RESPONSABILIDAD EMOCIONAL
Se ha escrito mucho sobre las emociones y su importancia en nuestra vida. Hablar de ello es regresar a las bases de un tema que, por mucho, ha sido desarrollado. Hoy quiero llevar este tema a un punto que permita responsabilizarnos sobre lo que sentimos.
Ser responsable emocionalmente implica hacerse cargo de las propias emociones, ser consciente de que ellas dependen de uno mismo, asumirlo y no hacer al otro responsable (sea una situación, una persona, o simplemente “la vida”). Implica no poner a la felicidad o el sufrimiento en manos de otro, sino entender que son nuestra responsabilidad.
Cuando dices que alguien más que tú es responsable de tu pena, esperas que la otra persona haga algo para solucionarlo, porque es él quien tiene el poder de cambiar las cosas, pero no es así. La otra persona puede que tenga responsabilidad sobre los actos que ocasionaron tu tristeza, pero no sobre tu tristeza en sí misma. Puedes cuestionar los actos de otra persona, pero no culpabilizarlo de lo que sientes. Sus actos le pertenecen a quien lo produjo, pero el dueño de las emociones eres tú.
Lo mismo sucede en cuanto a nuestras emociones positivas. Damos crédito de nuestra felicidad a factores externos. Esto no significa que debamos de dejar de ser agradecidos. Esto quiere decir que busquemos dentro de nosotros mismos el crédito por ser felices. Elegiste ser feliz. Elegiste sentirte en paz. Agradece a los demás, sean sus actos aparentemente buenos o aparentemente malos. Ellos actuaron, pero tú decidiste sentir lo que sientes.
Parece sencillo. Lo cierto es que no es fácil responsabilizarnos sobre nuestras propias emociones. Es algo que no se logra de la noche a la mañana, pero como siempre he dicho “un pequeño paso a la vez”. ¿Por dónde sugiero iniciar?
Cambia tu lenguaje. Si cambias tus palabras, cambias tu forma de pensar. Frases como “solo a tu lado soy feliz”, “tú me haces hacer esto”, son el claro ejemplo que has entregado el poder de tus emociones a otra persona. Mejor utiliza frases como “cuando pasan estas cosas, yo me siento enojado”, ello deslinda del poder al otro y nos permite identificar los detonadores de nuestras emociones, por ejemplo.
Cuando notemos que las cosas que hacían los demás y que antes nos ofendían profundamente ya no tienen ese efecto en nosotros estaremos desvinculándonos de ellos y del poder que tienen sobre nosotros. ¡Felicitaciones! Has iniciado tu propia transformación.
Si necesitas apoyo emocional puedes escribir a ferleyvac@gmail.com, llamar al 986668845 o a través de mis redes sociales.