¿Ser o no Ser?.. ¿Esa es la cuestión o e$a e$ la cue$tión?.
"La actitud es una pequeña cosa que hace una gran diferencia." - Winston Churchill.
"He aprendido que el coraje no es la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él. El valiente no es quien no siente miedo, sino aquel que conquista ese miedo." - Nelson Mandela.
Famosa primera línea de un soliloquio en una de las célebres obras de William Shakespeare, que sintetiza procesos mentales, invitándonos a reflexionar sobre dudas e indecisiones respecto a la forma en que vivimos y tomamos nuestras decisiones. El proceso reflexivo, queramos o no, nos acompaña durante toda nuestra vida consciente, y lo importante no es sólo que suceda, sino nuestra capacidad de encaminarlo en búsqueda de certezas que concuerden con nuestra forma de ver la vida, estableciendo una sintonía entre lo que pensamos y decimos. Dicho proceso puede tomarnos décadas o quedar inconcluso a lo largo de nuestro breve paso por este mundo terrenal.
Por naturaleza, somos biológicamente similares, pero el entorno nos ayuda o entorpece en la capacidad de forjar nuestra personalidad, estableciendo las reglas que utilizaremos para relacionarnos con otros, creando o no límites que nos ayuden a subsistir dentro de un entorno, en muchas ocasiones, hostil. De esta forma, comenzamos a decidir la dirección que tomaremos, con el ritmo e intensidad de nuestra propia historia, que tristemente en muchas ocasiones se reduce a formar parte de un simple engranaje, limitando la capacidad de soñar con la vida que realmente deseamos, mercantilizando cada una de las experiencias posibles. ¿Será necesario que la existencia sea un llamado de la naturaleza a rebelarnos? De una u otra forma, somos seres únicos con características especiales y un potencial limitado solamente por las elecciones (conscientes o inconscientes). Sin embargo, es común dejar que el miedo, inseguridad, baja autoestima y ansiedad se apoderen de tales sueños y definan nuestro destino.
En efecto, las decisiones nos acompañan en el trazado del camino a seguir y, con ello, una cadena de consecuencias que yacen sobre nuestro acertado o errante andar. Afortunadamente, siempre existe la posibilidad de corregir el rumbo y apoyarnos en la resiliencia como una herramienta potente que nos permite reiniciar el viaje, eligiendo dejar o llevar la pesada carga de los errores.
El sistema en el que vivimos nos invita a ser partícipes de un camino hedonista, planteándonos la “libertad de elegir” a cambio de una transacción económica, por la cual muchos están dispuestos a transar valores, principios o incluso vender algo tan exclusivo como nuestra dignidad. Como dicen algunos libertarios, todo en este mundo tiene un precio, solo debemos ofrecer la cifra indicada para que la oferta no sea tomada como un insulto. En consecuencia, si bien creo en la libertad tanto individual como colectiva, es fundamental que esta siempre se ejerza dentro de los marcos legales y éticos que eviten la transgresión de otro ser humano.
Existe un bando que afirma que es necesario prácticamente deshumanizarse para conseguir lo que uno desea en esta vida. Por supuesto, no lo dicen explícitamente de manera grotesca, pero siempre es posible utilizar eufemismos para romantizar un acto casi esclavizante, planteando que se ofrecen alternativas de acuerdo con el esfuerzo que cada uno esté dispuesto a entregar en tareas simples y repetitivas. Quienes sean capaces de cumplir con ellas de manera sobresaliente, cargarán con el peso de entregar orgullo a quienes apoyaron su causa. ¿Apoyar su causa? El sistema educacional de nuestro país es un gran negocio que atenta contra nuestras emociones más básicas, ofreciendo promesas que en muchos casos se han visto vacías, donde lo real es la venta de títulos a diestra y siniestra. ¿Por qué es posible que un grupo de inescrupulosos tome una buena intención y la mercantilice, con apoyo de un Estado convenientemente negligente?
Para un ser humano de origen humilde, el simple hecho de rebelarse contra un sistema rígido en el cual los que logran avanzar al costo que sea, pasan a ser “activistas” del movimiento. Sobresalir solo apoyándose en las limitadas opciones que son escasamente visibles y quienes logran visualizarlas adicionalmente deben tener la osadía de apostar por lo incierto. La educación misma, ofrecida bajo el lema “la libertad de elegir”, cuenta con una letra pequeña, en la que sacrificas partes consideradas como extras innecesarios (creatividad, pensamiento crítico, capacidad de cuestionamiento), con el objetivo de ser moldeado a imagen y semejanza de un mundo corporativo que necesita mano de obra pensante (pero en lo justo y necesario), que dé cobertura a distintos tipos de servicios para los verdaderos dueños de empresas, quienes a cambio de un buen trabajo están dispuestos a mejorar las condiciones de vida, en una especie de pacto tácito donde la lealtad se transa.
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Es posible apreciar que el sector público, consciente de que una buena educación es la base que sustenta el desarrollo de un país, opta por mantener el viejo negocio que todavía funciona, con sus altos y bajos, pero siempre existe la clase trabajadora para amortizar las pérdidas. Los tiempos han cambiado, y no me refiero puntualmente a que estamos frente a cambios en la conciencia de las personas, que muy por el contrario han comenzado a radicalizar su forma de ver las soluciones. El sistema laboral se encuentra frente a grandes cambios, los cuales han ido avanzando de manera silenciosa. Y es que la tecnología es un excelente aliado a la hora de producir, ayudándonos a medir incluso con mayor precisión la eficiencia lograda tanto individualmente como colectivamente. De esta forma, las diferentes necesidades comienzan a evolucionar, produciendo vacíos generacionales.
Para mitigar el impacto del progreso, se crean escuelas públicas que se encuentran “perfectamente alineadas” respecto al plan educativo, aunque también en las carencias que este mismo ofrece, limitando a niños y jóvenes que realmente tienen algún tipo de interés en progresar. Es que la libertad de elegir que nos venden es una mera intención, que suena bien a oídos de quienes sumisamente asumen que los beneficios estatales son un regalo, y no una inversión para que sus ciudadanos puedan tener la real opción de salir adelante y, con ello, todo el país.
No obstante, existe un pequeño grupo disidente que sin saberlo lleva consigo la marca del emprendimiento, una verdadera tarea titánica considerando que la gran mayoría solo quiere moverse dentro de los márgenes legales. Pero, estando en este pequeño mundo, se dan cuenta de que no existe un interés real en apoyar a los nuevos emprendimientos, que tienen todo en contra, aun cuando son necesarios para formar una economía independiente, que logre superar el modelo extractivista que solo mantiene el beneficio de unos pocos. Parte de ellos están envejeciendo y perdiendo fuerzas para hacer los cambios que necesitamos, y las generaciones que les preceden, en su gran mayoría tienen la capacidad intelectual, pero lamentablemente presentan un alto desapego de las otras realidades que desconocen.
Si bien el tema o la forma de abordarlo pueden resultar controvertidos, muchos de los que participan en la red social comprenden a la perfección el tema. Más allá de polemizar, nuestra visión y misión buscan formar parte de la aventura de estos verdaderos rebeldes, que tienen toda la entereza para lograr posicionar su propia huella, aportando a sus negocios en base a una sociedad estratégica, que establezca una simbiosis laboral, ayudando a mejorar procesos con la aplicación de herramientas tecnológicas, las cuales han comenzado a ser de gran apoyo y hasta fundamentales para que la toma de decisiones se realice en el momento oportuno (o incluso anticipado), aportando directamente a un crecimiento conjunto.
En nuestra experiencia, hemos logrado comprender que entre lo teórico y lo práctico existe un abismo, pero con el apoyo y comprensión debida, es posible tender los puentes necesarios para que la información fluya bajo un solo caudal, con vistas a una centralización eficiente y veraz. No somos dueños de una fórmula mágica, simplemente nos basamos en principios básicos y un sólido compromiso de luchar hasta que lo imposible se haga posible.
Porque conocemos y hemos vivido nuestra historia desde múltiples puntos de vista, nuestro enfoque aventurero nos ha impulsado a ser mejores cada día, haciendo de la tecnología nuestra pasión.
"Un líder es mejor cuando la gente apenas sabe que existe, cuando su trabajo está hecho, su objetivo cumplido, dirán: lo hicimos nosotros." - Lao-Tse.
"La lógica te llevará de A a B. La imaginación te llevará a todas partes." - Albert Einstein.