Ser mamá y trabajadora: ¿un desafío o un castigo?

Ser mamá y trabajadora: ¿un desafío o un castigo?

¿Te sientes abrumada al intentar equilibrar la maternidad y el trabajo? Si la respuesta es sí, no te preocupes: ¡no estás sola!

La sobrecarga de actividades puede generar estrés, agotamiento e incluso una sensación de culpabilidad al percibir que no se cumple al 100% en ambos roles.

Este es un desafío constante que enfrentan muchas madres trabajadoras todos los días (de hecho, este artículo lo escribí después de cerrar mi jornada laboral y acostar a mis hijos).

🚨A esta complejidad se suma el hecho de que, en muchos casos, el mundo laboral ve con poco entusiasmo contratar mamás, llegando incluso a “penalizarlas” por serlo.👀

En este texto, compartiré algunos aprendizajes que, aunque no son una receta mágica, me han funcionado para asumir ambos roles durante más de 12 años.

👩¿Qué es la penalización de la maternidad?

La penalización por maternidad es un doble castigo, ya que contiene la brecha por ser madre explicada por el hecho que el empleador percibe mayores costos de contratarlas y la brecha por género, es decir, la desigualdad salarial entre mujeres y hombres (OIT, 2015).

Entre las consecuencias más comunes están la reducción de oportunidades laborales, los menores salarios y la creciente informalidad.

Si una madre decide dedicarse al cuidado de su bebé en casa, el desafío más grande surge cuando intenta reincorporarse al mercado laboral. Se enfrenta a la competencia de personas más jóvenes y con mayores calificaciones, además de la discriminación por parte de reclutadores.

⏰Durante las entrevistas laborales, es frecuente recibir preguntas incómodas como: “¿Qué hiciste durante el tiempo que no trabajaste?” o “Si te contratamos, ¿Quién cuidará a tu bebé?”

Esto, a menudo, resulta en menores beneficios, sueldos más bajos o posiciones que no cumplen con las aspiraciones profesionales, simplemente por ser madre.

👀Esta realidad lleva a cuestionar si la maternidad impulsa o frena el desarrollo profesional.

Contexto y estadísticas

A nivel mundial, las mujeres con hijos experimentan una disminución en sus ingresos de hasta un 20% en comparación con las mujeres sin hijos. En contraste, la paternidad suele tener un efecto neutro o incluso positivo en los salarios de los hombres.

Un estudio del Banco Mundial revela que, en algunas regiones de Europa y Asia Central, las madres profesionales ganan aproximadamente un 17% menos que las mujeres sin hijos.

En América Latina, la situación es aún más desafiante: cerca del 37% de las mujeres no logra reincorporarse al mercado laboral tras el nacimiento de su primer hijo, lo que limita su desarrollo profesional y económico. La brecha salarial en la región puede alcanzar hasta un 15%, reflejando una desigualdad persistente.

En el caso de Perú, esta penalización es una de las más altas de la región. Transcurrido 10 años alrededor del 41% de las mujeres no logra reinsertarse laboralmente después del nacimiento de su primer hijo, superando el promedio latinoamericano del 37%, como se observa en la siguiente imagen.


Imagen 1: Tasa de reincorporación al trabajo por región y país

Además, la diferencia salarial es considerable: las madres perciben, en promedio, 25% menos que los hombres (S/0.75 por cada S/1 que gana un hombre). A esto se suma que 54% de las madres trabaja en empleos informales y el 73% carece de acceso a seguridad social.

¿Cómo afrontar esta situación?

 Reconozco que en algunos momentos me he sentido abrumada por diferentes situaciones, sin embargo, a lo largo de estos años he descubierto algunos aprendizajes, que me gustaría compartir contigo, en la siguiente imagen:

Imagen 2: Principales aprendizajes para la mamá trabajadora


1. Gestionar la culpa

Es normal sentir culpa al dividir el tiempo entre el trabajo y los hijos. Sin embargo, en lugar de cargarla como un peso, podemos usarlo como impulso para dar lo mejor de nosotras en ambos roles.

Además, comparto con mis hijos, que disfruto mi trabajo porque es cierto: me apasiona lo que hago, pero también valoro y disfruto enormemente los momentos con ellos.

2. Delegar y aprender a decir “no”

Hace unos años descubrí un superpoder: aprender a decir “no” y establecer límites claros. Definir prioridades no negociables, como evitar asistir a todas las reuniones familiares o eventos innecesarios, así como delegar tareas tanto en el hogar como en el trabajo, ha sido clave para reducir la sobrecarga y enfocarme en lo que realmente importa.

3. El autocuidado es esencial

Muchas veces nos colocamos al final de nuestra lista de prioridades: postergamos la salud, el descanso y el bienestar. Sin embargo, debemos tomar en cuenta que si yo estoy bien, mi entorno también lo estará.

Por eso, dedicar tiempo al descanso, al ejercicio, a las relaciones personales y a las actividades de ocio es fundamental para reducir el agotamiento y fortalecer la resiliencia.

4. Contar con una comunidad o “tribu”

La crianza de los hijos no debería ser responsabilidad exclusiva de la madre. Los padres también deben ejercer una paternidad presente, pero como mamas también debemos permitir esa responsabilidad.

Además, contar con una red de apoyo, ya sea familia, amigos, compañeros de trabajo o grupos comunitarios, puede marcar una gran diferencia. Esta “tribu” brinda comprensión, apoyo emocional y ayuda en las tareas diarias, permitiendo un alivio en momentos clave y, en ocasiones, un espacio para nosotras mismas.

🎯¿Te sientes identificada con alguno de estos aprendizajes?

Recuerda que es importante aceptar que no somos perfectas y que no siempre obtendremos un “20” en todo lo que hacemos. Sin embargo, debemos detenernos a reflexionar sobre lo que hemos logrado y celebrarlo con las personas que más queremos.

Crear un equilibrio entre el autocuidado y las responsabilidades no es fácil, pero tampoco imposible. Todo empieza con un primer paso.

💪¡Tú puedes!😊

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Yndrid Paucar

Contadora en Fundación Don Bosco

5 días

Interesante y actualizada informacion, dura realidad y gran desafio para las madres trabajadoras, si deciden mantenerse o reinsertarse al mundo laboral, abrazos y feliz Navidad

Giovanna Caipo Ricci, MBA, CPC

Directora | CMO | Estrategia Comercial | Experiencia de Cliente | Desarrollo de Negocios | Marca con Propósito | ESG Sostenibilidad | Comunicaciones | Administración | Estrategia Corporativa | Proyectos | Auditoría |

5 días

Excelente reflexión. Si es posible desarrollarse profesionalmente y personalmente como Madre, las empresas tienen un rol fundamental con la creación de políticas claras al respecto.

Rosa Ramos

✔Jefe de Logística ✔Jefe de Cadena de Suministro ✔Jefe de Operaciones✔Jefe de Almacén-Centro de Distribución ✔Especialista Logístico ✔ Key User SAP S4 EWM✔Docente ✔Consultor

5 días

Muy buen artículo. Super identificada cuando mencionas que el mayor desafío de una mamá se centra en reinsertarse laboralmente después de un tiempo de haber decidido cuidar a su bebé. Ojalá en nuestro país cambien las brechas y las estadísticas y haya más empatía en este aspecto. Muchas gracias por los consejos para lograr un equilibrio. Buen día.

Jessica Fernandez Espinoza

Docente Tiempo Completo con Responsabilidad

5 días

Buena observación y reflexión!!! Hoy en día pensar en separar o incluir las dos partes es muy importante 💚

Arturo Pantoja

Psicólogo| Asistente de Reclutamiento y Selección| Capacitación| Formación

5 días

Excelente aporte Mercedes, que interesante reflexion y el reto de ser madre y trabajadora. Felicidades por este artículo 👍🏻

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