!Sí hay habitaciones!

Llevo dos años trabajando y viviendo en la ciudad de Cuenca. Verdaderamente es una ciudad preciosa y llena de atractivos maravillosos, lo que la convierten en un destino fabuloso para el turismo nacional e internacional. Sin embargo, a lo largo de estos años y en ya incontables ocasiones, hemos mantenido conversaciones con colegas, representantes de la industria, autoridades, instituciones públicas, privadas, representantes de medios de comunicación, etc. sobre dos problemas críticos y realmente nocivos para el turismo que mantiene la ciudad y hasta el día de hoy (al menos a corto plazo) no hay ninguna solución: viabilidad y conectividad.

Viabilidad

Es realmente inconcebible conocer que la tercera ciudad más importante del Ecuador permanece constantemente incomunicada con sus mercados turísticos naturales a nivel nacional (Guayaquil, Machala y Loja). Considero que llega a ser incluso indignante, estar acostumbrados a que previo a un feriado (temporada más alta de la ciudad), todas nuestras proyecciones y planificación dependan de que no haya derrumbes o lluvias en las vías que llegan a Cuenca.

Durante estos meses, he podido palpar la constante preocupación que vivimos algunos de los principales actores del sector turístico de la ciudad (hoteles, restaurantes, servicios de transporte, operadores, entre otros.) y aunque existe un debate constante sobre el tema, al momento no hay ninguna solución que nos permita seguir trabajando sin esta continua incertidumbre.

¿Cómo puede Cuenca convertirse en una potencia turística si las autoridades le dan tan poca relevancia a temas fundamentales como este?

Conectividad

A pesar de las importantes decisiones que se toman en temas de conectividad entre el Ecuador y el mundo, volar dentro del país sigue siendo bastante complejo y puntualmente volar desde y hacia Cuenca puede incluso llegar a ser absurdo. Aunque en ocasiones hay boletos económicos o promociones. Esta no es la constante. A su vez, muchas veces los itinerarios promocionales no encajan con las necesidades de un viajero común que visita la ciudad.

Actualmente solo dos aerolíneas vuelan a la ciudad de Cuenca desde Quito (uno de los principales mercados de negocios para Cuenca) y solo una conecta a la ciudad con Guayaquil.  

Con mucha suerte y anticipación, un trayecto Quito – Cuenca o viceversa puede fácilmente costar entre $120.00 – $ 150.00 (ida y vuelta) sin equipaje de bodega.

Personalmente, he tenido que pagar hasta $ 250 por un viaje hacia Quito. Hay clientes (mayormente corporativos), cuyas agendas claramente no mantienen una planificación similar a la de un turista y actualmente tienen que adquirir boletos entre $ 200.00 hasta $ 350.00 para un vuelo Quito – Cuenca (ida y vuelta). Hay clientes que declinan sus viajes, actividades o itinerarios en la ciudad debido al alto costo de los boletos. ¿Es esto justo para un viajero o turista? ¿Es esto justo para el desarrollo turístico óptimo de un destino?

Adicionalmente, volar a Cuenca no solo es costoso, ¡es incómodo! Para sumarle puntos a este grave panorama de conectividad, ¡Una de estas aerolíneas tiene un vuelo desde Quito a las 05H00! Lo que significa que el pasajero debe estar en el aeropuerto a las 04h00. Tomando en cuenta la distancia del Nuevo Aeropuerto Internacional de Quito (NAIQ), muy probablemente un ejecutivo o turista que viaja a Cuenca estará despierto desde las 02H30 – 03H00 para estar en Cuenca a las 06h00 y por supuesto somos los hoteles los que debemos asumir “sin costes” estas llegadas tempranas (early check in) porque las personas ya están pagando lo que cuesta 2 – 3 noches de hospedaje en la ciudad en un vuelo.

Es importante aclarar que esto no es una queja hacia ninguna autoridad específica. Tampoco es un pronunciamiento por parte de la empresa a la cual represento. Es únicamente un grito de inconformidad con la falta de acción por parte de las instituciones competentes que claramente afectan la gestión óptima de las entidades y personas que estamos relacionadas al turismo.

Esta constante nos ha obligado a anunciar un viernes (en pleno feriado) a través de diferentes medios: ¡Sí hay habitaciones!