Reparabilidad

Cuando vas acumulando algunas lunas empiezas a ver la vida con otro prisma. Mi infancia fue marcada por las aventuras en el taller de enderezado y pintura de mi papá y en los primeros años de mi vida laboral, me gané el sustento reparando equipos computacionales para empresas y profesionales independientes. Traigo la reparación en mi ADN, por eso me encanta idear soluciones, aunque en la actualidad lo hago mas a nivel digital y enfocado en negocios. Pero al final propongo soluciones que reparen un problema latente.

La afinidad por lo reparable y mi vivencia actual en un mundo muy digital, convergen de forma muy interesante y creo que a varios les pasa lo mismo por lo que se los comparto a modo de reflexión.

Sobre las tendencias de desarrollo sostenible y protección del medio ambiente, hay algo que siempre me queda debiendo, incluso en algunos casos me desilusiona cierta apatía -por no decir total- de grandes fabricantes, por desarrollar productos que sean reparables. Veo muchos fabricantes rasgándose las vestiduras en campañas por el cambio climático, pero no promueven ecosistemas de reparación. En un informe de Microsoft del 2022 se descubrió que reparar un producto genera mucho menos residuo y reduce en un 89% las emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con su sustitución.

Por otra parte, en la dinámica de la vida actual, nos encontramos sometidos a un nivel de estrés digital impresionante, que afecta nuestra forma de vivir el día a día. La sobreinformación que manejamos, la adicción a las redes sociales incontrolable, la dependencia excesiva de nuestros dispositivos móviles nos está afectando a nivel de salud mental. Jerry Bubrick, PhD, psicólogo clínico en el Child Mind Institute, observa que “FOMO es en realidad el miedo a no estar conectado a nuestro mundo social, y esa necesidad de sentirse conectado a veces supera lo que está sucediendo en la situación real en la que nos encontramos. Cuanto más usamos las redes sociales, menos pensamos en estar presentes en el momento”.

Estos dos aspectos que les menciono, uno más exógeno que el otro, y quizá con poca opción pora solucionaro, convergen en la posibilidad de reestablecer actividades más análogas en nuestra vida como labor terapéutica y de paso contribuir al medio ambiente reparando artículos nuestros en forma personal antes de solamente cambiarlos. Algunos de mis artículos no tengo necesidad de repararlos pero si les doy mantenimiento para extender su vida util y ese momento de distracción me es muy util mentalmente.

Si queremos ir un poco más allá y entrar en temas un poco más activistas podríamos revisar iniciativas legislativas como el “Indice de Reparabilidad Frances” y “Digital Fair Repair Act de New York”. Les dejo es te dato solo como cultura general.

Lo cierto es que la REPARABILIDAD traería un respiro muy necesario al medio ambiente y si nosotros mismos lo podemos realizar sería una actividad sumamente saludable que nos permitiría concentrarnos en el presente y en el ahora que tanto hemos abandonado.