Sequía o Inconsciencia ?
S.O.S MEDIO AMBIENTE
Por: José González Martínez.
La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio Norteamericana mejor conocida como NASA, hace unos días compartió una serie de fotos sobre nuestro país, en donde se logra contemplar que este ha sido unos de los más vulnerables a la sequía de la primavera del 2021.
El estrés hídrico que vive nuestro país es notoriamente visible, ejemplo de ello se observa en más de 60 presas del norte y centro de nuestro país, que se encuentran a niveles alarmantes, algunas por debajo del 25 % de su capacidad habitual, según datos de la NASA nuestro país localiza un 85% de su territorio nacional en una escasez severa de agua.
De acuerdo con el programa “temporada de sequía y estiaje“ del gobierno del Estado de Veracruz, se ha establecido para nuestro estado un calendario de sequía que va del 1 de febrero al 31 de mayo, pudiendo extenderse hasta junio y julio, tambien cabe mencionar que la mayoría de los municipios del norte del estado son los más vulnerables a los efectos de dicho temporal, pues del 2002 – 2020 son estos lo que en su mayoría han acumulado hasta tres declaratorias de desastres por sequía.
El estado de Veracruz pasa por un ciclo de estrés hídrico, sin duda el temporal de sequía es uno de los efectos que lo ha llevado a estar en dicha condición, pero no la única razón. Humedales como El Farallon ubicado en el municipio de Actopan, en desecación grave al punto de casi desaparecer y el Archipielago Interdunario de la Ciudad de Veracruz, son ejemplo claro de la situación pasada y presente de estos ecosistemas, los cuales luchan por sobrevivir a falta de políticas públicas y concientización.
Recordemos que un humedal es un sistema natural con funciones específicas que algunos autores han llegado a catalogar como una “gran esponja natural”, por su función, dado que estas absorben y retienen agua cuando sobra, proporcionando uno de los servicios ambientales más importantes, evitar inundaciones o proveyendo el agua cuando ésta falte, haciendo el servicio de regulación de la temperatura, sobre todo en la temporada de sequía.
Los cambios de uso de suelo y el aprovechamiento desmedido de estos recursos son acciones que han puesto en jaque a dichos ecosistemas, ya sea por la actividad agropecuaria o por la actividad de construcción estos se han reducido a tal grado que solo representan lo que alguna vez fueron; causando con ello el tan mencionado estrés hídrico.
De acuerdo a la Comisión Nacional del Agua (CNA), uno de los factores que llevó al punto de quiebre a la laguna del Farallon fue la sobre explotación del humedal para fines agropecuarios, principalmente señala la CNA que por medio de mangueras eran saqueada el agua para regar campos de caña y algunos ranchos ganaderos, sin supervisión o regulación alguna, provocando no solamente el desecamiento del humedal, sino también un gran problema social, como lo fue la perdida de ocupación de cientos de pescadores que ahí realizaban su labor.
En el archipielago interdunario de la Ciudad de Veracruz, las cosas no son muy diferentes, pues una anticultura ecológica fue la responsable de extinguir dichos ecosistemas.
El número exacto de lagunas que hubo alguna vez en la Ciudad de Veracruz se desconoce, pues en la historia oral se habla entre 200 a 300, muchas de ellas eran caminantes, su principal característica, dinamismo de la duna que la soporta, según lo menciona la investigadora Clorinda Sarabia.
Lo que si hay son datos concretos de cómo algunos humedales sufrieron un cambio de uso de suelo para la construcción de viviendas, ejemplo de estos son los fraccionamientos El Floresta,Chiveria, Los Volcanes y El faro, entre otros, que en epoca de lluvia terminan inundados debido a la memoria natural del agua, quedando hoy solamente 33 lagunas a punto de quiebre de su posible desaparición.
La falta de planeación urbana, política pública, concientización y voluntad colectiva para conservar dichos ecosistemas, no se ocupa, ni se preocupa. Si bien las declaramos como Areas Naturales Protegidas en 2016 y en 2018 se publicaron sus planes de manejo, en pleno 2021 éstas 33 lagunas presentan una grave degradación. Casos como laguna de Tarimoya, Los patitos y el Olvido que se desecarón debido a que la duna que lo protegía fue desmontada, haciendo que los sedimentos terminaran por rellenarla en el arrastre.
Mientras, en otros casos encontramos eutrifización, debido al elevado número de vida primaria. Los organismos aparecen en agua por el elevado nivel de metales pesados, muchos de estos originados en el vertimiento clandestino de aguas residuales al humedal, generando la falta de oxigenación, seguido de su reducción en tamaño, y posterior desecación. Son prueba de estos casos la laguna Lagartos, Laguna C, El Carmen, Las Conchas y Viveros.
Es inverosímil que lo anterior suceda cuando hay acciones tan simples como tener un sistema de circulación del agua, delimitar la periferia del humedal o cumplir con el programa de manejo, pero ¡NO!, es más fácil echarle la culpa a la sequía, total ésta siempre ha estado ahí.
Espero sus comentarios. Mientras tanto mantengamos la esperanza. L.K.
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Representante Legal en GRUPO P&T
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