Reforma Laboral Dual

Bajo mi punto de visto llevar a cabo una reforma laboral más amplia es necesario por tal de facilitar la flexibilización del mercado laboral y garantizar el futuro de la economía.


El mercado laboral es uno de los asuntos que mayor discusión y mayor ferocidad ocasionan cuando se plantea su debate. 
Objetivamente, siendo todo lo objetivo que uno puede ser, no es difícil observar una dualidad imperante en el actual mercado laboral español, básicamente entre contratación indefinida y contratación temporal.
Las pocas personas que han conseguido volver a integrarse en la fuerza laboral tras quedar paradas durante los años más atroces de la crisis lo han hecho mediante contratos temporales. Hay estudiantes que encuentran empleo indefinido pero no es la tónica, cuando alrededor de la mitad de los jóvenes menores de 25-30 años están en el paro.
Es por ello necesario plantear reformas en el sistema que introduzcan mayor flexibilidad pero que no deterioren aún más la precaria situación de los empleados temporales.
Esta dualidad ha hecho que la flexibilización del mercado laboral se haya producido en dos clases de trabajadores. En primer lugar, en los trabajadores con rentas bajas o medias a los que despedir salía barato, por llevar poco tiempo en una misma empresa trabajando o por que al tener salarios bajos las indemnizaciones por despido eran bajas.
En segundo lugar, los jóvenes. Los jóvenes al no haber trabajado mucho tiempo en una misma empresa pueden ser despedidos casi gratis, cobren mucho o poco, dada la escasa antigüedad.
Por tal de no deteriorar la ya suficiente precaria situación de los dos colectivos antes mencionados considero oportuno que una nueva reforma laboral sea implementada. 
Debería establecerse un sistema de indemnizaciones por despido progresivo, dejando las indemnizaciones tal y como están ahora para rentas bajas y medias e ir reduciendo el número de días por año trabajado a medida que se incrementa el salario anual bruto.De esta manera, sería mucho más fácil para las empresas llevar a cabo reestructuraciones a todos los niveles, evitando que la reducción de personal directivo acarree a los empresarios sumas que descapitalicen las empresas.Hasta ahora era tan caro prescindir de según qué tipo de personal que las empresas se dedicaban a prescindir de los niveles laborales más bajos y menos protegidos, evitando reestructurar los niveles directivos más altos por su elevado coste.
Con este sistema de indemnizaciones, el empresario, accionistas o socios de empresas no se verían tan maniatados y podrían renovar la directiva, evitando así un tapón nada productivo que encima obstruye el ascenso de directivos jóvenes más preparados hacia la cúpula de las empresas.
Este sistema de indemnizaciones podría establecerse por tramos, tal y como se hace impositivamente, o simplemente estableciendo dos niveles, el actual de los 22 días por año trabajado y otro de 5 o 10 días por año trabajado, por ejemplo.
Para salir de esta crisis es necesario que las empresas sean flexibles y que se renueven, no es legítimo condenar a empresas rentables a emprender procesos concursales cuando podrían funcionar pero con menos carga salarial, es mejor la superveniencia que la liquidación y aunque es preferible mantener 200 trabajadores a mantener 100, es mejor mantener 100 que ninguno.

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