REESTRUCTURACIÓN COGNITIVA: COMO OBJETIVO Y  RESULTADO

REESTRUCTURACIÓN COGNITIVA: COMO OBJETIVO Y RESULTADO

La reestructuración cognitiva es una de las técnicas que más utilizamos los terapeutas cognitivo conductuales, sin embargo no siempre podemos hablar de tratamientos puros, sino que se asocian componentes conductuales y administración de estrategias cognitivas.

Ha sido frecuente hablar de las denominadas terapias de reestructuración cognitiva, dentro de las que se incluyen la terapia racional-emotivo-conductual de Ellis, las terapias cognitivas de Beck y el entrenamiento autoinstruccional de Meichenbaum (Bados, 2008; Carrasco, 1995; Carrasco y Espinar, 2008). Teniendo en cuenta este tipo de tratamientos, sabemos que incluyen muchas técnicas más, incluyendo la reestructuración cognitiva.

El objetivo del presente trabajo es reflexionar acerca de que si bien es una técnica bastante cuestionada en los últimos años, se nos presenta a los terapeutas cognitivos pensándola como componente en algunas situaciones, y en otras como resultado de intervenciones conductuales.

La reestructuración cognitiva consiste en que el paciente, con la ayuda inicial del terapeuta, pueda identificar (previo entrenamiento) y cuestionar sus pensamientos desadaptativos, de modo que queden sustituidos por otros más funcionales y se reduzca o elimine así la perturbación emocional y/o conductual causada por los primeros. En la reestructuración cognitiva los pensamientos son considerados como hipótesis, entonces terapeuta y paciente trabajan juntos para recoger datos que determinen si dichas hipótesis son correctas, útiles o adaptativas. En vez de decir a los pacientes cuáles son los pensamientos alternativos válidos, el terapeuta formula una serie de preguntas y diseña experimentos conductuales para que los pacientes evalúen y sometan a prueba sus pensamientos negativos y lleguen a una conclusión sobre la validez o utilidad de los mismos (Clark, 1989).

En los últimos años se ha abierto una línea de investigación muy prometedora, que apunta a los abordajes transdiagnósticos, apuntando como blancos de tratamientos los procesos en común que se presentan en diferentes problemáticas o trastornos, desde una visión dimensional, abordando con diferentes técnicas, aquellos procesos en su aspecto desadaptativo,  que se presentan dentro de espectros nosológicos como la ansiedad, animo, t. alimentarios y otros; perfeccionismo, rumiación, y otros constructos que día a día van aumentando en su cuerpo de investigación. (Véase Process-Based CBT: The Science and Core Clinical Competencies of Cognitive Behavioral Therapy de Hoffman y Hayes).

La antigua denominación tercera ola en terapias basadas en la evidencia, denominada así por el mismo Hayes (2004), señala a las terapias de aceptación y compromiso, activación conductual,  basadas en Mindfulness, y otras, como terapias que ya no apuntan tanto a la modificación del contenido de los pensamientos, sino a modificar la relación que el individuo tiene con los mismos, desde un punto de vista ecuánime, teniendo en cuenta valores y estrategias metacognitivas apuntando al modo de procesar la información y los procesos mantenedores de los trastornos. (cognitivos y conductuales)

Hoy luego de 14 años ya no se utiliza esa denominación, sino que en la investigación de las PBE (Prácticas basadas en la evidencia) conforman un cuerpo de tratamientos validados en constante cambio, estudio, y prueba de sus hipótesis como de sus componentes. Así la reestructuración cognitiva, como el concepto de esquema, ha presentado en este último tiempo algunas dificultades, no solo producto de los supuestos que implican:

El modo en que las personas estructuran cognitivamente sus experiencias ejerce una influencia fundamental en cómo se sienten y actúan y en las reacciones físicas que tienen. En otras palabras, nuestra respuesta ante un evento depende principal-mente de cómo lo percibimos, atendemos, valoramos e interpretamos, de las atribuciones que hacemos y de las expectativas que tenemos.

Se pueden identificar las cogniciones de las personas a través de métodos como la entrevista, cuestionarios y autorregistros. Muchas de estas cogniciones son conscientes y otras son preconscientes, pero la persona es capaz de conseguir acceder a las mismas.

Es posible modificar las cogniciones de las personas, lo cual puede ser empleado para lograr cambios terapéuticos.

Sino también producto muchas veces de la rigidez cognitiva que muchos pacientes presentan, la fuerte fusión pensamiento –acción, investigaciones que han quitado el componente de reestructuración para elaborar nuevos tratamientos validados, como la activación conductual para depresión, y actualmente estudiándose para ansiedad (en esta ultima como componente).

De todos modos, siendo las practicas basadas en la evidencia un gran cuerpo teórico y de investigación, clínico, eficaz, efectivo y eficiente y en constante crecimiento, en cooperación desde distintos referentes, es indiscutible la dificultad que implica la división de aspectos netamente conductuales y cognitivos, en la administración de los tratamientos.

-         Muchas experiencias conductuales implican (por el solo hecho de negociar y realizarla, la alianza terapéutica), mediadores cognitivos, constructos actualmente en investigación y el impacto cognitivo producido, por ejemplo, el modo de verse en una situación o de flexibilizar alguna cognición del estilo “hot cognition”

-         Aunque el concepto de esquema este cuestionado, procedimientos terapéuticos validados como la terapia de esquemas, no solo emplean una conceptualización atendiendo a los esquemas desadaptativos, sino a aspectos conductuales que hacen al cambio en los trastornos de personalidad.

-         Es cierto que no es necesario entender la dinámica del condicionamiento para ser condicionado, y reforzada una conducta generándose un cambio conductual, pero también es cierto que en casos de buena introspección, a nivel metacognitivo, el automonitoreo del cambio implican producciones cognitivas nuevas, menos sesgadas y mas adaptativas, que a su vez pueden reforzar el nuevo repertorio conductual.

-         La vertiente basada en valores y aceptación implican procesos cognitivos de alto nivel, no solo la desensibilización al percibir sin juzgar, conducta orientada a la ecuanimidad, a valores, áreas de interés, que previamente son identificadas, observándose discrepancia o no, trabajo que implica mediadores cognitivos de alto nivel. No apuntando al cambio radical del contenido, sino a la propuesta de abandonar la lucha hacia la conducta o cognición “problema”.

-         Todos los desarrollos en materia de marco relacional, fusión cognitiva, evitación experiencial, yo concepto, yo experiencia, de algún modo aunque orientan a experimentar un cambio en la relación con nuestras cogniciones y conductas, utilizan constructos y conceptos que se vienen trabajando desde modelos más antiguos como la fusión pensamiento acción, conductas evitativas de mantenimiento en los trastornos de ansiedad (Clark y Beck), yo concepto y yo experiencia contexto , (pensamientos como hipótesis), Beck, en sus primeras ediciones.

El objetivo de este trabajo es compartir una reflexión personal acerca del estado del arte de las practicas basadas en la evidencia, la ausencia de olas, remarcar la importancia de la reciprocidad que de algún modo u otro se sigue investigando entre la conducta, cogniciones (PROCESOS COGNITIVOS), emociones, fisiología, ambiente. La investigación en constructos cognitivos y abordajes transdiagnósticos, perfeccionismo, rumiación, (Keegan E, Lagos A, Arana F, De Rosa L., Galarregui M., Miracco M., Parttarrieu A, Garay C.), que atienden a constructos ya medibles, que median entre el ambiente y la conducta observable.


BIBLIOGRAFIA:

  • Beck, A. “Terapia cognitiva de la depresión” 16º Edición. Desclee de brouwer
  • Hoffman y Hayes “Process-Based CBT: The Science and Core Clinical Competencies of Cognitive Behavioral Therapy “
  • Keegan E, Lagos A, Arana F, De Rosa L., Galarregui M., Miracco M., Parttarrieu A “Guia para perfeccionistas en problemas” Ed. Eudeba
  • Tesis de doctorado Dra. Lago Adriana, “Perfeccionismo y relaciones de pareja” UBA. Equipo de investigación
  • Tesis de doctorado Dra. De Rosa, Lorena. “Perfeccionismo y rumiación”. UBA, Equipo de Investigación.

Lic. Diego Maximiliano Herrera; MN: 63.686

Psicólogo clínico.

Dirección general E.I.C.C.( Equipo Interdisciplinario cognitivo comportamental) www.eiccomportamental.com.ar.

Psicología clínica cognitivo conductual (UBA).

Especialización en psicoterapia cognitiva y Neurociencia cognitiva (Maimonides).

Evaluación Neurocognitiva (-UFLO-INECO)-

Docente UBA.

Evaluación Neurocognitiva y Rehabilitación en Niños (FLENI).

Clínica en FLENI (Escobar) Muestreos AAQII Conicet .

Coordinador equipo ETACEC

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