¿Sabías que la prudencia está controlada por las emociones?

¿Sabías que la prudencia está controlada por las emociones?

Escuchamos constantemente: ¡Sé prudente! Y nuestro cerebro de inmediato asocia la prudencia con ser cauteloso, pero todo no queda allí.

La PRUDENCIA es la posibilidad de evaluar las consecuencias que se pueden desencadenar ante circunstancia o actividades del quehacer diario, pero existe un detalle importante que puede ser una pared: LAS EMOCIONES

¿Tomarías una decisión objetiva evaluando el entorno cuando estás: molesto, triste, eufórico?

Una persona prudente es aquella capaz de REFLEXIONAR las consecuencias ANTES de realizar una acción, evitar que el sentimiento del momento lo lleve a tomar decisiones sin pensarlo, pero… ¿Cómo lo logro?

Aunque no existe un manual para ser prudente, podría darte algunos tips para que empieces a trabajar en esta importante parte de tu personalidad.

  1. Usa la razón: aunque como seres humanos podríamos tener la tendencia a ser impulsivos, debemos activar las alertas de nuestros pensamientos al momento de tomar decisiones. Trata de pensar:

      “Un momento… si hago “esto”, ¿qué podría ocurrir?”. 

Cuando se te presente una situación en la que se amerite tomar una decisión, no des una respuesta inmediata, aprende a decir “ya te diré lo que pienso al respecto” y toma un momento del día para pensar en ello.

Hay quienes les gusta plasmar ideas, usa el formato de Pros y Contras para saber si realmente estás tomando la decisión más acertada.

  1. Experiencia: es el mejor profesor de la vida, así puedes evaluar a través de los momentos que ya has vivido.
  2. Empatía: si fuese alguien más que te contara lo que te está pasando a ti… ¿Qué consejo le darías a esa persona? Resulta un ejercicio muy fructífero tratar de salir de tu visión personal y convertirlo en la de un tercero para desarrollar la empatía.
  3. Tiempo: es la clave para tomar la mejor decisión para tu vida, 15 minutos que le dediques a evaluar una situación, puede cambiar el destino de tus decisiones.
  4. Si crees que es muy complicado aún, pide ayuda a alguien en el que confíes y que sabes que te dará consejos para tu beneficio y tú bienestar.
El hombre cauto jamás deplora el mal presente; emplea el presente en prevenir las aflicciones futuras.

                                         William Shakespeare

 ¿Estás listo para trabajar tu prudencia?

Cuéntame cuáles son tus desafíos para lograr ser una persona prudente.

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