No se trata del rosado

No se trata del rosado

Conversaba días atrás con Carolina, respecto del trabajo en minería, y me comentaba sobre la inclusión - particularmente de género - y me marcó la frase en la cual sistetizaba que, finalmente, no se trata del rosado. 

De esta frase me nace la reflexión que cuando un recinto laboral quiere optar por ser inclusivo (de verdad), debe canalizar su esfuerzo desde el inicio de las ideas y del diseño (o rediseño) de sus procesos, flujos y equipos, y en función de un estereotipo de trabajador distinto, el cual se diferencia de aquel que ha sido el usual de las últimas décadas.

La industria debe entonces pensar y diseñar "inclusivo" desde la ingeniería más temprana y básica. Si por el contrario, se insiste buscar inclusión sin modificar los procesos, equipos, métodos de trabajo y sus procesos de mantenimiento, necesariamente quien cumpla los requisitos será mayoritariamente el mismo de siempre. La selección de personas no hará variar sustancialmente la participación en la industria de distintos grupos y, en particular, de la mujer.

Si se quiere mayor participación femenina, deben diseñarse equipos, procesos y procedimientos para que sean operados indistintamente por ambos géneros, y una adapatación superficial, sólo activa "la grúa del reclutamiento" que sólo moviliza la fuerza laboral de una compañía a otra, en vez de hacerla crecer en términos netos.

Ejemplo evidente es la “ley del saco” que permite cargar de hasta 25 kg , lo que es  en sí un factor excluyente, especialmente en el ambito de la fuerza. Muchas mujeres pesan en torno a los 50kg y con ese criterio deberían levantar el 50% de su propio peso corporal para optar a trabajos con ese nivel de esfuerzo físico.

¿Cuántas "leyes del saco" existen hoy solapadas entre procesos de contratación, pero también en prácticas y procedimientos, que por diseño excluyen a cierto grupo de la población? Cuántas veces vemos ofertas de trabajo que piden requisitos que son en sí excluyentes?.

¿Qué hacer? Partir por "pensar inclusivo" desde el más temprano diseño industrial y en las etapas tempranas de ingeniería de los proyectos, pensando inclusivo al diseñar o definir equipos, sus procesos de montaje y prácticas de mantenimiento, de modo de no generar diferencias para quienes ejecutan esa tarea y, quien tenga acceso al conocimiento y capacidad requerida, debe poder ejecutarlo. Equipos, maquinarias, computadores, robots, herramientas y piezas, partes y tareas, deben poder ser usadas o transportadas y ejecutadas por cualquiera que tenga la capacidad de hacerlo, independiente de su edad, género, si es diestro o zurdo o si es alto o bajo, gordo o flaco. 

No se trata entonces del rosado. Esto se trata de algo mucho más profundo y de decisiones difíciles, estructurales, con costos asociados, de largo aliento y en muchos ámbitos; es una completa revolución! 

Gran desafío y oportunidad para las grandes compañías, pero también para proveedores, OEM, prestadores de servicio, para "pensar inclusivo" y con ello hacer "ingeniería inclusiva" para toda la cadena que crea e implementa soluciones para los procesos industriales de la próxima década. 


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Es en el inicio del negocio… lo demás aporta, ayuda a paliar…. Pero en el prediseño y diseño está la clave! Gracias Ricardo

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