Ser un buen líder implica ser una buena persona
Hace pocas semanas, en el vuelo de regreso de un viaje de trabajo a China, pude ver la recomendable película VICE (‘El vicio del poder’ se ha titulado en España), de Adam McKay, y con Christian Bale en el papel de Dick Cheney, por el que consiguió su candidatura al Oscar como mejor actor. El título original está muy logrado, pues combina en la palabra inglesa VICE dos significados: el del cargo de Vicepresidente de Cheney en la Administración de George W. Bush; y el de Vicio, para referirse a la biografía profesional del propio Cheney.
Aunque entiendo que el guion y la película son una visión ciertamente sesgada de esa parte de Hollywood que va contra los republicanos en general, y en concreto sobre ese periodo Bush/Cheney, no deja de ser una brillante, implacable y ácida disección de la clase política, de su pestilente trastienda y de su lado más hipócrita, frívolo, depravado e interesado.
Una de las cosas que he aprendido en mi carrera como directivo y como coach de directivos es que las personas egoístas, aquellas que principalmente se gobiernan por su interés personal, suelen ser también personas fáciles de manipular. Es así con independencia de su poder y de su patrimonio. Lo único que tienes que hacer es decirles lo que quieren oír. Haz también que todo lo positivo parezca que ha sido idea suya, gracias a sus iniciativas. Alimenta su vanidad y su percepción distorsionada.
Sigue leyendo para conocer cómo puede cursar el egoísmo en personas con un poder notable.
Directeur Régional Paris Ile de France & Normandie chez Cofidis Retail
5 añosMagnífica película...