Reflexiones después de una jornada de formación

Después de 27 años en el campo de la consultoría y formación, no hay mejor recompensa (más allá de las primeras 24 horas de un seminario, en este caso sobre las Habilidades para hablar en público), que ver las caras de satisfacción y alegría de los participantes.

Y para aquellos que son colegas de profesión, sabemos que con un poco de esmero y “buenos alimentos”, las personas se despiden contentas, (más de una vez, todo sea dicho, por el hecho de “volver a la libertad”). Pero, ¿Qué pasa más allá de las 24 horas?...


Pues que todos volvemos a la rutina, y si es (como en mi caso), muchos años ligado al eslogan de In company, pues hacen (los asistentes), una marca más en su personal “muro” (no de Facebook o Insta), sino cual experto en acumular eventos, formaciones, seminarios, cursos… en muchos casos alentados por los departamentos de RRHH.


Pero qué pasa cuando decidimos un cambio de estrategia y libre y voluntariamente le decimos a las personas que si quieren participar en una sesión de entrenamiento para Perder el miedo a hablar en público”. A sabiendas que la decisión (y pago) sólo depende de ellos mismos. (Y en sus empresas y trabajos no se van a enterar).

Pues que entra un sudor frío recordando aquellos años de “pubertad profesional” (si me admitís la expresión), donde la emoción se junta con la inexperiencia y todo son nervios y dudas.

Pero 48 horas después ¡Qué gran recompensa!

Sí, nada les ataba a los participantes. Ni su personal decisión de haber querido participar, ni la ilusión de sus caras tras obtener una recompensa que al inicio sólo es expectativa.

Sí, este cambio de estrategia, la de ofrecer a un ciudadano de a pie si le interesa entrenarse, sí, entrenarse él mismo, con un programa meticuloso donde el protagonista es el participante para analizar, probar, ver, rectificar y mejorar la comunicación delante de una audiencia, ha dado finalmente sus frutos.

Sin la justificación de un Departamento, o la de romper la rutina de un día laborable (en este caso se hizo en sábado para no impedir cumplir con las obligaciones laborales), o simplemente el verse “obligado” a un programa que viene de la empresa, que gran recompensa ver en sus caras y en sus redes sociales la motivación guiada por dos componentes: El aprendizaje práctico (entrenamiento real), con la diversión en una misma dimensión.

Sí, vuelvo a insistir, qué gran recompensa. Pasando las horas, mejor días ya, y se reaviva esa ilusión colectiva e individual de cada asistente, con compromisos que veo (en sus redes sociales), de aplicar desde ahora mismo lo entrenado. Y el cruce de felicitaciones por la diversión y cohesión cristalizada en tan solo un trabajo de no más de una jornada.

Finalmente, no me queda más que agradecer a todos los participantes su ilusión, ganas, energía y receptividad para que finalmente una formación de este tipo, sea algo que permita un avance inmediato en sus capacidades, un desarrollo real con cambios de comportamiento, mejora de la autoestima y todo ello empaquetado en risas y diversión, con incluso bastante tiempo de auténticas carcajadas.

Gracias de corazón a todos los participantes del curso Sin miedo a hablar en público, que confiasteis en nuestra propuesta y se hizo finalmente posible en la Leadership Academy  de Cornellá (Barcelona) este pasado sábado 18 de enero de 2020.

Sin vuestra acción no habría salido así.

Muchas gracias a todos.



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