REAL DIMENSIÓN: TRABAJADOR SOCIAL
Nuestros paradigmas nos llevan muchas veces a evaluar o dar prioridad a los trabajadores sociales en tareas típicas de llenado de formularios, permanecer en las instituciones públicas esperando largas horas para indagar el estado de los trámites. Nada más alejado de la realidad, estas tareas operativas son quizás las que definen el rol de un trabajador social (TS) en su mínima expresión. Los cambios organizacionales y modelos de negocio, hacen imprescindible dar la real dimensión a la labor de los TS, muchas veces minimizadas y otras tantas reducida a la gestión de asistencialismo.
Empero, no debe verse sólo como asistencialismo, debido a que va mucho más allá, promoviendo y fomentando cambios que deriven en un mayor bienestar para las personas en sus condiciones de vida.
El TS tiene que ser incluyente, proponer nuevas formas de intervención social tendientes a contribuir en los procesos de desarrollo social, económico y cultural de las organizaciones laborales, (uno de los campos de actuación del TS) contribuyendo a fortalecer la imagen corporativa de la marca de una empresa, contribuyendo, por ende, con el aporte al valor agregado.
El rol del TS debe enfocarse como un elemento indispensable, promoviendo la importancia de su intervención en los problemas que le aquejan en su ámbito de actuación. Su desarrollo en el campo en que realiza sus labores le exige que esté capacitado para diagnosticar y brindar propuestas de atención o solución a problemáticas generadas en entornos laborales, comunitarios, escolares, familiares entre otros. Incluye brindar asesoramiento, apoyo y recursos a las personas y las familias para ayudarlos a resolver sus problemas. Es difícil dar cuenta de la intervención profesional que se viene realizando, porque es diversa, porque está parcialmente difundida en redes sociales, porque se realiza de manera casi atomizada. A medida que más empresas se dan cuenta de la demanda de mantener el equilibrio e inclusión entre la vida laboral y personal, los TS están posicionados para ayudar a las empresas a mantenerse competitivas. Los TS en el entorno empresarial deben alinear sus competencias con la gestión de los líderes empresariales a pensar globalmente sobre su impacto en la imagen de la empresa.
Es ir más allá del asistencialismo, promoviendo la humanidad y la ética en el lugar de trabajo, fomentando un ambiente laboral positivo, promoviendo el bienestar de los colaboradores, trabajando para construir comunidades sólidas. Es imperativo repensar su rol, revisar la vigencia de su aporte, su especificidad y complementariedad profesional frente a retos complejos e interdisciplinarios; a evaluar su nivel de manejo tecnológico para hacer frente a las nuevas condiciones que estamos viviendo a nivel mundial, articulando los recursos ya existentes y poniendo en marcha los que se han ido creando.
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Deben desplegar sus habilidades como profesionales individuales y facilitando y coordinando la prestación de servicios de emergencia integrados, estratégicos y operativos. Los TS pueden realizar múltiples funciones debido a la complejidad y dimensiones de la realidad que existen en la sociedad. Sus acciones se centran en la solución de los problemas y el cambio social, que es un área muy extensa de intervención, prevención e investigación.
En la gestión de Recursos Humanos, son los encargados de analizar el rendimiento operativo y funcional, de realizar estudios sobre la innovación y flexibilidad, pero especialmente de procurar la adhesión de cada trabajador al equipo, en un entorno interdisciplinario.
Es el talento responsable de identificar, diagnosticar y poner en contexto los problemas y necesidades de las empresas desde un punto de vista general tomando en cuenta a los empleadores y trabajadores, es decir, a todo el equipo que comparte labores.
El principal obstáculo que se les presenta es la poca atención que se brinda a esta profesión en la empresa, es tiempo que desplieguen sus capacidades frente a los gerentes, para no ser percibidos sólo como “apoyo en llenado de formularios”. La alta dirección debe revalorar el aporte que brindan a la organización, empoderándolos en la toma de decisiones estratégicas, instrumentales y operativas. Vencer el paradigma “asistencial”, los limitados espacios laborales, las bajas remuneraciones, las insuficiencias de la formación profesional, no convertirse en el profesional más interrogado de la empresa por los gerentes, entre otros aspectos complejos que interpelan el día a día a los TS, en medio de una sociedad que se transforma rápidamente.
Entrenadora de Líderes | Mentora | Consultora en Cultura Organizacional
2 añosTotalmente de acuerdo contigo MANUEL ROCA es un puesto clave aunque poco valorado muchas veces. Yo si le he dado bastante peso.