Santuarios de Cuidado de Salud Elvira Arellano (English Version Follows Below) “Health Care Sanctuaries”

La única causa porque yo como una madre indocumentada podría, por mi propia voluntad, regresar a México es la dificultad de conseguir cuidado de salud. Pero también como madre de un ciudadano estadounidense, apoyo completamente a la “ObamaCare”, la reforma sanitaria del ex presidente Obama, y por lo tanto estoy dispuesto a sacrificar mi propio cuidado de salud para asegurar que él siga teniendo acceso al cuidado. Por eso me dio mucho gusto ver fracasar los planes del partido republicano y Trump, de destruir al sistema entero de cuidado de salud. Pero podemos lograr algo mejor. Podemos organizar “Santuarios de cuidado de salud”.

Tengo recuerdos vividos de la ocasión en que el presidente Obama explicaba el hecho de que su reforma sanitaria no iba a incluir los “ilegales”. Hasta aquel momento, Obama siempre había dicho “indocumentados” y no “ilegales”, pero para conseguir el respaldo de legisladores republicanos para su proyecto de ley, respaldo que jamás le dieron, utilizó de nuevo la palabra ofensiva “ilegales” -- ¡Como si fuera el caso que un ser humano fuera ilegal!

En aquella coyuntura hubo muchas personas que explicaron que negarle cuidado de salud bajo la ACA iba a ser una política contraproducente. En una forma innecesaria, redujo al número total de personas aseguradas. Ya que la mayoría de los indocumentados, y los residentes con mica que no han estado aquí cinco años todavía, tenemos familias, se hubieron inscrito en el plan, lo que hubiera mejorado su rendimiento para todos. Como en muchas otras situaciones, los políticos hicieron concesiones al racismo antiinmigrante y les salieron un tiro por la culata.

Como esta batalla sigue, sin respetar la necesidad de cuidado de salud de 16 millones de seres humanos, tenemos que reconocer que nuestra inclusión tardará mucho. Mientras tanto necesitamos un programa de sobrevivencia, como seguimos haciendo nuestras movidas para evitar la implementación del programa de deportación masiva del presidente Trump. Por lo tanto, mi columna de esta semana la dedico al tema de la solución que hemos formulado en Chicago.

La FuerZa Juventud es la organización de juventud de la Familia Latina Unida. Hemos organizado un cuerpo de servicio de juventud en las escuelas secundarias en los vecindarios latinos en esta ciudad. Hemos reconocido que nuestras vidas resultan más breves a causa de la falta de un mecanismo de detectar las enfermedades a tiempo de tratarlas eficazmente, con referencia de males crónicos como diabetes y enfermedades del corazón, cáncer del seno y de la próstata, asma y HIV/SIDA. Este año, 125 estudiantes de facultades de medicina van a trabajar al lado de 1,500 estudiantes de secundaria para proporcionar revisiones médicas tempranas a unas 15,000 personas en nuestra comunidad.

Cuando estas examinaciones revelen algún problema, los estudiantes hacen el trabajo de tratar de conseguir servicio de salud para la persona. Además este programa opera clases de dieta y ejercicio todas las semanas.

A este programa la calificamos como “de sobrevivencia” pero va más allá. Puede verse como un fundamento para un sistema racional para cuidado sanitario para el país entero. Por medio de integrar el servicio como un componente de la experiencia educativa desde la secundaria a la universidad a los estudios de medicina, hemos encontrado una manera costeable de proporcionar el cuidado preventivo a nuestra gente. Aquellos países que ponen el énfasis en detección e intervención temprana tienen sistemas de cuidado de salud mucho mejores que él de los Estados Unidos, y les cuesta mucho menos. Si eventualmente este país se despierte y adopte un sistema de “pagador único” (“single payer”) de cuidado de salud, en Chicago ya tendremos las bases sobre las cuales podría funcionar para eliminar la diferencia de condiciones de salud de ricos y pobres.

Como vamos proporcionando detección temprana de las enfermedades, tenemos que negociar arreglos con clínicas y hospitales para la gente que los necesitan. Los jóvenes e iglesias organizaron una campaña que al fin logró que personas indocumentadas se integraran en las colas para recibir trasplantes de órganos. En la ley de “ObamaCare” hay aspectos que proporcionan fondos a las instituciones de servicio de salud para que proporcionen cuidado a personas que carecen de seguro de salud, pero ha sido necesario, no obstante, de negociar con cada una de estas instituciones para que tal cuidado se proporcionara. 

Por medio de organizarnos para proveer educación de salud y detección temprana, además de negociar arreglos con las instituciones de cuidado de salud y gobiernos municipales, es, de hecho, una campaña de “santuario”. Las ciudades de santuario no deben solamente proteger a la gente en contra de la deportación y separación de familias, sino también deben proteger las vidas de nuestra gente. La diferencia de esperanza de vida entre los que tienen seguro de salud y los que no lo tienen es hasta 20 años, y es nuestro deber hacer todo lo posible para lograr que esta diferencia se desaparezca.

Otro impacto positivo de este tipo de programa es él de motivar a muchos más latinos a que estudien para carreras en servicio de salud. Al organizar nuestro “santuario de cuidado de salud” formamos las bases para nuestro sistema de “pagador único” con una enfermera para cada 200 habitantes de un vecindario, clínicas y hospitales para darles respaldo, y acceso a la maravillosa tecnología de salud que en la actualidad solo está al alcance de los ricos.

En términos breves debemos estar organizando santuarios de cuidado de salud, para borrar la diferencia de 20 años de esperanza de vida que impacta nuestras comunidades, y por medio de este esfuerzo juntar las fuerzas necesarias para lograr la justicia en el cuidado de salud para esta nación.

HEALTH CARE SANCTUARIES

       Elvira Arellano

If there is one thing that might cause me as an undocumented mother to return to Mexico it is the problems with getting health care. On the other hand, as a mother of a U.S. citizen son I am a strong supporter of ObamaCare – and willing to make the sacrifice of my own health care to insure that he gets his. I was therefore very glad to see the Trump/Republican effort to destroy the nation’s health care system was defeated. Still, we can do better. We can organize “Health Care Sanctuaries.”

I remember vividly when President Obama explained that his Affordable Care Act would under no circumstances include “illegals.” Until that statement he had been very careful to say “undocumented” but to get Republican support – which he never got –he reverted to the hated term “illegals” as if any human being could be illegal!

Many pointed out at the time that denying undocumented workers participation in the ACA was bad policy. It unnecessarily reduced the size of the pool of people who were insured. Since most of the undocumented – and legal permanent residents here less than five years – have families, they would have enrolled, making the program work better. As in other cases, politicians bowed to the racist attack on immigrants and shot themselves in the foot.

As this battle continues, without respect or regard to health care for sixteen million people, we must recognize that any relief for us is a long way off. We need a SURVIVAL program – as we duck and dodge and resist Trump’s policy of mass deportation. I want to use my column this week to describe the solution we have come up with in Chicago.

La FuerZa Juventud is the youth arm of Familia Latina Unida. We formed the youth health service corps in high schools in Latino neighborhoods. We recognized that our lives are shortened because of the lack of early detection of chronic diseases – like Diabetes and heart Disease – and because we don’t make necessary changes in diet and exercise. We recruited medical students and nursing students to train and work with the high school students to provide screening for Diabetes, Heart Disease, Breast and prostate cancer, Asthma and HIV/AIDS. This year, 125 medical students working with 1500 high school students will work together to provide early screening and detection to 15,000 people in our community. When screening shows a problem, the students work to get them access to ongoing care. In addition, the Youth Health Service Corps operates diet and exercise classes for the community on a weekly basis.

We call this a “survival program” but I think it is more. It is actually the foundation of a rational health care system for the whole country. By integrating service as part of the educational experience, from high school through college and medical school, we have fund an inexpensive way to bring preventive health care to our people. Countries that emphasize early detection and preventive health have much better health systems than the U.S. has – and much less cost. If this country ever wakes up and provides a single payer system, we will already have the foundation to actually make it worse and to eliminate the gap between the rich and the poor.

As we provide for more early detection we have had to negotiate treatment from clinics and hospitals for those shown to need it. The youth and the churches led a campaign which finally allowed the undocumented to get in line for transplants. There are provisions in ObamaCare that help clinics in the community provide health care to the uninsured – but we had to negotiate care with these institutions. We had to negotiate support for their health care through the city and county. We did!

Organizing to provide health education, early detection and negotiating treatment with local health institutions and local governments is in fact “a sanctuary” campaign. Sanctuary cities should not only protect the undocumented from deportation and separation of families, they should protect the actual lives of our people. There is as much as a 20 year life expectancy gap between the uninsured and the insured and we must enlist our next generation in closing this gap. A positive side effect of this approach is to bring many more Latino’s into the health care professions. While we organize our “Health Care Sanctuary” we are building the foundation for a single payer system, with a nurse practitioner for every two hundred families in a neighborhood, neighborhood clinics and community hospitals to back them up and access still to the remarkable health technology now available only to the rich.

In short, we should be organizing “Health Care Sanctuaries” now to close the twenty year life expectancy gap hanging over our communities – as we gather our forces to use that survival foundation to bring health care justice to all in this nation.

 

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