Retos que inspiran: una lección de vida desde las alturas del Perú

Retos que inspiran: una lección de vida desde las alturas del Perú

Hay momentos en la vida en los que buscamos algo más grande que nosotros mismos. Algo que nos desafíe, que nos saque de la comodidad, que nos lleve a lugares donde nunca hemos estado, tanto física como emocionalmente. Para el ultracorredor alemán Savas Coban, ese algo fue Perú.

Con 86 maratones en 87 días, Coban recorrió 5.175 kilómetros por todo el territorio peruano. Atravesó la vasta extensión de Lima, sintió el frío cortante de los Andes a más de 5.000 metros de altura, admiró las enigmáticas líneas de Nazca y se sumergió en el verdor inagotable de la selva amazónica. Cada paso lo acercó no solo a la meta, sino a descubrir la grandeza de un país que lo desafió de todas las formas posibles.

Retos que nos transforman

Coban no llegó al Perú buscando un turismo convencional. Llegó buscando incomodidad, dolor y esfuerzo, porque entendía que, en esos momentos extremos, es donde realmente ocurre la transformación. “Fui al Perú a buscar mis límites”, explica. Y vaya que los encontró. Desde las gélidas noches en la cordillera hasta las solitarias jornadas corriendo kilómetros sin apoyo logístico, cada desafío fue un recordatorio de que las grandes lecciones nacen de la adversidad.

Y aunque su travesía lo llevó a enfrentarse con sus miedos más profundos —el aislamiento, la incertidumbre e incluso los peligros de la selva—, también lo llevó a descubrir algo esencial: el Perú no es solo un país de paisajes imponentes, sino un lugar lleno de energía, humanidad y resiliencia.

Un país lleno de grandeza

Para muchos peruanos, las montañas, la selva o el desierto son parte del día a día, pero para Coban fueron revelaciones. Desde los silencios imponentes de la cordillera hasta el bullicio de los animales en la selva, cada tramo le habló de la riqueza natural y cultural que encierra este país.

“Las montañas en Perú no solo son hermosas, son energéticas. Te llenan de fuerza incluso cuando parece que no puedes más”, cuenta. Y quizás, para quienes vivimos aquí, estas palabras son una invitación a mirar de nuevo lo que tenemos a nuestro alrededor con ojos renovados, con gratitud.

El poder de los retos

La travesía de Coban nos recuerda que la vida está llena de oportunidades para reinventarnos, para salir de nuestras zonas de confort y, en el proceso, redescubrir lo que realmente importa. Su experiencia en Perú es un llamado para reconocer que el camino hacia nuestros sueños a menudo es difícil, pero esa dificultad es lo que lo hace valioso.

“El dolor impulsa, el dolor enseña”, reflexiona. Cada subida a las montañas y cada jornada bajo el calor del desierto fueron pruebas que le demostraron que los límites son, en realidad, puertas hacia un nuevo comienzo.

Nuestro Perú, nuestro desafío

A través de los ojos de Savas Coban, quizás podamos reconocer algo que a veces damos por sentado: Perú es un lugar que no solo acoge, sino que también desafía. Sus paisajes, su gente y su energía nos recuerdan que vivimos en un país lleno de oportunidades para crecer, tanto interna como externamente.

Tal vez no todos tengamos que correr 5.000 kilómetros para descubrirlo. Basta con mirar con atención, salir de la rutina y aceptar que, como él dice, “los momentos difíciles pasarán, y al final siempre descubriremos algo más grande que nosotros mismos”.

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