Retrato de los Millennials
Somos la generación que nació de la inestabilidad que dejó el fin de la guerra fría. Nuestra infancia estuvo llena de superheroes huérfanos que luchaban en un mundo que se dividía entre el bien y el mal, entre occidente y oriente. Crecimos y nos desarrollamos con el internet, los chats y las redes sociales. Somos hijos del cambio y el progreso en un mundo que puso fin a las guerras militares e inició las guerras financieras. No entendemos de compromisos a largo plazo, pues crecimos en una sociedad que cambió del correo postal al whatsapp, de la televisión en blanco y negro al Youtube, y de los billetes al Paypal. El cambio es lo único constante para una generación que ha visto desaparecer países, monedas, modelos económicos e inventos que duraron siglos. Aprendimos que para sobrevivir hay que adaptarse, y hay que hacerlo rápido. Sabemos que no vamos a ningún lado: el camino es el medio y es el destino. Vivimos en el presente.
Aunque no filosofamos por correspondencia, como lo hacía Writtgenstein con Russell ni creamos círculos intelectuales en las universidades, también pensamos: creamos blogs, webinars, grupos de discusión a nivel global, etc. Se produce y se comparte conocimiento más rápido que nunca. Somos adictos al conocimiento. No buscamos riqueza económica pues no la necesitamos, a la mayoría no se le expulsa de casa nunca. Quienes salen es por deseo propio. Buscamos un propósito, un sentido, una razón. Un salario suficiente para viajar, comprar un coche, y vivir bien bastará para llamar nuestra atención, pero si el trabajo no brinda satisfacción personal y/o conocimiento nos frustrará en menos de un año, saldremos de ahí con más conocimiento y buscaremos un propósito en otra parte.
Para un Millennial la crisis de los 20s es una crisis de conceptos: familia, trabajo, matrimonio, carrera profesional, realización, vida, futuro, etc. Todos ellos aprendidos en un mundo viejo que no tiene nada que ver con el actual. Nos sentimos frustrados porque el mundo para el que fuimos preparados no es el mismo al que nos lanzaron al terminar la preparatoria o la universidad. Fuimos educados en un sistema educativo obsoleto que te enseña a nadar a base de teorías pero nunca te invita al mar. Sin embargo, fuimos salvados por la tecnología: bandera de nuestra generación. Al Millenial no se le enseña, se le dice en dónde buscar. Quienes ya entendieron esto comenzaron a crear nuevos modelos laborales para Millennials: Startups, incubadoras de empresas, centros de emprendedurismo, centros de innovación, movilidad laboral, trabajos en línea, etc. Lo han descubierto y pronto se esparce por todo el mundo. Poco a poco nuestra generación transmitirá éstos nuevos modelos a las generaciones futuras, y en menos de lo que imaginamos aparecerán nuevas formas, y la sociedad cambiará el concepto de éxito del dinero a la realización personal. Por fin, la pasión y el trabajo parecen estar más juntos que nunca.
A diferencia de las generaciones anteriores una buena parte de nosotros ya no se reconoce como miembros de una patria. Nuestra generación y las que vienen se encargarán de desaparecer el tan conflictivo y dañino nacionalismo que nació a finales del XVIII. Somos la generación más diversa en términos raciales y étnicos.
Quizás hoy no logres entender mis palabras, nacimos y crecimos en mundos distintos. Mis ideas, valores y estilos de vida, así como los tuyos, están aquí de paso. Pronto vendrán otros. Mientras tanto tengo que dejarte, la batería de mi móvil esta por terminar y al lugar a donde voy no hay Wifi.
Visto 26 de abril del 2015.
*Para el 2025 los Millennials representarán más del 75% de la mano de obra mundial. ¿Están las universidades y las empresas preparadas?