Recientemente leí un artículo que afirmaba que los jóvenes hoy en día ya no se comprometen con sus trabajos y que raramente alguien dura más de 3 a 5 años en una empresa. Según el autor, este fenómeno es tan común como la queja sobre la falta de talento, algo con lo que él no está de acuerdo. Para respaldar su punto de vista, compartía una historia personal sobre su padre, quien entró a trabajar para una embajada en 1982 y se mantuvo allí durante 41 años, disfrutando de condiciones laborales respetuosas y un ambiente de trabajo colaborativo, incluso sin los beneficios modernos como futbolines o viernes de pizza.
Este relato nos invita a reflexionar sobre las transformaciones en el mundo laboral desde aquel entonces hasta ahora. Sin embargo, creo que es importante matizar algunos puntos y aportar una perspectiva más amplia para enriquecer esta discusión:
- Generalizaciones sobre el compromiso de los jóvenes: El compromiso laboral de los jóvenes no puede ser medido únicamente por la duración en un empleo. Las dinámicas del mercado laboral han cambiado, incluyendo la normalización de carreras más dinámicas y transiciones frecuentes entre empresas, impulsadas por la búsqueda de mejores oportunidades, desarrollo profesional y equilibrio vida-trabajo.
- Condiciones laborales pasadas y presentes: Comparar las condiciones laborales de décadas anteriores con las actuales requiere un análisis cuidadoso. Lo que era ideal en el pasado quizás no se ajusta a las expectativas actuales. Además, condiciones como el respeto a los convenios colectivos y un buen clima laboral, aunque fundamentales, son parte de un conjunto más amplio de factores que influyen en el compromiso y satisfacción laboral.
- Diversidad de experiencias: La experiencia del padre del autor en la embajada es sin duda valiosa, pero no necesariamente representa la norma universal de todas las experiencias laborales de su época. Cada sector y cada contexto geográfico y cultural puede presentar variaciones significativas que afectan la experiencia laboral.
- Evolución de las prioridades laborales: En la actualidad, muchos jóvenes valoran la flexibilidad, oportunidades de aprendizaje rápido y la cultura corporativa tanto o más que la estabilidad laboral a largo plazo. Este cambio de prioridades también refleja una adaptación a un mundo laboral más volátil y tecnológicamente avanzado.
- Reconocimiento y valoración del trabajo: El autor destaca el reconocimiento igualitario del trabajo, sin importar el cargo, como un aspecto positivo en la experiencia de su padre. Esta es una práctica que sigue siendo crucial hoy en día para fomentar un ambiente laboral inclusivo y motivador.
En conclusión, aunque el mercado laboral actual presenta desafíos y diferencias respecto al pasado, también ofrece nuevas oportunidades y modalidades de compromiso laboral. En lugar de ver la movilidad laboral como una falta de compromiso, podríamos interpretarla como una adaptación a un entorno que valora la flexibilidad, el crecimiento personal y profesional y la búsqueda de un trabajo que no solo sea un medio de sustento, sino también una fuente de satisfacción y desarrollo personal.
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7 mesesTe comento que estoy totalmente de acuerdo contigo, es más un punto faltante y que ha jugado a favor es que gracias a esa rotación y transferencia de conocimientos en diferentes proyectos tipo spring son los que me permitieron escalar con el mismo dinamismo que la industria. Actualmente, un personal capacitado, productivo y apasionado en lo que hace, es mucho más rentable para una organización. Es por ello que establecer políticas de retención de talento por niveles o jerarquías es crucial, ya que el mercado y sus contantes cambios también determinan un valor que ya no solo es el incentivo económico lo más crucial, sino un conjunto de condiciones propicias para un correcto desarrollo profesional.