Rafa Nadal es algo más que su juego. Citius, Altius y Fortius. Gavi y su lesión y como pasa el tiempo.
o voy a contaros quien es Rafa Nadal porque lo sabemos todos. Jugar a pleno rendimiento en el Open de Australia dos días después de haber participado en el torneo de Abu Dabi es muy difícil para cualquier tenista, incluso para él.
La diferencia horaria entre estos países es de nueve horas y dos estaciones de diferencia. Una semana antes está entrenando en España y el 3 de enero de 2017 estaba compitiendo en Australia. Cuando en Australia son las 8 de la mañana y los australianos apenas acaban de despertar en un caluroso día de verano, en España son las 11 de la noche y estamos preparándonos para dormir en uno de los meses de más fríos del invierno.
Todo esto viene, porque Rafa Nadal comento durante el torneo esto a la prensa tras vencer a su rival: “En cuanto al jet lag, esta semana me ayuda si juego lo más tarde posible. El problema mayor lo tendré si me toca jugar por la mañana.” En este torneo, a las 14:00 en Australia, Nadal aún estaba en la cama. Según hora española, eran solo las 5 de la mañana.
Saber aprovechar ventajosamente las horas de su reloj biológico también es una cualidad del tenista español.
Citius, Altius y Fortius
La naturaleza altamente competitiva de los deportes profesionales asegura que pequeñas diferencias en el rendimiento físico puedan justificar ganar o perder. Estos cambios en el rendimiento no son solo producto del entrenamiento, sino también ocurren en una misma persona en función de las horas del día.
Los cambios de horarios en la competición y de sueño entre unos torneos y otros, que son tan frecuentes en los deportistas elite, pueden provocar desincronización entre los diferentes ritmos, lo que conlleva un peor rendimiento en las competiciones atléticas.
La temperatura corporal es la variable que más influye en los ritmos circadianos, sobre todo la temperatura interna del propio musculo, las cuales suben al final de la tarde y comienzo de la noche.
Una temperatura baja incluye de forma negativa a la flexibilidad, a la fuerza y al tiempo de reacción, de modo que si tienes que competir por la mañana, necesitaras mucho más tiempo de calentamiento para conseguir la misma temperatura interna que si lo haces por la tarde.
El cronotipo, un determinante de los ritmos de rendimiento.
El conocer cuál es nuestro cronotipo puede tener una efecto positivo o negativo en nuestro rendimiento físico y mental y por tanto una enorme importancia para el rendimiento a lo largo del día. El patrón que sigue estos cambios no es igual para todos/as sino que está determinado por su cronotipo.
En el caso de un deportista de elite, el margen entre ganar o perder un campeonato puede ser un 1%. Estos cambios en el rendimiento no son nada comparados con los que día tras día experimenta nuestro organismo a consecuencia de sus relojes biológicos.
Por ejemplo, el ritmo de rendimiento aeróbico puede variar hasta un 26% en el curso de un día, el rendimiento en una tarea física simple, como realizar un salto, varia un 10% y el rendimiento mental cambia en torno a un 9%.
Un entrenador que domine estos conocimientos podría desarrollar técnicas de entrenamiento para optimizar el entrenamiento que optimicen el rendimiento de deportista mediante el aprovechamiento y en su defecto manipular el cronotipo del deportista.
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Gavi y su lesión.
La lesión de Gavi, el cual ha sufrido una rotura de ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha y una lesión asociado del menisco externo. Durante esta temporada, el azulgrana ha jugado 15 partidos con el Barça, 13 como titular, repartidos en 12 de Liga y 3 de Champions.
Desde que debutó con el primer equipo del Barça con 17 años, el 29 de agosto del 2021 ante el Getafe, Gavi ha jugado 111 partidos, 89 de ellos como titular.
Los estudios confirman que, a lo largo de una temporada, se producen unas once lesiones de este estilo por campeonato liguero o, lo que es lo mismo, que cada dos años, un jugador de un club caerá gravemente lesionado.
La competitividad, la intensidad e incluso la fatiga. Si a esto le añadimos una mayor carga de encuentros, aumenta el riesgo de padecer esta lesión cuando no hay suficiente tiempo para recuperarnos.
Si metemos en esta fórmula el césped, las botas de tacos y los choques entre jugadores, tenemos el cóctel perfecto para que la rodilla sufra una lesión. Y el descanso también juega un papel clave para proteger al deportista. Trabajar en los ritmos circadianos es trabajar en ese 1%.
Como pasa el tiempo.
Karl Popper, uno de los filósofos de la ciencia más importantes del siglo XX, en su conferencia «Sobre nubes y relojes», dictada en la Universidad de Washington en 1965, planteaba que en nuestro mundo existen dos tipos de cosas: los relojes y las nubes. El reloj representa todo aquello que sucede de un modo previsible, que sabemos cuándo y cómo va a acontecer. Por el contrario, la nube es la imagen de lo imprevisible, de lo que en nuestra vida representa la incertidumbre. Todos los seres vivos tratan de evitar la incertidumbre; también los humanos. Sin embargo, la vida se basa precisamente en incorporar dosis de incertidumbre en medio de muchas certezas.
La música del cuerpo La idea de que los ritmos circadianos son como la música de una orquesta no es solo una metáfora; en realidad ya sea podido escuchar la música de algunos pacientes estudiados en el laboratorio de cronobiología y sueño.
Salvador Bará, un físico de la Universidad de Santiago, me pidió datos reales acerca de personas para convertir los datos numéricos de esos ritmos en música. A los pocos días, Salvador creo dos archivos de música: una era rítmica, armónica y agradable, y pertenecía a una persona con excelentes ritmos; la otra era una sucesión de ruidos, a veces chirriante, y era de un joven con cronodisrupción (desajuste de ritmos biológicos). Era la primera vez que escuchaba una música surgida de los ritmos de la vida. ¿Detectaremos algún día las alteraciones de los ritmos y del sueño escuchando su música?
Para finalizar, el poder de sincronizar nuestros ritmos, el poder anticipar un acontecimiento periódico, por ejemplo, la comida, o el despertar, y preparar nuestro cuerpo y nuestra mente para adelantarse a lo que va a ocurrir.
Esto lo describe magistralmente Antoine de Saint-Exupéry en El Principito: «Hubiese sido mejor venir a la misma hora –dijo el zorro–. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, comenzaré a ser feliz desde las tres. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré… Pero si vienes a cualquier hora, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón. Los ritos son necesarios». Cambia la palabra ritos por ritmos y tendrás la explicación de por qué tenemos relojes biológicos.
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