San Sebastián, una tierra de ocio y negocio para el talento joven
Rubén G. López. Publicado el 15/11/2018 en EXPANSIÓN
Al margen de las iniciativas vinculadas a modernizar la industria, las distintas administraciones vascas están centrando sus esfuerzos en crear un ecosistema emprendedor que facilite el nacimiento de start up innovadoras. Por ejemplo, el Gobierno autonómico ha presupuestado para 2019 el nacimiento del Consorcio Vasco de Tecnología y la puesta en marcha de Haziinova, un programa que impulsa la innovación no tecnológica en las pymes.
Desde el ámbito provincial se está apostando por las incubadoras de start up, lo que se ha traducido en la creación de BerriUp en Guipúzcoa y de Metxa en Álava. Por su parte, la Diputación de Vizcaya ha activado un fondo de inversión de 40 millones para financiar proyectos de innovación de pymes y ha anunciado la inauguración en 2019 de un gran centro internacional de emprendimiento. En la misma línea, la Diputación de Guipúzcoa ha proyectado cinco centros de referencia en las áreas que ha identificado como estratégicas: ciberseguridad, electromovilidad, gastronomía 4.0, envejecimiento y producción audiovisual en euskera.
En el ámbito municipal destaca el ejemplo de San Sebastián, empeñada en competir con los grandes viveros de start up en la atracción del mejor talento joven y emprendedor. Para ello, la capital donostiarra presenta como principal credencial su alta calidad de vida, derivada de una gastronomía rica y saludable y de la fuerte presencia de deportes como el surf, a lo que se suma una basta oferta cultural -sobre todo, de cine y música- y una larga tradición innovadora.
Mucho más que el turismo de 'pintxos'
Aunque este último aspecto no es tan conocido como los otros, lo cierto es que la capital donostiarra presenta un ecosistema innovador a la altura de los mejores de Europa. De hecho, la ciudad dedica el 2,7% de su PIB a la I+D+i (frente al 2% del País Vasco o el 1,3% de España ), tiene 4.800 empresas de tecnología intensiva (de un total de 19.000 ) y alberga más de 5.000 investigadores, 34 centros de investigación y cuatro universidades. Además, el 1% de su población emprende y tiene registradas alrededor de 40 start up tecnológicas, especializadas en ámbitos como el grafeno, la domótica, la neurociencia, los sensores o la ciberseguridad.
Pero el objetivo es seguir mejorando esas cifras y en ello está trabajando la empresa municipal Fomento de San Sebastián, que actúa como emprendedor público. Entre otras cosas, este organismo ha lanzado iniciativas encaminadas a conseguir que el talento local emigrado en los años de la crisis vuelva a instalarse en la ciudad -las empresas que contratan a los retornados reciben una ayuda de 52.000 euros al año-, pero también intenta atraer a jóvenes emprendedores de otros países.
“Disponemos de un pionero Talent House que lleva funcionando más de seis años y que actúa como residencia para los investigadores que llegan a la ciudad”, explica Euken Sessé, gerente de Fomento San Sebastián. Por este peculiar hogar de acogida para el talento innovador han pasado ya alrededor de 1.500 investigadores de 66 países.
Centros de investigación y start up
Algunos de estos jóvenes desarrollan su actividad en Biodonostia, el centro de investigación del Hospital Universitario de San Sebastián especializado en biomedicina. Tal como apunta David Otaegi, responsable del Grupo de Investigación de Esclerosis Múltiple del centro, los principales atractivos de Biodonostia son “su apego al hospital y al complejo oncológico que hay en la misma zona, así como su estrecha colaboración con las empresas locales”. De hecho, Biodonostia actúa como intermediario entre el ámbito sanitario y el sector tecnológico.
De los programas locales y autonómicos de apoyo a la atracción de talento también se ha beneficiado CounterCraft, una de las numerosas start up de San Sebastián que operan en el campo de la ciberseguridad. Situada en el Parque Científico y Tecnológico, esta pequeña empresa de apenas tres años de vida ya opera con carácter global y suma 26 trabajadores, de los que el 20% actúa desde fuera de España. Tal como explica el británico Daniel Brutt, uno de los fundadores del proyecto, “somos líderes en la tecnología cyber deception, que consiste en crear equipos informáticos falsos que funcionan como un cebo para atraer a los atacantes, interactuar con ellos y conocer sus inenciones”. Entre sus clientes, asegura, se incluyen grandes empresas del Ibex 35 e incluso algunos países europeos.
Otro de los puntos clave de la innovación donostiarra es el centro de investigación cooperativa Nanogune, donde dan sus primeros pasos las spin off especializadas en el ámbito de la nanotecnología. Es el caso de Biotech Foods, una empresa que “quiere trasladar al mundo de la alimentación y de forma masiva lo que ya se hace en los humanos con un objetivo médico: la regeneración de los tejidos corporales”, explica Mercedes Vila, una de las fundadoras. Básicamente, se trata de producir carne de vaca, cerdo, pollo, pavo o pescado en los laboratorios y sin necesidad de matar animales, algo que, según Vila, “será imprescindible para abastecer la demanda existente”.