Seguridad de Información: ¿El nuevo negocio bancario?

Siendo usuarios de tarjetas débito y crédito, recibimos diariamente mensajes de los bancos ofreciendo servicios de varias clases, pero hoy me detuve a pensar acerca de uno en especial que causó una reacción muy diferente por su contenido.

Recibí una llamada de la entidad bancaria que me expidió la tarjeta de crédito hace un tiempo, en la que me contextualizan de la alerta roja que se está presentando, donde según cifras del agente telefónico cada hora, 11 clientes reportan ser víctimas de un fraude, lo que no me extraña por las continuas amenazas de Ciberseguridad que se ven y escuchan actualmente, de manera atenta escucho toda la información que me brinda: Ofrecen seguro por: clonación o adulteración de la tarjeta, compras fraudulentas, hurto calificado de compras o dinero, atraco, entre otros, por un monto que parece ser “sostenible” para el bolsillo del ciudadano común, pero si multiplicamos las cuotas mensuales de esos seguros, por el sinnúmero de usuarios temerosos y no educados aún en temas de protección de información, las ganancias van en aumento para la industria bancaria.

Todo sería perfecto y uno debería pensar en adquirir el seguro que ofrecen por el nivel de inseguridad existente, sin embargo le pregunto al agente:

“¿Por qué el banco no asume el valor de esos servicios y sí los ofrece como negocio?”

“¿Por qué el banco no invierte los esfuerzos de las campañas telefónicas comerciales en campañas de sensibilización y educación a sus clientes y usuarios bancarios?”

Es que acaso la seguridad de información se está convirtiendo en el nuevo negocio bancario debido a las reformas que se están planteando para eliminar cobros de transacciones y otros conceptos.

La banca debería enfocar sus esfuerzos y medidas no sólo a nivel correctivo, sino preventivo, y la superintendencia financiera velar porque estos esfuerzos sean en pro de los usuarios del sistema, que finalmente somos los claves.

Colombia tiene uno de los primeros lugares en Concientización en Seguridad de Información en Latinoamérica, por ello debería mantener este liderazgo y en lugar de “enriquecer” al sistema bancario, debería reglamentar la educación en ciberseguridad de todos sus tarjetahabientes, disminuyendo los costos colaterales y fortaleciendo la cultura de seguridad de información, que bastante falta hace aquí y en el mundo.