que nosotros mismos. Que no hay que venderse por dos segundos de fama, incluso regalar nuestras convicciones, saber que siempre pero siempre podemos ser mejores - lo mejor en relación a nosotros mismos.-

Personalmente considero que cada uno elija que estilo de líder ser, pero que en lo posible, nunca sea desde el odio/la desdicha o la desesperanza. Porque estoy convencida que como dijo una vez Rousseau:" el hombre es bueno por naturaleza, pero la sociedad lo modifica".

Aprendamos que podemos admirar muchísimo la trayectoria de alguien, el nivel de trabajo que tiene o su fama. Puede que sus palabras suenen hermosas, puede que así sea y realmente sea un líder natural o impresionante de magnífico. Pero ponelo en duda, que lo que diga también coincida con lo que hace, porque en el fondo no deja de ser una persona como vos y como yo.

A veces solo tenemos que ser, sin importar si nos reconocen como líder o no; lo importante es ser la mejor versión de vos.


Eso que "te ponga de novio con la vida" - Pablo Arribas-


#SeElLiderdeTuVida

#SeelLiderdetuPasión

#OnoSeasLider todo está bien al final.


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