RESPIRACIÓN COMO ANALGÉSICO: DOMINANDO EL DOLOR SIN MEDICAMENTOS
Técnicas de respiración nasal enseñadas en un entorno hospitalario. Concepto por: Christian Randi

RESPIRACIÓN COMO ANALGÉSICO: DOMINANDO EL DOLOR SIN MEDICAMENTOS

Imaginemos que es una tarde tranquila en la unidad de Medicina Interna de un Hospital donde trabajas. Hoy, te detienes al lado de la cama de Don José, un hombre de 78 años que padece de artritis severa, una fuente constante de dolor crónico que limita su movilidad y afecta su calidad de vida. Observas que Don José, ha adoptado una respiración rápida y superficial, que es común en pacientes que experimentan malestar continuo. Decides entonces introducir una técnica simple pero potencialmente transformadora para ayudarlo a manejar su dolor de una manera más efectiva.

Te acercas con una sonrisa tranquilizadora y te sientas a su lado. Con calma, le explicas cómo la respiración puede influir enormemente en la percepción del dolor. "Don José, me he dado cuenta de que está respirando por la boca, lo que puede hacer que el dolor se sienta más intenso. ¿Le gustaría que probáramos algo juntos para ver si podemos aliviar un poco ese malestar?" Con su acuerdo, le guías para cerrar suavemente la boca y respirar lentamente a través de la nariz. "Vamos a inhalar lenta y profundamente por la nariz, y luego exhalar también por la nariz. Esto no solo ayudará a calmar su mente, sino que también mejorará la oxigenación de su sangre."

Le muestras cómo hacerlo, tomando tú mismo respiraciones lentas y profundas. Don José te sigue, algo dudoso al principio, pero a medida que continúan con el ejercicio, notas cómo su frente se relaja y su respiración se vuelve más pausada y profunda. "Muy bien, Don José", le dices mientras observas su técnica, "esta respiración ayuda a activar la parte el sistema nervioso que nos ayuda a descansar, lo que puede reducir la percepción del dolor y traerle un poco de alivio."

Le aseguras que puede utilizar esta técnica en cualquier momento que sienta el dolor intensificarse, especialmente antes de dormir o después de estar mucho tiempo en una posición. Antes de continuar con tus rondas, le dejas un recordatorio afectuoso: "Recuerde, cada vez que el dolor se haga presente, intente cerrar la boca y tomar unas cuantas respiraciones profundas por la nariz.

Es una herramienta sencilla, pero muy poderosa que está siempre al alcance de su mano." Al salir de la habitación, te sientes reconfortado al saber que has proporcionado a Don José una técnica valiosa y fácil de adoptar, que puede mejorar significativamente su manejo del dolor en la vida diaria.


Este pequeño acto refuerza la importancia de las intervenciones no farmacológicas en el cuidado general de los pacientes, especialmente para aquellos que enfrentan desafíos crónicos de salud. La respiración controlada, especialmente a través de la nariz, desempeña un papel crucial en la regulación del dolor, el equilibrio del pH y la eficiencia energética en el cuerpo humano. Veamos cómo estos procesos se interrelacionan y contribuyen a la salud y bienestar general, especialmente en el contexto de pacientes como Don José.

La respiración nasal lenta y profunda activa el sistema nervioso parasimpático, la parte del sistema nervioso que promueve la relajación y la recuperación. Esta activación induce una respuesta de "descanso y digestión", que contrarresta la respuesta de "lucha o huida" del sistema nervioso simpático, típicamente asociada con el estrés y el dolor. Al activar el parasimpático, se reduce la tensión muscular y se disminuye la percepción del dolor.

La respiración profunda puede estimular la liberación de endorfinas, que son neurotransmisores que funcionan como analgésicos naturales del cuerpo. Estas sustancias químicas mejoran el estado de ánimo y proporcionan alivio del dolor, creando una sensación de bienestar general. La respiración controla los niveles de dióxido de carbono (CO2) en la sangre, lo que influye directamente en el pH sanguíneo. Al respirar profundamente por la nariz, se facilita una expulsión más eficiente de CO2, lo que ayuda a mantener un equilibrio ácido-base óptimo en la sangre.

Un pH balanceado es crucial para el funcionamiento adecuado de las enzimas y para mantener la homeostasis metabólica, evitando estados como la acidosis o la alcalosis que pueden ser particularmente dañinos en pacientes mayores. La respiración profunda incrementa la cantidad de oxígeno que llega a la sangre, lo cual es esencial para la eficiencia energética. Un mayor nivel de oxígeno mejora la capacidad del cuerpo para convertir nutrientes en energía a través de la respiración celular.

Esto es especialmente importante en pacientes geriátricos, cuyo metabolismo puede estar comprometido por la edad y condiciones de salud. Una mejor oxigenación asegura que las células puedan producir ATP de manera más efectiva, lo que se traduce en mayor energía y vitalidad. Enseñar a pacientes como Don José a utilizar estas técnicas proporciona una herramienta poderosa y autónoma para mejorar su calidad de vida, permitiéndoles manejar mejor el dolor crónico y otros síntomas relacionados con sus condiciones de salud. Este enfoque subraya la importancia de técnicas no farmacológicas en el cuidado de la salud, ofreciendo un método complementario que puede ser integrado con otros tratamientos para proporcionar un cuidado más completo y empático en la medicina. añade 5 hashtags relacionados al texto.

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María Delia Altamirano

Licenciada en Fonoaudiología en Centro de Reeducación Especial

7 meses

¡Muy interesante! Comparto absolutamente y lo uso en casos similares. Gracias! Me pareció muy acertada y pertinente la fundamentacion

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