Re-pensar la jubilación desde un enfoque centrado en las personas
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Re-pensar la jubilación desde un enfoque centrado en las personas

La edad de jubilación es un tema que está en el centro de muchas discusiones sobre el futuro del trabajo, las pensiones y la sostenibilidad económica. Tradicionalmente, en muchos países, la edad de jubilación ha sido establecida en los 65 años. Sin embargo, esta cifra no siempre ha sido un estándar universal, ni se definió en un contexto similar al que vivimos hoy en día. Entonces, ¿deberíamos repensar esta edad a la luz de los cambios en la esperanza de vida y las condiciones de salud?

Un poco de historia

Hablando con Fernán Ibáñez, de 88 años, me preguntó si sabía de dónde provenía la edad de jubilación. La verdad es que nunca me lo había cuestionado, así que él me contó y luego, por mi parte, profundicé un poco más.

La idea de una edad de jubilación fija tiene sus raíces en la Alemania de finales del siglo XIX. En 1889, bajo el liderazgo de Otto von Bismarck, el gobierno alemán estableció el primer sistema estatal de pensiones del mundo. Inicialmente, la edad de jubilación se fijó en 70 años, en un momento en que la esperanza de vida al nacer era mucho más baja que hoy. De hecho, la mayoría de las personas no llegaban a vivir hasta esa edad.

En 1916, Alemania redujo la edad de jubilación a 65 años. Esta decisión se basó en una mezcla de consideraciones económicas y sociales; y pronto se convirtió en un modelo seguido por otros países, incluyendo Estados Unidos en 1935, cuando implementó su sistema de seguridad social con una edad de jubilación de 65 años.

¿Por qué 65 años?

Es importante destacar que cuando se estableció la edad de jubilación en 65 años, la esperanza de vida al nacer estaba muy por debajo de esta cifra. En muchos casos, este umbral representaba un equilibrio entre asegurar que una proporción significativa de la población pudiera beneficiarse de una pensión, mientras que la duración promedio de los pagos sería limitada, manteniendo el sistema económicamente viable.

En otras palabras, cuando se diseñaron estos sistemas, las personas que llegaban a los 65 años eran relativamente pocas, y a menudo no vivían mucho tiempo después. Esto permitió a los gobiernos implementar sistemas de pensiones que eran sostenibles, dado el contexto demográfico de la época.

El contexto actual

La esperanza de vida en la mayoría de los países desarrollados ha aumentado drásticamente, a menudo superando los 80 años. Las mejoras en la salud pública, la medicina, y las condiciones de vida han permitido que muchas personas no solo lleguen a los 65 años, sino que vivan activamente durante muchos años más.

Esto plantea una pregunta crucial: ¿Sigue siendo razonable mantener la edad de jubilación en 65 años? En un mundo donde cada vez más personas viven más tiempo y en mejores condiciones, ¿no deberíamos reconsiderar cuándo y cómo nos retiramos del trabajo? Preguntas que sin dudas nos hemos demorado mucho en responder.

¿Hasta cuándo trabajar?

Mantener la edad de jubilación en 65 años puede haber sido adecuado en el pasado, pero hoy en día, parece necesario reevaluar esta idea. Algunos argumentan que, dado el aumento de la esperanza de vida, deberíamos aumentar la edad de jubilación para reflejar la realidad demográfica actual y aliviar la presión sobre los sistemas de pensiones. Tal es el caso de Japón, donde hoy se discute la idea de trabajar toda la vida. Otros, sin embargo, señalan que no todos envejecen de la misma manera y que extender la edad de jubilación podría no ser justo para aquellos en trabajos físicamente demandantes.

Aquí también es importante considerar las diferencias regionales y sociales. Por ejemplo, en América Latina, donde las condiciones laborales y las oportunidades para las personas mayores pueden ser menos favorables que en Europa, prolongar la vida laboral podría tener un impacto negativo si no se implementa de manera justa y equilibrada. Este es un factor crucial a tener en cuenta cuando se discuten políticas de jubilación, asegurando que cualquier cambio refleje las realidades locales.

Entonces, ¿cuál es la solución? ¿Deberíamos ajustar la edad de jubilación según la expectativa de vida, o deberíamos adoptar un enfoque más flexible que permita a las personas jubilarse cuando estén listas, financieramente y físicamente? ¿Es hora de abandonar la idea de una "edad de jubilación" fija?

Siempre centrado en la persona

El cambio demográfico es uno de los grandes desafíos del siglo XXI, y la pregunta sobre hasta qué punto es sostenible o justo prolongar la vida laboral se vuelve cada vez más relevante. Es crucial que discutamos estas cuestiones, sobre todo en Chile, uno de los países más envejecidos de la región. ¿Cómo podemos equilibrar el aprovechamiento de la longevidad con la necesidad de una jubilación digna y saludable? Este es un debate que debemos abordar para enfrentar los retos demográficos de manera equilibrada y centrada en las personas.

Considero que la prolongación de la vida laboral es una solución innegable que necesariamente deberá implementarse; la cuestión clave es cómo y cuándo se llevará a cabo. Para que sea efectiva y justa, debe ser voluntaria y acompañada de políticas que ofrezcan verdadera flexibilidad, como la opción de trabajar a tiempo parcial o realizar una transición gradual hacia la jubilación. Estas políticas deben respetar los derechos de los trabajadores mayores y ofrecer condiciones adaptadas a sus necesidades individuales, garantizando que nadie se vea obligado a continuar trabajando en circunstancias que no sean adecuadas para su salud o bienestar.

No son las mismas condiciones laborales las que una persona en Europa puede tomar estas decisiones, que las que enfrentan en la mayoría de los países de América Latina. Nuestras acciones deben estar alineadas desde un enfoque de derechos, en línea con la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores. En ese sentido, será fundamental que nuestras políticas reflejen estos compromisos, ofreciendo flexibilidad, apoyo a la salud, planes de retiro paulatinos, oportunidades de emprendimiento, apoyo en resignificar el propósito de vida, entre otros, al mismo tiempo que fomentan la intergeneracionalidad en el trabajo. Así, lograremos un equilibrio entre aprovechar la longevidad y garantizar un retiro digno y saludable.

Finalmente, debemos recordar que el envejecimiento de la población también ofrece oportunidades para fomentar la colaboración intergeneracional en el lugar de trabajo. Integrar a las generaciones más jóvenes con las más experimentadas no solo beneficia a las personas mayores, al darles un sentido de propósito, sino que también enriquece a las organizaciones y a la sociedad en su conjunto. Este enfoque intergeneracional podría ser una pieza clave para crear un entorno laboral más inclusivo y sostenible.

Es hora de abrir el debate, ¿qué opinas?

Pablo Escobar Fior

LinkedIn Top Voice Finanzas 2024 | Director Financiero | Cash Management | Negociación | Reestructuración | Transformación Digital

4 meses

Creo Carlos que se debería de adoptar un sistema más flexible para aquellas profesiones que así lo permitan, donde exista, bajo otras modalidades (Ej: jornadas reducidas o menos días) la posibilidad de poder seguir aportando conocimiento. Ahora bien, la extensión de la edad de jubilación, se podría convertir en una “consecuencia” si uno visualiza la evolución demográfica de la (gran) mayoría de los países.

Verónica Corvalán C.

Planificación Estratégica, Gestión de Negocios, Gestión de Proyectos, Ciclo Presupuestario.

4 meses

Vivir más. Sinónimo de disponer de nuestro tiempo para disfrutar en familia o en actividades de bienestar físico y mental. 40 años de trabajo con horarios de 8 am a 7 pm creo es bastante y suficiente Considerando: 20 años para crecer y 20 años para envejecer.... Total 80 años de vida.

Tomas Casamayor Sepulveda

Emprendedor Serial / Speaker / Mentor / e-Makers / Inteligencia de Negocios / Innovación / Estrategia / Emprendimiento / Tecnología /Liderazgo / Nuevas Ideas / Transformación Digital / Fintech

4 meses

Carlos Román Aránguiz... considerando que la esperanza de vida ha crecido tanto, y que a la edad de jubilar actual, las capacidad cognitivas y fisicas están para muchos intactas, creo que cambiar la edad de jubilación es una de las componentes importantes que hay que hacer para mejorar el nivel de pensiones. Pero complementaria, primero con un aumento del nivel del ahorro mensual, hoy en sólo 10%, y segundo, con un seguro que se haga cargo de las lagunas previsionales que puedan tener las personas, un problema grave, en espcial cuando el crecimiento del país se deteriora.

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